Crónica de Clutch + Valient Thorr: ¿Quién quiere rockear?
14 diciembre, 2016 2:58 pm 1 ComentarioSala La Riviera, Madrid.
Hay veces que uno acude a un concierto no porque sea seguidor de la banda, sino porque es consciente de la reacción que suscita a sus allegados. La curiosidad cada vez se hace más grande y llega un momento en el que uno decide acudir a uno de sus directos para comprobar si el ruido, bombo, hype, o como queráis llamarlo, es justificado. Clutch es el ejemplo perfecto. Hablamos de una banda a la que nunca había prestado atención (sólo conocía su “Electric Worry”), pero aclamada por mis conocidos y mimada por los medios de comunicación
Aun siendo sábado, un servidor tenía que laburar, como dicen en Argentina, por lo que llegué al recinto justo cuando terminaban su actuación Leonize, los primeros teloneros.
A posteriori me enteré de que se trata de un cuarteto oriundo de Maryland que aboga por una curiosa mezcla de reggae y boogie: algo así como unos Bad Brains pasados por el filtro de unos The Clash o sus paisanos Clutch. No sé cómo se habrán defendido su propuesta en directo, pero por lo que he oído, tienen temas muy apropiados para mover el esqueleto. ¡Ya mon!
El caso de Valient Thorr me recordaba un poco al de los Red Fang o los nuestros Mojinos Escozios, ya que aparte de la constitución física similar entre los tres frontman, todos usan el humor como parte de su propuesta artística.
Los aficionados al asunto OVNI sabían de dónde viene el nombre de la banda (es oriunda de Venus pero acabó en la Tierra por accidente, tal como ellos afirman), por lo que la premisa humorística estaba clara desde el comienzo.
Partiendo de esta base, el quinteto “venusiano” opta por un rock’n’roll acelerado y cafre con elementos de rock sureño. Es como si Motörhead (dedicaron a Lemmy su tema “Jealous Gods”) se mezclaran con unos MC5 pero con las guitarras de unos ZZ Top. Igual que El Sevilla, Valient Himself, el líder venusiano, entabla una conexión fuerte con el público a base de discursos a veces humorísticos y a veces serios. Mientras tanto, no para de saltar y gritar cual predicador evangelista, aunque me temo que la mayoría de su discurso no llegó a gran parte del público (en un momento dado, criticó nuestro robótico modo de vida, y uno detrás mío preguntó en voz alta: “¿ha dicho ‘mongos’?”). Músicos competentes con un vocalista a quien cualquier escenario se le queda pequeño. Cumplieron con creces a la hora de satisfacer la necesidad del público para rock’n’roll desenfrenado.
Un simple telón que reproduce la portada de su undécimo disco de estudio, ‘Psychic Warfare’ y un simple set de luces, fue toda la producción escénica de Clutch. Eso, combinado por la absoluta falta de imagen para una banda que congrega a fans en grandes salas (salían al escenario igual que si se fueran de compras al centro comercial), fueron los elementos que formaron mi primera impresión sobre ellos.
Una impresión, casi "virgen", digamos, ya que había evitado a propósito hacer los deberes para dejarme sorprender. Dado que tanto el guitarra Tim Sult (su porte me recordó un poco al de Ron Asheton de los Stooges), como el bajista Dan Maines, apenas se mueven ni miran al público. Esa labor corresponde a Neil Fallon, encargado de ejercer como maestro de ceremonias. Eso sí, tal y como admitió, tocar ante tanta gente le pone algo nervioso, por lo que tiene que ponerse hasta arriba de cerveza. Sin embargo, a lo largo del todo el concierto, sólo se puso hasta arriba de agua, algo de esperar ya que sudó de lo lindo entre moverse arriba y abajo cantando y, a veces, tocando la guitarra, la harmónica e incluso el cencerro.
A nivel musical (no olvidemos que es la impresión de un oyente “virgen”), el combo bebe de varios géneros oriundos de su país, desde el blues rock (no podía faltar su versión del “Algo ha Cambiado” de Pappo) hasta el stoner, pasando por el hardcore punk (no en vano se han referido a la escena de Washington DC, cercana a su Maryland natal, como una de sus principales influencias, además del parecido del cantante a Henry Rollins) y el rock sureño.
Una mezcla ecléctica y apetecible que tan solo le faltó algo más de contundencia, sobre todo en las partes más stoner. Clutch toca un rock’n’roll básico pero contundente, y afortunadamente es un ejemplo de banda en el que la música impera sobre la imagen a base de buenas y adictivas composiciones y una ejecución sólida (gran trabajo el del batería Jean-Paul Gaster).
No me arrepiento de haber atendido a la llamada de los de Maryland. Ahora entiendo mejor la predilección mostrada por parte de mis colegas por este cuarteto.
Texto: Yorgos Goumas
Fotos: Nerea Ramos
Setlist: Who Wants to Rock? / The House That Peterbilt / Pure Rock Fury / Book, Saddle, & Go / The Soapmakers / The Elephant Riders / A Quick Death in Texas / The Mob Goes Wild / Struck Down / Noble Savage / X-Ray Visions / Firebirds! / The Dragonfly / Gravel Road / Algo ha cambiado / Earth Rocker / Spacegrass / D.C. Sound Attack! / Electric Worry / One Eye Dollar
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1 comentario
Me parece que el redactor no tenía muchas ganas de trabajar ese día, llego tarde al evento, habla de lo que le contó la gente, no se informó lo mas mínimo de las bandas que iban a tocar y para poder escribir algo, hace comparaciones con otros artistas de otras bandas, que bajo mi punto de vista no tienen nada que ver. Un desproposito de articulo. Eso sí, leeré su próxima reseña sobre los mojinos.