Crónicas

Malkeda + Ethan: Viaje a los noventa

«En una cálida noche de sábado pudimos disfrutar con dos bandas que tienen dos formas diferentes de ver el heavy metal pero que ambas beben directamente de las década de los ’90»

Sala El Barco, Madrid

Texto: Yorgos Gouma. Fotos: Malkeda/Ethan

Se trata de una década que seguramente volverá a estar de moda obedeciendo a ese inevitable e universal movimiento cíclico que no solamente marca tendencias, sino que resurge movimientos de otra índole, otrora declarados como desaparecidos, aunque esto ya es harina de otro costal.


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Erase una vez, a mediados de los ’90 y principios de este siglo cuando bandas como Kannon, Coilbox, Narco o XXL traían a España los por entonces nuevos sonidos del metal alternativo y del nu metal creado al otro lado del charco, y los pontevedreses Malkeda llevan siguiendo esa senda desde su creación en 2002. La verdad es que les había perdido la pista, así que fue una buena oportunidad para ponerme al día, ya que fueron los encargados de abrir la velada. Resulta que el año pasado editaron su tercer disco de estudio, ‘Cumulonimbo’ (se puede escuchar tanto en Spotify como en su página web oficial) y por los temas que sonaron aquella noche (“Artificial”, “Sombras”, “Cumulonimbo”, “Tras Mi Piel”), es evidente que siguen rindiendo pleitesía a bandas como Korn y Deftones, reproduciendo las señas de identidad sonora de ellos tales como los riffs cortantes, las breves ráfagas de voces guturales y estribillos que invitan a botar sin parar.

Para muestra un botón: el inicio del tema “Artificial” tiene ecos del “Blind” para después entrar en terrenos de otro tema de Korn, “Did my Time”. “Revolución” es otro tema muy influenciado por Korn (las líneas vocales de las estrofas me recuerdan a las del “Twisted Transistor”), mientras que los riffs tienen algo de Disturbed. Por otra parte, el tema “Moco” inevitablemente nos recuerda a bandas como Coal Chamber o Limp Bizkit, “Intimidad” tiene ecos de los primeros Soulfly con el añadido de los gritos “de jungla” tan característicos de Jonathan Davies, mientras que “No Seré Yo” y “Un Día Sin Ayer” personalmente me recuerdan a bandas como Godsmack o Sevendust. Todo un festín nostálgico que nos hace pensar, además, en lo rápido que pasa el tiempo, por parte de una banda que se enorgullece de haber crecido musicalmente en este periodo de tiempo. Si sois hijos de los ’90, seguramente sus discos os harán rememorar aquellos momentos.

Ethan

Ethan

El cuarteto Ethan, por su parte, aunque también tiene sus influencias en el mismo periodo cronológico que los Malkeda, opta por una senda más oscura, melancólica y melódica, tal como ha quedado patente en los dos discos que han editado hasta la fecha, el EP ‘El Despertar del Ser’ (2012) y el LP ‘Resurgir’ (2016). Arrancaron con “Duelo de Orgullo”, con un aire a lo A Perfect Circle y “Vuelve a Soñar” siguió por el mismo sendero musical. El atmosférico “Cenizas” nos recordó la oscuridad de unos Tool. Aunque el tema precisa de una voz muy fuerte en algunas de sus partes y el vocalista, Textu Otero, se encontraba algo pachucho, consiguió salir airoso. “En el Barro” es un tema largo donde se pueden ver sus influencias más progresivas a lo Karnivool o Pineapple Thief.

En este punto, me gustaría resaltar la habilidad del batería Juanjo Arcas, uno de los mejores del panorama nacional actualmente, que ni siquiera el pedal de su kit (que le dejó tirado en plena ejecución) consiguió evitar que nos maravilláramos con su técnica. Estuvo férreamente acompañado por el bajista José Hurtado (Coilbox), mientras que el guitarrista Juan Carlos “El Zurdo” Tovar hizo un despliegue excelente de las posibilidades que le ofrece su gran mesa de efectos en la pedalera.

“Animal” está más en la onda de unos Sôber, mientras que “Aprender de Mi”, otro tema atmosférico que se basa en las habilidades vocales de Txetxu, sonó bien a pesar del estado físico del vocalista. La traca final llegó con el vitaminado “Resiste” y sus acordes a lo Audioslave, perfecto para que Txetxu nos pidiese que nos agacháramos todos para que botáramos después a la vez. Un concierto breve pero intenso que nos dejó con ganas de más.

Texto: Yorgos Goumas
Fotos: Malkeda/Ethan

Jason Cenador
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