Crónica de Bryan Adams: Get up, the kids wanna rock!

Palacio de Vistalegre, Madrid

El arco era amplio, desde la cuarentona que transitaba la adolescencia cuando Kevin Costner hizo de Robin Hood en la gran pantalla, hasta mi compañero Pedro Guzmán que tiene un programa de radio llamado “Dragones y Mazmorras”, pasando por los estirados redactores de periódicos, que están contando los minutos para que termine el show e irse pitando a escribir sus someras crónicas de urgencia.

Yo no iba a un concierto suyo desde 1992, el año cumbre de su popularidad, y es que estos ojos le vieron llenar el antiguo estadio de Wembley, en Londres. Animado por el buen nivel exhibido en su último álbum de estudio, ‘Get Up’, cuando se anunció la gira decidí que me reencontraría él. No tenía yo muy claro el estatus actual del artista, pero agotó las entradas para Madrid aun siendo el concierto en jueves. Por cierto que, al caer entre semana, buena parte del respetable acudió directamente desde el trabajo y, al acceder a Vistalegre, se encontró barras sin bocadillos. Un empleado del recinto me contó que se debió a una petición expresa del vegano cantante, que no solo no come carne o derivados, sino que además tampoco quiere que lo haga nadie a su alrededor. Sin duda esa alimentación tan saludable contribuye a que, a sus 56 años, se conserve tan bien, voz incluida.

La escenografía es sencilla pero eficaz, con una gran pantalla central emitiendo vídeos que acompañan a cada canción y otras dos laterales mostrando la interpretación de los músicos. Unos minutos después de la hora convenida, la imagen de la portada del último álbum cobra vida y el Bryan grabado nos hace muecas mientras el de verdad y sus músicos saltan al escenario con “Do What Ya Gotta Do”.

El concierto va a ser largo, dos horas, 26 temas, y la primera mitad es la del Bryan Adams que amamos todos, el que unifica el criterio de sus variopintos públicos: “Can’t Stop this Thing We Started”, en la que dio un silbido que terminó de encendernos; “She’s Only Happy When She’s Dancin’” que nos puso a todos a mover el esqueleto; un “Run to You” alargando el arpegio inicial y encarándose con Keith Scott en la armonía del solo; el baladón “Heaven” cantando nosotros solos la primera estrofa y en el que Keith nos brinda un sutil punteo al alcance únicamente de los verdaderos maestros de la Strato; el prominentemente hard-rockero “Kids Wanna Rock” cerrado con un solo de batería y con el que los que seguimos a Bryan desde los 80 queremos dejar claro qué es lo que más nos gusta; un “It’s Only Love” en el que no necesita escudarse tras Tina Turner (por cierto, sublime Scott a la segunda voz); “This Time” como botón de que también molaba antes de sacar ‘Reckless’… Qué gozada, añejo mainstream americano con el canadiense defendiendo dignamente los éxitos de su juventud y cantando indistintamente desde cada uno de los tres micrófonos alineados al frente del escenario.

Con el reciente “Go Down Rockin’” demuestra que sigue vivo artísticamente hablando, aunque ya no fuerce tonos altos para su característica voz rota. También es de los nuevos “You Belong To Me”, un encantador rockabilly destinado a permanecer en sus repertorios. Bryan, de traje como toda su banda, nos cuenta que si hemos visto a alguien vestido de Elvis hoy por Madrid, seguramente sería Keith, que se ha disfrazado así para un futuro vídeo. Tanto el guitarrista como el batería Mickey Curry llevan con él toda la vida, y el bajista Norm Fisher y el teclista Gary Breit le acompañan desde 2002. Está claro que tiene química con sus músicos y eso se plasma en el buen rollo que tienen sobre el escenario. Otro detalle a destacar es que Bryan no tiene backliner, cuando ha de cambiar de guitarra, él mismo se va al stand para soltar una y agarrar la otra.

Mira que tiene clásicos este tío, tantos que podría haber hecho otro concierto con lo que se dejó fuera, pero 32 años después “Summer of ‘69” sigue siendo uno de los más queridos, y si encima lo acompañan de un lyric video para que pueda cantarlo hasta quien no se sepa la letra, pues para qué queremos más. Nada más terminarlo nos ponemos con los oés y él, que se ha quedado solo sobre el escenario, los secunda con la misma guitarra acústica con la que interpretará “When You’re Gone”. Esa es la canción que nos adentra en una segunda parte distinta del espectáculo, en la que alternará canciones lentas con otras más vivas. Y que conste que no tengo nada en contra de, por ejemplo, un ineludible “(Everything I Do) I Do It For You”, pero a mi juicio, además de abusar de las baladas, las dos mitades del repertorio están mal balanceadas.

A continuación nos cuenta que necesita una chica que baile. Una vez elegida, la cámara se queda fija en ella –y en l@s que se unen a sus contoneos en la grada- durante el bluesy “If Ya Wanna Be Bad Ya Gotta Be Good”. El buen hacer de la atrevida seguidora le vale camiseta para ella y para su hermana.

“Here I Am” pasa sin pena ni gloria. Remontan con “Somebody”, pero empezaron tan fuerte que ahora sabe a poco este hit de segunda fila; aun así le acompañamos gustoso cuando nos cede estribillos.

Bryan y Keith, el uno con acústica, el otro con guitarra española, ejecutan ellos solos “I’ll Always Be Right There”. Ahondan más aún en las raíces musicales del país en el que se encuentran con “Have You Ever Really Loved a Woman?”, y la pantalla recuerda al gran Paco de Lucía, que colaboró en el tema.

“Cuts Like a Knife” la siguen prolongando como en el ‘Live! Live! Live!”: parada para nuestros nananás con Curry marcando el ritmo, y en un momento dado todos los instrumentistas de cuerda se reunirán con él en la tarima de la batería.

“18 til I Die” la hacen con más garra que en el disco del mismo título, al que también pertenece “The Only Thing That Looks Good on Me is You”, que suena como un cañón. Presenta a la banda y nos dicen momentáneamente adiós, solo para volver un par de minutos después con “Brand New Day” y su vídeo, en el que aparece la actriz Helena Bonham Carter, a la que suponemos más liberada desde que dejó de ser la musa de Tim Burton. La ligan con la siempre festiva “C’mon Everybody” de Eddie Cochran y ese sí supone el adiós definitivo de The Dudes of Leisure, que así es como se conoce a la backing band de Bryan Adams.

El cantante se queda solo sobre el escenario con su guitarra acústica para brindar un recogido final de concierto. Se inicia con “She Knows Me”, el único tema propio de ‘Tracks of my Years’, y lo sigue “Straight from the Heart”, la canción que le hizo despegar en 1983 y en la que se anima también con la armónica. Como colofón, tras pedirnos que compartiéramos fotos en Instagram y que ilumináramos Vistalegre con nuestros teléfonos en una bonita estampa, recurre a “All for Love”, de la banda sonora de “Los Tres Mosqueteros” grabada junto a Rod Stewart y Sting. Se atreve con ella él solo e incluso a estas alturas de concierto su quebradizo timbre sigue respondiéndole para deleite de nuestros oídos.

Eché mucho de menos un “Hearts of Fire”, que en directo era una maravilla o, en una tendencia más meliflua, “Please Forgive Me”, pero lo que no se puede negar es que Bryan Adams conserva tanto las mañas de sus años mozos como el don de hacer llover a gusto de tod@s.

Texto: Juan Destroyer

www.facebook.com/juandestroyeroficial

@juandestroyermr

Foto (Donosti): Iñigo Malvido

SET LIST: Do What Ya Gotta Do – Can’t Stop This Thing We Started – She’s Only Happy When She’s Dancing – Run To You – Go Down Rockin’ – Heaven – Kids Wanna Rock – It’s Only Love – This Time – You Belong To Me – Summer of ’69 – When You’re Gone – (Everything I Do) I Do It For You – If Ya Wanna Be Bad Ya Gotta Be Good – Here I Am – Somebody – I’ll Always Be Right There – Have You Ever Really Loved a Woman? – Cuts Like a Knife – 18 til I Die – The Only Thing That Looks Good on Me is You ----- Brand New Day – C’mon Everybody – She Knows Me – Straight from the Heart – All for Love.

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