Crónica de Ilegales: Mucho más que una banda armada

18 mayo, 2016 1:42 pm Publicado por  8 Comentarios

Kafe Antzokia, Bilbao.

 La estampa era la siguiente: un garito perdido a altas horas de la madrugada un domingo o cualquier otro día intempestivo, algunas parejas sudamericanas a su rollo convivían con los típicos arrastrados que parece que no tienen casa y que quizás entraron en el establecimiento atraídos por esas luces de neón que evocaban señoritas de compañía. De repente, entró ella.

Sus ojos indicaban un huracán interior difícil de domesticar, un temperamento salvaje que se desató por completo al escuchar la voz de Jorge Martínez en “Eres una puta”. Y entonces comenzó a girar sobre sí misma, poseída por la canción, sintiendo cada nota como si fuera una verdad suprema y cantando la incendiaria letra a cualquiera que se encontraba por las inmediaciones.

Una escena que dista bastante de ser una mera invención y que probablemente pudo repetirse durante el paseo triunfal de los renacidos Ilegales por el Kafe Antzokia bilbaíno. De hecho, la misma chica, con camiseta de The Clash y el pelo moreno algo más corto, se situó en un lateral del escenario y se convirtió en una especie de baremo para medir el entusiasmo del personal, si se quedaba quieta, malo. A veces incluso se colgaba de los altavoces como si fuera la sirena de un barco pirata en alta mar y daban ganas de acompañarla en procesión a los confines de la tierra si fuera menester.

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Con la sala a reventar, estaba claro que aquella cita se transformaría en un evento histórico, de esos para contar a los nietos y decir que uno estuvo allí, invadiendo el escenario en el segundo bis y coreando a pleno pulmón esos temas crudos, directos a la yugular y con una sinceridad que espanta, igual que cuando se menta la cal viva en el Congreso de los Diputados. Un puñetazo en la mesa que es necesario que retumbe y cuya onda expansiva se escuche en miles de kilómetros a la redonda.

Como si se tratara de una especie de matrioskas rusas, Ilegales fueron apareciendo en escena progresivamente, primero Willy, que sustituye al recientemente desaparecido Alejandro Blanco, luego el batería junto con el pluriempleado Mike Vergara hasta desembocar en una profunda ovación cuando entra Jorge con corbata fina impecablemente vestido.

La autosuficiente “Los chicos desconfían” sirvió para arrancar un bolo frenético, sin pausa ni transición que valga entre una pieza y otra. Así cayeron de golpe “Voy al bar”, “Agotados de esperar el fin” o “Chicos pálidos para la máquina”,  que suena tan vitriólica como hace casi tres décadas. Y en la novedad “El teléfono y el mal” su principal seña de identidad, la dulce violencia, sobrevoló sobre nuestras cabezas.

Y magistral les quedó el clásico “Yo soy quien espía los juegos de los niños”, con la muchedumbre gritando a cada acorde y respondiendo con sonoros aplausos a esa frase que alude al festival de Eurovisión justo en la noche en la que se celebraba tan casposo certamen. “El rock n’ roll es un ejercicio de arrogancia”, confesó Jorge, aunque no le hizo falta justificarse tras asegurar que eran “la mejor banda de rock n’ roll posible”.

Y lejos de la chulería, lo cierto es que no le faltaba parte de razón, ¿cuántos hoy en día se atreven a tocar enlazando unas canciones con otras y renunciando a todas esas muletillas artificiales concertiles con las que los artistas intentan hacerse los simpáticos o las inmisericordes brasas de los que aspiran a sentar cátedra. Aquí no existe ni una gota de postureo.

No faltaron los himnos dedicados a La Parca, ya sean colectivos como “Todos están muertos” o personalizados en “Europa ha muerto”. Casi de cortar la respiración fueron los punteos gélidos post punk de “Enamorados de Varsovia”, donde Jorge demostró su extraordinario nivel a las seis cuerdas, daba igual el estilo, se desenvolvía con notable solvencia en el rock n’ roll añejo, surf rock, ska, la ortodoxia punk…nada se le escapaba a este hombre.

El entusiasmo no cesaba en la marabunta con “Hola Mamoncete” y “Eres una puta”, en la que la chica antes mencionada seguramente alcanzaría el éxtasis, al igual que el resto de la afición, cuyas macarras estrofas atronaron en el recinto. Y la declaración de principios “Todo lo que digáis que somos” fue respondida asimismo a pleno pulmón por todos aquellos a los que se la sudan las habladurías sociales.


Como dicen en el comienzo de “África paga”, Ilegales son algo mucho más que una banda armada. No deberían claudicar ni entregar sus arsenales, por lo menos de momento. Están en una forma envidiable y retirarse de nuevo sería una temeridad y dejarían huérfanos a unos cuantos hijos de la ira y el descontento.


“Estamos en buena forma, ¿eh?”, dijo Jorge sin atisbo de endiosamiento, simplemente para constatar un hecho, cualquiera no aguantaría a ese ritmo vertiginoso, menos todavía los chavales de ciertos combos actuales que acaban reventados al de una hora de tocar. Y casi una lección magistral de guitarra fue la sensualidad a lo The Cramps de “El número de la bestia” recreándose en esos impagables punteos surf en los que se torna imposible no mover los pies aunque sea.

Sus crónicas de modelos borrachas o féminas caídas en desgracia son una parte importante en su catálogo, por lo que no podrían faltar “Regreso al sexo químicamente puro” o la delicada “La chica del club de golf”, prueba absoluta de que las moñadas pueden convertirse en directo en algo tan emocionante como los cortes tralleros. Eso mismo debieron pensar entre el público porque hasta lanzaron un sujetador negro. Burbujas hasta en la vena.

Pero está claro que a ellos lo que les tira son los valles y las montañas, por lo que pisaron a fondo el acelerador en “Revuelta juvenil en Mongolia” y “Bestia Bestia”, en la que Jorge incitó a montar un “un buen pogo”. Y en “Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes” reivindicaron la auténtica Movida de los 80, no la de los pijos o los bares de moda, sino la de los perdedores, los canallas y los que iban a contracorriente. La de verdad.

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Sí, es ella... ¡La chica de The Clash!

“No os miréis al espejo, mirarse al espejo es de hijos de puta, solo lo hace gente como Cristiano Ronaldo”, toda un derroche de testosterona para recibir su himno “Soy un macarra”, en la que los diques de contención se desbordaron y un torrente de gentío invadió los aledaños del escenario. Poco más faltaba para salir pasmado ante tanta exhibición de vitalidad y “Destruye” cumplió su función saciante con su acelerada final en la que los pogos brotaron por doquier. La omnipresente chica morena de la esquina incluso hizo el gesto de una pistola con las manos. Genial.

Tan desorbitante grado de entusiasmo no podría quedar así, por lo que se vieron obligados a improvisar un segundo bis con “Problema Sexual”, con peña circundante ejerciendo de apuntadores entonando la letra a pleno pulmón y ofreciendo una estampa pocas veces contemplada en el Antzoki. Si no hubiera existido refuerzo de seguridad, muchos habrían arrasado hasta el camerino. Bestial.

Como dicen en el comienzo de “África paga”, Ilegales son algo mucho más que una banda armada. No deberían claudicar ni entregar sus arsenales, por lo menos de momento. Están en una forma envidiable y retirarse de nuevo sería una temeridad y dejarían huérfanos a unos cuantos hijos de la ira y el descontento. Por ejemplo, a la piba de la camiseta de The Clash. Si me la vuelvo a encontrar por ahí, le pago unas birras. Por jefa.

Texto: Alfredo Villaescusa
Foto: Marina Rouan

Redacción
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8 comentarios

  • Silvia Fernandez Gonzalez dice:

    El concierto un puntazo tal y como cuenta la crónica pero lo de la chica de la camiseta de The Clash cómo se nota que no la tenías cerca...porque sus idas y venidas resultaron insoportables, apostaría a que el +- 90% de los que estabamos en las primeras filas estabamos hasta las bolas de ella...

    • Love Missile dice:

      Suscribo y aplaudo. Entre la 'chica Clash' a un lado y las que se subían al escenario para hacerse fotos al otro, a veces aquello parecía un congreso de exhibicionistas.

    • Mery Dinamitas dice:

      hola silvia aki MARIA la de la camiseta de los grandes THE CLASH...
      Estas en un concieto de ILEGALES no estas viendo a Mecano ,kien te viera a ti en un concierto estaras como una momia ajajajaj

    • Mery Dinamitas dice:

      habla la chica de la camiseta de los grandes THE CLASH
      AMIGUITA mejor un concierto para ti de la asociacion de paraplejicos de euskadi te vendria mejor... con todos mis respetos a esta gente.

  • Mery Dinamitas dice:

    CONCIERTAZO DE LOS ILEGALES UN BUEN RECUERDO COMO SIEMPRE!!!

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