Crónica de Junkyard: Adictos a Hollywood

Sala Acapulco, Gijón.

Dentro del hard rock angelino surgido a finales de los ochenta, Junkyard sobresalieron por su actitud y por un estilo propio, que bebía tanto del hard rock más clásico como del punk o del rock sureño. Entre tantas bandas faltas de personalidad y cuya única aspiración era convertirse en los próximos Guns N' Roses, ellos se hicieron su hueco. Llegaron a fichar por el gigante Geffen y editaron dos magníficos discos antes de que, como muchas bandas de su generación, vieran truncadas sus aspiraciones por la llegada del terremoto grunge.

Tras unos años de parón regresaron con el nuevo milenio y, desde entonces, no han parado de girar y editar nuevo material, como el nuevo single que ahora presentan o el anunciado álbum para 2016. En su último paso por España, allá por el 2008, nos quedamos con ganas de ver a un David Roach (cantante y cofundador) en mejor forma, ya que parecía arrastrar el peso de sus excesos etílicos. Esta vez tuvimos la oportunidad de charlar con él antes del concierto, donde nos hizo saber su intención de resarcirse por los errores pasados. Además, nos anunció la ausencia, por compromisos con su otra banda, del guitarrista Brian Baker (Bad Religion) y nos confesó su admiración por el malogrado Stiv Bators, al que esperaba homenajear en el concierto de esa noche con una versión de los Dead Boys. Antes de las 22:00 ya estaba sonando la introducción en una sala medio llena, lo que no impidió que la banda se despachara a gusto con la inicial “Life Sentence”, con la que ya pudimos corroborar el buen estado de forma de estos Junkyard.

La sola presencia de David Roach en el escenario ya bastaba para animar el ambiente. Buena parte del peso de la actuación recae en él y, en esta ocasión, no paró en ningún momento, entregándose al público en cada canción. Fue un concierto breve, de poco más de una hora, pero indudablemente intenso. El público se mostró muy participativo y coreó las canciones más conocidas de la banda, como “Misery Loves Company”, “Blooze”, “Simple Man” o muy especialmente “Hollywood”, durante la cual buena parte de la primera fila compartió micrófono con el propio David, quien sintetizó muy bien el ambiente de la sala con estas palabras: “poca gente, mucho ruido: me gusta”. El nuevo single, “Faded”, fue bien recibido y es seguro que será un habitual en su repertorio, así como la punk “Wallet”, una canción nueva que nunca habían interpretado en vivo, con una letra inspirada en una cómica vivencia personal del cantante. Acabaron con “Lost in the City” y, casi sin darnos tiempo a recuperarnos, ya habían vuelto para atacar los bises, que esta vez consistieron en “Nice Boys”, de los Rose Tattoo y en una arrolladora versión de “Sonic Reducer” de los Dead Boys, con la que se despidieron. La vida en Hollywood pasa factura pero, afortunadamente, tenemos Junkyard para rato.

Texto: Efrén Rodríguez Álvarez
Foto: Raquel Baragaño Ávila

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