Crónica de Machine Head: Noche para el recuerdo
14 febrero, 2016 3:35 pm 3 ComentariosSi había una fecha marcada a fuego y sangre en el calendario metalero barcelonés, esa era la visita de unos Machine Head que cada vez atraen a más y más público y que, consecuentemente, generan más y más expectativas con cada ocasión en que visitan nuestro país (siendo esta la gira donde más veces han actuado en salas del territorio). Con su vocalista Robb Flynn en el ojo del huracán mediático tras sus viral vídeo respondiendo de forma contundente a Phil Anselmo después de su ya también de sobras conocida polémica, la expectación era máxima para un concierto que prometía desde un buen comienzo.
La visita de Machine Head a la Ciudad Condal, así como en las demás ciudades de esta su nueva gira, se presentaba bajo el formato An Evening With, una manera de concebir los espectáculos musicales habitualmente usada por formaciones sinfónicas o progresivas a la que, últimamente, se han sumado grupos de géneros tan dispares como el que nos ocupaba esa noche. Dos largas colas esperaban pacientemente (o no tanto) a la apertura de puertas: pese a que en un inicio aún quedaban entradas en taquilla, finalmente pudimos saber a través de las propias palabras de la formación que el cartel de Sold Out se había colgado en las puertas del emplazamiento barcelonés. Tras lograr entrar a la sala grande de la Razzmatazz, los asistentes pudimos vislumbrar la potente escenografía que nos tenía preparada el cuarteto americano: con una batería elevada por una alta tarima y un gigante telón recordándonos su último lanzamiento discográfico ‘Bloodstone & Diamonds’, el logo de la formación se repetía hasta en nueve ocasiones a lo largo y ancho de un escenario decorado con motivos negros y rojos y con más reminiscencias del susodicho último larga duración.
Pese a que la hora establecida para el inicio de actuación era las 20:30, hasta media hora más tuvo que esperar la parroquia allí congregada para, al fin, ver a Robb Flynn y los suyos salir en escena a descargar su potente y abrumador show; mientras sonaba el tema de Ozzy Osbourne ‘Diary Of A Madman’ por la PA de la sala, las luces se apagaron abruptamente y empezaron a sonar los acordes de la archiconocida “Imperium”. Con varias columnas de humo alzándose sobre las cabezas de los músicos a la vez que arrancaba el tema, desde ese buen comienzo se pudieron comprobar los primeros de varios fantásticos y efectivos juegos de luces que dotarían de cada una de las composiciones de Machine Head de un aura especial, jugando con las intensidades de cada tema y con cada breakdown que interpretaran los americanos. Sin dar descanso a un público que lo dio todo desde el principio, “Beautiful Mourning” sonó atronadora para posteriormente dejar paso a una “Now We Die”, que se vería apoyada por una serie de samplers que completarían la gigantesca composición de su más reciente larga duración. Entre palmas y aquello de “Machine Fucking Head” que no se dejaría de corear por parte del respetable durante toda la noche, “Bite The Bullet” y, seguidamente, la magna “Locust” cerrarían una primera parte de concierto para enmarcar, donde la intensidad no decreció por un solo instante.
Con el público cantando unos oés oés que estoy seguro pusieron la piel de gallina a la propia formación, “From This Day”, “Ten Ton Hammer” y “This Is The End” mejorarían si cabe un sonido que fue en constante aumento en cuanto a su calidad se refiere, consiguiendo finalmente una mezcla más que digna para el emplazamiento donde nos encontrábamos. Por cierto que, como nos recordó el carismático Robb, aquí fue donde Sepultura grabaron su famoso ‘Under Siege’ en 1991, y el batería de los teloneros, Sacred Reich, era el propio Dave McClain; una sala que el propio cantante catalogó de mágica mientras recordaba su primera visita a Barcelona, precisamente allí mismo, en la Razzmatazz (por entonces aún llamada Zeleste), grabada para un episodio del añorado programa de la MTV Headbangers Ball. Tras un solo de guitarra de Phil Demmel (un guitarrista, por cierto, que participó activamente en el desarrollo escénico de la formación y al que para nada se vio estático sobre el escenario tal como se dijo de su actuación en Granada), Flynn salió con una curiosa acústica en forma de Fender Stratocaster para interpretar una emotiva “Darkness Within” que pondría al público entero a corear cada estrofa de la canción.
Un nuevo solo, esta vez de batería por parte de Dave McClain, volvería otra vez a bajar la intensidad del concierto de forma más que drástica. Si bien es lógico que los músicos necesitan algún tipo de descanso entre canción y canción para aguantar semejante derroche de energía durante el largo minutaje que duró el show, uno no puede más que imaginar un concierto que, si bien más breve, hubiera gestionado de mejor forma su intensidad y su continuidad. De ningún modo las pausas entre temas se hicieron inaguantables, pero cuestionar el formato del concierto es bien legítimo viendo cómo se pasaba del éxtasis máximo a la calma absoluta con un solo insulso como tantos otros. Cuestión de gustos. Punto y aparte al tema anterior, volvíamos a los derroteros que todos queríamos con “Bulldozer”, “Killers & Kings” y, finalmente, la fabulosa y genial “Davidian”, de su primigenio ‘Burn My Eyes’, que precedería a una pequeña pausa y retiraría a los músicos del escenario brevemente.
“Descend The Shades Of Night”, “Now I Lay Down” y “Take Me Through The Fire” continuarían con el desfile incesante de circle pits que poblarían el centro de la sala durante lo que ya quedaba de concierto. Robb nos preguntó si queríamos una canción de amor o un tema verdaderamente rápido… ¿hace falta decir qué le contestó el público? “Aesthetics Of Hate”, con su juego de guitarras a dos bandas puso nuevamente la sala patas arriba, y llegamos al tramo final del espectáculo de la mano de “Game Over” y “Old”. Para finalizar, la maquinaria americana atacó con “Halo”, pieza fundamental de su exitoso ‘The Blackening’, que en su ocaso despertó de su engañosa quietud con nuevas columnas de humo que rozarían el techo de la Razzmatazz y esparcirían confeti a lo largo y ancho de la sala.
Tras dos horas y media de intenso espectáculo escenográfico, pero sobre todo musical, Machine Head se despidieron entre aplausos de una audiencia que les quiere y les aprecia. Un generoso reparto de púas, setlists y baquetas dejó seguidamente al frontman de la formación en solitario para que este arrancara los últimos gritos de un público exhausto y a la vez satisfecho por el concierto con mayúsculas que acababan de presenciar.
Como apunte final, denunciar la tónica imperante en los recientes shows de Machine Head, donde han vetado la presencia de fotógrafos. Ellos sabrán los motivos que les llevan a esta decisión. Sean los que sean, desde aquí, no los compartimos.
Texto: Víctor Vallespir
Foto: Machine Head
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3 comentarios
Es fui fácil entender los motivos de que no pasen fotógrafos, porque si solo hicieran fotos en el foso y después se fueran, genial, pero no, se quedan en las primeras filas, aprovechando sus acreditaciones para quedarse en primera fila, dejando a fans que se tiran las horas muertas en primera fila, para ver a nuestros ídolos cerca, así que no me parece mal esta decisión, ojalá las hicieran más grupos, no tocan para los medios, tocan para nosotros
Estuve en el show de Madrid con buena compañía, y si que eché en falta a fotógrafos y eso que estuvimos alejados del escenario, cerca de una de las comunas de la sala... En parte tiene razón Alex, pero también hay que tener en cuenta de como es una crónica de un festival o un concierto sin fotos del evento. Hay que buscar una solución no tan drástica. Saludos.
Columnas quise decir, no comunas... jajaja. Que yo sepa no vi hippies por ahí 😛