Crónica de Kaxta + Ekko: Potencia extremeña en Madrid

13 diciembre, 2016 5:07 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Sala Siroco, Madrid.

Uno de los grupos con más proyección y mejores letras del rock estatal, Kaxta, volvió a Madrid para continuar con la gira de presentación de ‘Centro de intoxicación’, un disco que ya va camino de cumplir los tres años. Pero antes de poder disfrutar de esta bandaza con aires extremeños tuvimos la oportunidad de ver a los catalanes Ekko.

Tan acostumbrados a que en los carteles se especifique la hora de apertura de puertas antes que la del comienzo del propio concierto, muchos de los asistentes dimos por hecho que las 21:00 se refería precisamente a lo primero, y que el bolo arrancaría como media hora después. Una vez hecho este (necesario) apunte, nos adentramos en la Sala Siroco, una de las más conocidas de la capital (aquí dieron sus primeros pasos grupos como Pereza), con el concierto de Ekko ya comenzado.

El grupo catalán, que contaba en las primeras filas con una legión de fans venida desde Barcelona, presentaba en Madrid su recién salido primer LP, ‘Día cero’, del que sonaron todos y cada uno de los temas, más otro de su EP ‘Hasta el último aliento’, “Sanseacabó”, hasta formar un setlist de diez canciones. Entre todas ellas destacan “Mil abrazos” y “Ramajes”, que cuentan con la colaboración de sus vecinos de La desbandada en la primera y de Gritando en Silencio en la segunda.

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Ekko

Al igual que lo de los horarios, también me dio que pensar el tema de la nueva regulación que permite la entrada de menores acompañados de un adulto a las salas, ya que vi a una pareja con sus cuatro hijos pequeños completamente ajenos a la música (todos ellos con cascos aislantes del sonido, por supuesto) sentados en un rincón de la primera fila, uno incluso dormido en brazos de la madre. La sensación que daba era más de una guardería que de un concierto de rock, pero creo que esto es algo en lo que no conviene ahondar ahora mismo.

Poco después vino el plato fuerte. Kaxta, recién llegados desde Badajoz demostraron lo orgullosos que están de su origen adornando el bajo de Pi con la bandera de Extremadura. También se refleja en su música, ya que la voz de Isi tiene un marcado acento extremeño que en ningún momento trata de ocultar (y a mucha honra). Muy presentes, les guste más o menos, están las influencias de Extremoduro, y no solo por el ya antes mencionado registro vocal de Isi, prácticamente idéntico al de Robe, sino también por sus letras irreverentes (“tengo los cojones del revés; hace tiempo que no follo” // “tengo la polla como el diablo a todas horas // por las mañanas parece una locomotora”) y sus tablas sobre el escenario, introduciendo pequeños extractos a modo de versos al comienzo de algunas canciones, como en “Mar de refranes”, o sacándole el dedo a los asistentes. Hubo mucha representación extremeña en la sala, a quienes dedicaron “Agua pal sembrao” y un redoble de batería propio de la tierra al comienzo de “Jícaras de chocolate”.

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Kaxta

Está claro que la fecha, en mitad de un puente que muchos madrileños aprovecharon para huir de la ciudad, no era la más idónea. Es por ello que me dio mucha lástima ver una Sala Siroco, no excesivamente grande ya de por sí, no alcanzar el lleno para ver a uno de los mayores activos que tiene el rock nacional actualmente. No hay que olvidar que Kaxta, además de haber participado en festivales de gran envergadura como el Viña Rock o el Shikillo, ha contado con la colaboración en sus trabajos de personajes tan ilustres como Manolo Chinato, Juanjo Pizarro (productor de Reincidentes) o Kutxi Romero, que aportó su granito de arena en el segundo disco de la banda con “Los pájaros de mi cabeza”.

Esta irreverencia (que cada uno la entienda como quiera) antes señalada, también se vio con la pregunta de Isi, “¡¿follamos o no follamos?!", antes de comenzar “Explosión”, un tema que, como su propio nombre indica, en directo pareció explotar en su estribillo. Es difícil resumir un setlist tan generoso como el que ofreció Kaxta, con veinticinco temas procedentes de sus hasta ahora tres discos, ‘No soy un bicho raro’ (2009), ‘Arremeto’ (2011) y ‘Centro de intoxicación’ (2014). Cabe destacar las maneras de Rafa Rodríguez con la guitarra solista, la expresividad de Pi con el bajo y, por supuesto, las tablas de Isi como líder de la banda, que, quizás inconscientemente, también quiso mostrar el ambiente rural propio del grupo y de la región de la que procede portando una camiseta sin mangas y unas botas casi de montaña. Para el final se dejaron los que fueron sin duda sus dos temas más coreados, “Corazón”, single de su último trabajo, y “Ciudad de los vampiros”, que abre el primero, al mismo tiempo que sus miembros iban bebiendo de los tercios que les ofrecía el público y Pi hacía sonar el bajo con el torso desnudo.

Me imagino que los extremeños ya le estarán dando los últimos coletazos a la gira de ‘Centro de intoxicación’ y no tardarán en volver al estudio para sacar su cuarto plástico. Habrá que estar, pues, muy atentos al devenir de uno de los grupos que, en mi opinión, crean unas de las mejores y más puras letras de este país.

Texto y fotos: Manu Gamarra

Setlist: Centro de intoxicación / Princesa / Cochambre / No queda nada / Malos pelos / Agua pal sembrao / Y qué dirán las flores / Entre cuatro paredes / Mar de refranes / Salvaje y libre / Explosión / Arremeto / Sabio / Bésame / No se porke / Los pájaros / Efímero / Jícaras de chocolate / Dentro de mí / Por las buenas / Hechizo / Nada me para / Dame de mamar / Corazón / Ciudad de los vampiros.

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