Crónicas
Metallica + Architects + Mammoth WVH en Madrid (viernes): La estación del metal
«Pese a esta estrategia de marketing de dividir el set list en dos, Metallica han vuelto a demostrar que son imbatibles en directo, y sobre todo, por qué siguen siendo los número uno en el género, y además muy por encima del resto, sin discusión posible.»
12 julio 2024
Estadio Cívitas Metropolitano, Madrid
Texto: Andrés Brotons. Fotos: Vega Halen
Gran primera noche la vivida ayer en Madrid en lo que es el final del tour europeo del M72 World Tour de Metallica, con una afluencia de público espectacular, a pesar de que la pista no estaba tan masificada como llegábamos a pensar, aunque quizás también era por el particular diseño de este tour, con el escenario en el centro y ocho torres con pantallas gigantes alrededor del mismo resultando visualmente una auténtica pasada.
Pero antes de hablar de lo que fue el espectáculo en sí de los cabezas de cartel, era el turno de los primeros teloneros de la noche, Mammoth WVH, la banda liderada por el talentoso multinstrumentista, y en este caso guitarrista y vocalista Wolfgang Van Halen, hijo del célebre y virtuosísimo guitarrista Eddie Van Halen, fallecido tristemente hace cuatro años.
El ancho guitarrista y su banda abrieron con fuerza con “Another Celebration At The End Of The World” y “You’re To Blame”. Su corta pero contundente descarga se basó en los dos únicos álbumes que tienen hasta la fecha, ‘Mammoth WVH’ y ‘Mammoth II’, sonando temas como “I’m Alright”, “Like A Pastime” o “Take A Bow", y haciendo gala el hacha también de cierto virtuosismo y utilización de la famosa técnica del tapping, tal y como hacía su progenitor. Con “Don’t Back Down” llegaríamos al final de un concierto de bastante calidad y que, tristemente, contó todavía con muy poca afluencia de público en el estadio.
Era el turno de los británicos Architects, grupo de metalcore que mezclaba voces limpias y guturales, y cuyo estilo nos recordaba a veces a bandas como los americanos Linkin Park. Con el vocalista Sam Carter moviendo al público desde el primer momento y con el bonito guiño de portar una camiseta roja de nuestra selección, el combo inglés arrancó sin tregua con la novedosa “Seeing Red”, uno de los dos singles nuevos que han lanzado.
Siguieron con “Giving Blood” de su álbum más representado, ‘For Those That Wish To Exist’, donde demostraron su buen hacer con algo más de público apoyándoles que a su predecesor. La siguiente fue “Deep Fake”, de su último disco hasta la fecha ‘The Classic Symtoms Of A Broken Spirit’. No faltaron otras canciones como “Impermanence”, “Black Lungs” o la también recientemente estrenada “Curse”.
Sería entonces el turno de dos cortes seguidos del disco ‘Holy Hell’, con “Royal Beggars’ y “Doomsday”. Como último detalle, y no exento de polémica, el frontman se despojó en la parte final de su camiseta, portando debajo la blanca de su selección británica y deseando suerte a ambos equipos en cualquier caso en la final de la Eurocopa el próximo domingo.
El tramo final sería para “Meteor’, “When We Were Young” y la animalada “Animals”, el single que abría su mentado disco de 2021, en el que con un agradecido “Thank you, Madrid!”, terminaron un concierto que resultó bastante válido y con una gran realización de cámaras, lo que nos permitió disfrutarlo a pesar de la propuesta musical tan distante para el sector más purista que había ido a ver exclusivamente a los californianos.
Era toda una incógnita el set list que Metallica interpretarían en esta primera noche dentro de este espectacular M72 World Tour, pues aunque hay una serie de canciones fijas cada noche, a veces las mismas también se alternan y saltan de la primera a la segunda noche y viceversa, por lo que este concierto era para los fans que habían elegido solo uno de los dos días como una auténtica lotería, esperando y rezando para ver si sonarían entre los escogidos algunos de sus temas favoritos.
En el tiempo de espera fue realmente memorable ver como todo un estadio hacía la ola una y otra vez, señal del hermanamiento y buen rollo que se respiraba en esa calurosa noche de julio. Así, y tras sonar enlatado y ya con efectos de humo que caldeaban todavía más el ambiente el habitual “It's a Long Way To The Top (If You Wanna Rock & Roll” (la icónica canción de las gaitas de AC/DC, vamos), todo el público estalló completamente emocionado sabiendo lo que se venía encima, con imágenes en vivo de la misma fanaticada de Metallica portando carteles y gritando emocionados en las pantallas gigantes del estadio, al tiempo que se alternaban instantáneas de otros muchos fans de la banda con el grupo.
Ya tras la habitual e imprescindible intro orquestal de Ennio Morricone de la película “El bueno, el feo y el malo” con imágenes del clásico film de Sergio Leone con las míticas escenas proyectadas del tiroteo en el cementerio y que se encarga siempre de caldear el ambiente de cada concierto del combo de San Francisco, la banda conformada actualmente por los icónicos James Hetfield a la guitarra y voz, Kirk Hammett a la guitarra, Robert Trujillo al bajo y Lars Ulrich a la batería hacían acto de presencia junto a la seguridad entrando en el Metropolitano de Madrid y saludando a la audiencia mientras iban tomando posiciones en el escenario.
De este modo, los angelinos abrieron con contundencia con un triplete de órdago encabezado por “Creeping Death”, con las pantallas teñidas de rojo jugando con el efecto de la sangre de ‘Load’, pese a que el tema fue la única representación que caería del segundo álbum 'Ride The Lightning', con James instando al público a corearla. Le seguiría la favorita “Harvester Of Sorrow” con las pantallas en blanco y negro, única referencia también que caería esa noche del cuarto plástico ‘…And Justice For All’, con parada incluida en el tema que hizo que la audiencia enloqueciera aún más.
Hetfield presenta entonces al grupo deseando que pasemos una gran noche, siguiendo con la primera sorpresa del viernes con la menos habitual “Cyanide” de su denostado álbum ‘Death Magnetic’. Estamos con el vello de punta procesando todavía lo atronador que sonaba aquello en esos primeros temas, cuando una gran corona en las pantallas ilustra la elegante “King Nothing", única representación que caería en la velada de la primera parte de su controvertido ‘Load’.
Llegaría entonces el tramo del concierto con su presente más cercano con cortes como la magnífica y veloz “72 Seasons”, que da título a su último disco y con un Lars Ulrich que en todo el concierto demostró muchísima profesionalidad a la batería, pese a que la polémica siempre le ha rodeado históricamente de no ensayar lo suficiente. Continuarían con otra nueva, la redonda “If Darkness Had A Son” (de las mejores piezas de su actual nuevo disco), ratificando que los temas de reciente factura funcionan en vivo a las mil maravillas y enlazan y se fusionan con los cortes clásicos a la perfección, lo que hace prever que también tienen madera de convertirse en habituales en el repertorio de los americanos.
También cayó la menos novedosa y posiblemente su pieza más exitosa en lo que va de siglo, la hermana de “One” en su estructura, me refiero a la extensa semibalada “The Day That Never Comes” del ‘Death Magnetic’, ilustrada con relojes de arena en pantalla. Fue celebradísima y vitoreada tras su intenso y cañero final in crescendo que les quedó espectacular. En el escenario circular, bordeado con una luz roja y con el famoso “snakepit” en su parte central completamente repleto de entusiasmados fans, la banda iba cambiando de posición al tiempo que la batería también emergía en distintos lugares del escenario a lo largo de la noche.
La última novedad de la velada fue con la más oscura y válida “Shadow Follow”, que fue seguida de una canción improvisada por Kirk y Robert, que el bajista presentó en español, comentando que estaba compuesta en exclusiva para ese concierto madrileño, bautizándola con el cachondo título de “Sangría Brain”. Fue básicamente un tema instrumental del que se agradeció el detalle pero que no era tampoco excesivamente para tirar cohetes.
Para seguir dando respiro a la voz de Hetfield (que estuvo también inconmensurable vocalmente) llegaría la siempre intensa y majestuosa instrumental “Orion”, que sonó también épica y fue celebradísima. Es entonces el turno del quizás momento más masivo, esperado y mágico de la noche (y que no tendrán los que vayan solo el domingo), con una canción que hasta el mismísimo Sir Elton John ha alabado y ha sido mil veces versionada por artistas de todos los estilos, su balada por antonomasia “Nothing Else Matters”. En la misma, era todo un poema contemplar todo el Estadio Metropolitano iluminado por los móviles (o celulares, como dicen nuestros hermanos latinos de América), inmortalizando la interpretación. Momentazo mainstream que, como digo, echarán mucho en falta los que hayan elegido solo la segunda cita.
El tramo final estuvo, como era de esperar, repleto también de clásicos, con James preguntando a la audiencia para cuantos era su primer concierto de Metallica y cuantos habían visto a la banda más de cinco veces, con idéntica respuesta entusiasta en ambos casos. El vocalista pregunta también varias veces si queremos algo heavy antes de que suene otra infaltable del ‘Black Album’ como fue la coreada “Sad But True”, ilustrada al ritmo de martillazos en pantalla. Otra mirada al pasado con la rápida y cañera “Battery” precedida por una imagen de la bandera de España como guiño al público en las pantallas e ilustrada también con carteles clásicos de otras visitas de la banda a la capital.
Siguieron después con la exitosa y querida “Fuel”, seguramente otro de los cortes más valorados de ‘Reload’, y que fue acompañado con increíble pirotecnia de fuego en el escenario y el efecto en pantalla de todos los componentes del grupo también en llamas. Las dos últimas estaciones por las que pasarían Metallica en esta su primera noche madrileña corresponderían a su ópera prima ‘Kill ‘Em All’, con la asombrosa “Seek & Destroy” (donde un agradecido fan subido al escenario le daría la intro a los timbales de batería durante unos breves segundos echando la mano a Ulrich posteriormente), al tiempo que el riff afilado y matador de este incunable sigue sonando perfecto en directo. Además, sacarían durante su interpretación varios balones hinchables gigantes de color amarillo y negro (como el último disco), con el logo de la banda, y que harían las delicias volteados entre las manos del público. Con la infaltable y extensa “Master Of Puppets”, que en los últimos años además ha conquistado a las nuevas generaciones gracias a la serie “Stranger Things”, llegaríamos al final definitivo, siendo otro de los momentos estrella de una grandísima velada.
Los cuatro miembros de la banda se despiden extensamente en el escenario durante varios minutos, con un público totalmente entregado que los vitorea una y otra vez. Nos quedamos con ganas de más y seguro que muchos que hayan elegido solo esta fecha les faltaron temas como “Enter Sandman”, “For Whom The Bells Tolls” o “One”, pero amigos, eso vendrá en el segundo plato. Pese a esta estrategia de marketing de dividir el set list en dos, Metallica han vuelto a demostrar que son imbatibles en directo, y sobre todo, por qué siguen siendo los número uno en el género, y además muy por encima del resto, sin discusión posible. A esperar la próxima “estación” del domingo 14 de julio, que esperemos coincida en éxito con la victoria de nuestra selección en la Eurocopa, porque lo que nos quedó claro es que la victoria en este pasado viernes 12 de julio ha sido, pese a quien pese, de Metallica.
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4 comentarios
Extenso resumen hacia el gran concierto que se curraron los históricos METALLICA el pasado Viernes 12 de Julio presentando su última placa de estudio junto a sus clásicos de siempre.
No son angelinos, son de San Francisco
Emergieron desde San Francisco aunque el origen primero fuera Los Ángeles, la razón te asiste, lo cambiamos por californianos, que es del todo exacto 😀
Hola buenas. Y este estuve en el concierto del 12 de julio en Madrid..
Tenía muchas ganas de ver a Metallica en directo. Me defraudó muchísimo escucharnos por el sonido que llevaban. Tenía entrada de grada fila veinticinco. Sonido malísimo, se escuchaba el eco por todos lados, se oía más la gente que el grupo en sí.
Si lo llego a saber no voy y lo carísimas que estaban las entradas para una m***** de sonido.
El día anterior estuve en Valencia viendo a Scorpions el sonido espectacular.