Crónica de Capitán Cobarde: Hacer lo que uno siente

28 marzo, 2017 4:07 pm Publicado por Redacción – Deja tus comentarios

Sala Copérnico, Madrid

Capitán Cobarde, antiguamente conocido como Albertucho, estrenó el viaje de su segundo disco ‘Carretera vieja’ en Madrid. La sala que eligió fue muy adecuada, no sé si intencionadamente o por casualidad, ya que la Copérnico tiene forma de barco y decoración marina.

En los últimos años como Albertucho, fue evolucionando su estilo de manera natural, hasta llegar al cambio de nombre Capitán Cobarde. ‘Carretera vieja’ es el primer álbum plenamente de estudio bajo la actual denominación, ya que el anterior fue grabado parte en directo. Con este disco se despega del pasado y consolida su nuevo proyecto con lo que siente en el presente.

Se nota que confía plenamente en lo que hace, ya que el concierto consintió en todas las canciones de ‘Carretera vieja’ y en algunas de su pasado, pero revisadas, como hace Bob Dylan, en clave de folk, country y más sonidos extraídos del sur de Estados Unidos.

Con una sala abarrotada, “El marinero” fue la primera en sonar, seguida de “La gata” y “El buen villano”. Hay que destacar la banda que le acompaña, no solo por cómo toca, sino también por la cantidad de instrumentos que lleva: guitarras acústicas, banjo, violín… incluso una tabla de lavar, que sirvió de percusión para “Enano de los ojos tristes”.

El cariño de la gente se notaba en cada canción, bailando y dando palmas, mientras el Capitán Cobarde tocaba con la emoción que le caracteriza. Las más destacadas fueron “Aire”, “Sucedió” o una casi irreconocible “Descuida”.

El artista sevillano tuvo su momento en solitario, cara a cara con el público, para cantarnos “La persiana”, “Lo que importa y lo que no” y “Mi estrella”. Me impresiona su capacidad de tocar guitarra, pandereta y bombo de manera simultánea, como si se tratara de una monobanda.

Con los músicos de vuelta, se acercaba el final y ejecutaron “En el ángulo muerto”, con ese inicio que te lleva a los westerns de Sergio Leone, o “Una flor”, dedicada a quienes luchan por la memoria histórica. Tuvo otro momento en solitario, esta vez al piano, para tocar “Lo venidero”.

En el single “Hay un camino”, el Capitán Cobarde nos contó que la compuso pensando en el seguidor que más dinero puso en su antiguo crowfunding. Lo sorprendente es que este fan es de Alemania. Acabó, definitivamente, con el polifacético Kike Suárez recitando un poema para introducir “Capitán Cobarde”, donde la sala se hundió mientras la gente cantaba sin parar.

Capitán Cobarde nos entusiasmó a todos y cada vez se consolida más con lo que es ahora, un artista en toda regla capaz de contarnos historias con una música con la que te entra ganas de echarte a la carretera.

Texto y fotos: Alejandro García Aguejas