Crónica de Rainbow + Thin Lizzy + Manfred Mann Earth Band: Una pequeña ciudad en Alemania
27 junio, 2016 4:28 pm 7 ComentariosFestplatz am Viadukt, Bietigheim-Bissingen, Alemania
Mientras escribía esta crónica vino a mi mente el título de esta novela de John Le Carre para encabezar este artículo; Alemania tiene un significado especial para mí cada vez que la visito, y es que esta es la tierra que me vio nacer. Me enteré de la noticia hace un par de meses: Rainbow se reúne para dos conciertos en Alemania, Loreley (17 de Junio) y Stuttgart (18 de junio); precisamente donde yo vine al mundo, concretamente en Heilbronn y aún más concretamente en Nordheim. Así que, sin dudar ni un segundo, muevo Roma con Santiago para organizar este Rock and Roll Festival Trip, lleno de esas sensaciones de las que cuestan describir.
Los alojamientos en la zona lógicamente estaban abarrotados con antelación por lo que Luis Garcés (batera de Viga), Ania Geiger (Vampire' s Dawn) y el que os habla nos plantamos en Freiberg am Neckar para enfilar camino hacia el recinto de la segunda descarga alemana. Como acompañantes, Thin Lizzy y Manfred Man Earth Band. ¡Vaya cartel!
Hay que dar un punto extra a la organización del evento ya que, todos los que nos alojamos lejos de la ciudad donde se celebraría el festival, pudimos utilizar los trenes de forma gratuita. Que tomen nota los organizadores de por aquí, pues esa iniciativa podría llevar mucha más gente a determinados festivales que se quedan desolados, precisamente, por el tema del transporte.
Es realmente emocionante llegar a la zona del concierto y empezar a ver el mogollón de gente que se dirige al recinto: un bonito trozo de campo con un tufillo a granja bastante potente, flanqueado en uno de sus laterales por una especie de acueducto con trenes pasando en su parte más alta. Esta construcción desprendía un cierto vibrato a tiempos pasados en este país, de esos tiempos de los que nadie habla, pero que todos recordamos. Y si ya se acelera el pulso en las inmediaciones del lugar, no te imaginas lo que es franquear la entrada y empezar a encontrarte con paisanos y amigos.
Nos dimos de bruces con un montón de españoles. La consecuencia fueron abrazos y fotos a tutiplén mientras apuramos las primeras birras en los magníficos y numerosos puestos que dan servicio sin tregua a todos y a todas.
Suenan sirenas y alarmas a todo volumen… ¿Qué pasa?
Pues pasa que Scott Gorham, Damon Johnson, Darren Wharton, Scott Travis, Tom Hamilton y el enorme y a mi modo de entender culpable de que Thin Lizzy funcione a lo grande, Mr. Ricky Warwick, dan el zambombazo de salida de su show.
Entrar a valorar la trayectoria de los músicos de esta formación es hablar por hablar, así que al turrón: Más chulos que un ocho y a plena luz del día, salen con todo y es "Jailbreak" la encargada de enseñar los dientes a un personal que se agolpa para pillar sitio y no perderse detalle de este regalito en forma de rock que es siempre Thin Lizzy.
Pegan un buen repaso con "Are you Ready?, "Killer on the Loose" o "Dancing in the Moonlight", demostrando una fuerza que te hace pensar: "Joder, estos tíos llevan más de una vida dándolo todo y ahí los tienes, como el primer día, dejándose la piel". Como músico me llevo lecciones de las buenas viendo a gente de esta categoría currándoselo para rendir a un altísimo nivel. Se llevaron a la gente de calle, ayudados, eso sí, de canciones que te hacen morir de gusto al verlas interpretadas por semejante equipo de bestias del rock.
¿"Emerald"? Uff Luisito Viga… Como sonó, ¿eh? Tampoco faltaron "The Boys are Back in Town", "Black Rose", y la fiestera y Metallica "Whiskey in the Jar". Tras un formidable concierto, nos dejan preparados para la primera parada y fonda cervezo/salchichera, que pa' eso estamos donde estamos.
En el trasegar propio entre banda y banda, pude observar a un tipo muy grande travestido de recia hembra teutona, soltando chorradas y cantando canciones que a buen seguro hicieron las delicias de todo aquel germano parlante que se encontrase en las inmediaciones de las primeras filas. El pájaro en cuestión responde al nombre de Hans Werner Olm y es un conocido comediante por esas latitudes. Desde luego la pinta era para echarlo un vistazo…
“¡Hey! ¡Los de la HEAVY! ¡¡¡Que esta por aquí el Oscar Sancho de Lujuria!!! Al rato, ahí estábamos tomándonos una y posando con La HEAVY. ¡Si señor!”
Y mientras nos tomamos esas cervecitas, nos acercamos a la zona de backstage a ver que se cocía por allí y…. ¡TOMA! Ronnie Romero en la puerta atendiendo selfies a diestro y siniestro, y como no iba a ser menos, le planto las Heavys en la mano para inmortalizar el momentazo de la noche en lo que a este humilde servidor refiere. Preguntamos por Ritchie Blackmore, pero las 71 castañas y su conocido carácter hacen suponer que no estaba para muchos farolillos.
He de reconocer "paladina y llanamente", como diría mi querido Luis Viga, que Manfred Mann es un grande entre los nombres de la historia del rock, pero yo no le he seguido como para poder opinar con certeza. Lo que sí puedo decir es que, cuando inició los primeros acordes de su show, todo el grueso de personal volvió a llenar con creces el gigantesco y embarrado foso para disfrutar de este rock sinfónico y de reminiscencias hippies, haciéndome evocar los grandes eventos de aquellos tiempos. En honor a la verdad, he de comentar que la gente más talludita era la que realmente disfrutaba de los compases de la oferta musical de estas leyendas.
Su setlist estuvo compuestos por grandes clásicos en conjunción con temas más desconocidos. Por ejemplo, los temas "Captain Bobby Stout" o "Martha's Madman, escritos por Lane Tietgen e interpretados originalmente por The Jerry Han Brotherhood con los que abrieron. El sonido muy bueno y consiguieron momentos de clímax sinfónico psicodélico de los de antes.
"Father of day, Father of night" de Bob Dylan y "For You" junto con "Blinded By The Light", ambas de Bruce Springsteen, iban dando forma a un sorprendente concierto; envolvente seria la palabra. "Davy's On The Road Again", versión de John Simon, también me gustó, y otra de Dylan para cerrar: "Quinn the Eskimo (The Mighty Queen)", cuyo estribillo sí que es de los que están en la memoria colectiva. Mucho gustito en la interpretación; los solos psicodélicos fueron la marca de la casa de esta formación, liderada por el propio Manfred Lubowitz, quien forma parte de lo más grande del rock sinfónico.
Tras esta demostración de talento, nos vamos a rellenar el vaso otra vez y a coger posturita en el barrizal de la granja para ver lo que hemos venido a ver.
Tener al lado a una pandilla de adolescentes cantando los temas de Deep Purple a grito pelado, incluidos los solos nota por nota, te hace pensar: "Joder, que grande lo de Blackmore, creador de los riffs más tarareados y versionados de la historia de la música".
Muy grande el señor Blackmore. Muy grandes Rainbow…
¿Cómo empezó el show? Siempre que sale en la tele o en el cine alguna escena de la familia real británica rodeada de ese cutrerío palaciego y con mayordomos estiraos, suena una música (siempre la misma) mientras se toman el té de las cinco….
Pues esa canción se llama "Land of Hope and Glory", y es la intro elegida por Mr. Blackmore para calentar al personal. Tras las notas de este tema, suena la voz de Judy Garland con el "Over the Rainbow" y... ¡comienza el mogollón!
"Highway Star" abre fuego; nosotros, con los pelos de punta al ver a Ronnie Romero con la batuta con el beneplácito del tío del gorro negro y la Stratocaster blanca, como el auténtico mago del rock. Que lo es.
Cuesta escuchar bien, pues la genta grita la canción de pitón a rabo, pero ver a Ronnie evolucionar y hacerse con el escenario, con Jens Johansson detrás, el batería David Keith con look a lo Terrana y a un Bob Nouveau al bajo que gasta los mismos pantalones de pijama que Roger Glover (lo juro)... Pues eso, que emociona ver a un casi paisano (vive en Valdemoro pero es chileno) capitanear la banda a sus anchas.
Yo le veo plantado y seguro, y Ritchie no le quita ojo. Eso es buena señal; no quiero ni imaginarme como se te tienen que poner las tripas antes de saltar a las tablas con semejante responsabilidad, pero... Ronnie, tío grande, tú lo has hecho y de forma más que sobresaliente. Hay que decir, que es obvio, que el bagaje en Lords of Black con otro hacha de los grandes como Tony Hernando es buena escuela para curtirse…
¿Queremos setlist? Pues ahí va: "Spotlight kid" es la locura, hermanos. Ya empiezan a encontrarse en escena los jefes Ronnie y Ritchie, con una complicidad que no se había visto con anteriores cantantes. Ahí hay algo especial y se nota. La ristra de temas es para perder el sentido, aunque yo echo de menos "I surrender" y" Can't Happen Here". Pero bueno, así es la vida.
Entre los momentazos, el que aconteció durante la presentación de "Man on the Silver Mountain", en la que Ronnie presenta a Ronnie Dio como el auténtico hombre de la montaña de plata. Muy bonito y emotivo, señal de que este tío lo está haciendo realmente bien y se está ganando el respeto de los fans. Con un par…
No voy a dejar de mencionar tampoco la intervención en el show de dos coristas que acompañaron en algunos momentos puntuales apoyando las voces de Mr Romero. Candice Night, o Señora de Blackmore, y Christine Lynn Skleros realizaron una discreta pero efectiva labor en la parte trasera del escenario. ¡Todo queda en casa, amigos!
En "Difficult to Cure", ya sabes, Beethoven habla. Y, de paso, dejamos lucirse a Jens con un homenaje a sus Barrocos orígenes con Bach como protagonista; solo del de la cresta rubia a la batería, junto con Nouveau y su pijama de buen rollo. Tras este interludio vuelve el Brujo de la Strato para darnos a base de bien con "Catch the Rainbow". Por su parte, Ronnie Romero una vez más, saliéndose en las presentaciones. Incluso, en una ocasión, pide permiso a Ritchie para presentarle.
El clima acompaña. Parece el sueño de una noche de verano engrandecido por la intro de teclado de "Perfect Strangers", la cual sonó de lujo. "Stargazer" da paso a la coreada "Long Live Rock N' Roll" y, para suavizar un poco, cae un medley entre "Child in Time" y "Woman from Tokio". Estamos entregados y sí, rendidos, cuando le llegó el turno a "Black Night".
Hacen la falsa despedida para volver con un apaño/arreglo nuevo hecho sobre el "Smoke On The Water", que esta vez sí veo tocarla a Ritchie (en la visita a Madrid de Deep Purple desaparecía del escenario justo en esta canción). Por lo tanto... ¡otro objetivo vital conseguido!
Finalizado el Smoke, saludan victoriosos y divertidos, y comienza a caer agua. Joder, esto sí que es respeto de la naturaleza por Rainbow, cuyos colores brillaron bajo esta ligera lluvia primaveral en esta pequeña ciudad en Alemania.
A modo de epilogo, y vista la afluencia de españoles en tierras alemanas y con un español/chileno en las filas de Rainbow, se me ocurre una frase muy cañí pero que podría resultar si quien tiene que escucharla se da por aludido.
"¡VENTE PA ESPAÑA RITCHIE!"
Texto: Chechu Viga
Fotos: Leticia RC / Chechu Viga
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7 comentarios
Excelente reseña, un evento sumamente esperado.