Crónicas
Barcelona Rock Fest (sábado) con Pantera, Deep Purple, Europe o Angelus Apatrida: Un legado inmortal
«Segunda jornada del Barcelona Rock Fest, en la que nos esperaba una potente sacudida final y nombres clásicos del rock en una montaña rusa de emociones»
6 julio 2024
Parc De Can Zam, Santa Coloma de Gramenet (Barcelona)
Texto: Josep Fleitas. Fotos: Iñigo Malvido
Iniciamos el día en Barcelona Rock Fest con algo de mejor temperatura que la jornada anterior, día en el que el calor apretó de lo lindo (puedes leer la crónica aquí). La previsión era una pequeña bajada de las temperaturas, sol, nubes, algo de brisa y algún momento de lluvia en la noche. Previsión que, para mejor disfrute de los conciertos, se cumplió a rajatabla.
Terminal Violence
Comenzamos con esta joven formación local que, en forma de quinteto, practica thrash a la antigua usanza. Directos, comunicativos, convincentes y tan asombrados por la buena acogida como lo estábamos los que nos estrenábamos ante su propuesta, el quinteto liderado por el guitarrista Edgar Beltri (The Eyes, Tiki Phantoms) supo sacar buen partido al tiempo que se les concedió en la apertura de este primer día, en el que el thrash metal iba a estar refrendado por bandas como los siguientes en turno, Ktulu, Angelus Apátrida y Pantera.
Sin duda, Terminal Violence va a ser uno de los grandes nombres a tener en cuenta a la hora de hablar de thrash en nuestro país, como así lo demostraron en el empleo de trallazos tan directos como lo fueron “Instinc Supressor”, "Wild Beast" o el cover de Testament "Into the Pit", que en su día ya incluyeron en el recopilatorio ‘Rock pels Xuklis’.
Terminal Violence no solo hicieron un buen concierto, sino que también se llevaron consigo a un muy buen puñado de nuevos fans.
Ktulu
Con más de treinta y cinco años de trayectoria (38), el sexteto barcelonés volvía a los escenarios del festival, esta vez en el espacio grande de este, para proponer esa combinación de estilos que han nutrido su trayectoria y trabajos, estilos que abarcan desde el metal más intenso, al thrash y a los ritmos más actuales como el nu y el hardcore melódico.
A pleno sol y sudando de lo lindo, a Ktulu les costó conectar con un público que se mantuvo más expectante que explícito ante las inserciones más modernas de su set, pero que reaccionó de una forma muy expresiva en los temas de sus discos 'Orden Genético' (1994) y 'Confrontacion' (1997), siendo “Mensaje subliminal”, "Lado oscuro", "Justicia" o "Delírium Tremens", temas técnicos y más directos, junto a "Apocalipsis 25D" (B.S.O. ‘El día de la bestia’ de Alex de la Iglesia) y "Solo", que fueron los que mejor encajaron con el público que finalmente se dispuso a algunos circlepits y a un headbanging que acabó animando también a la formación.
Eclipse
Erik Martensson es uno de los productores y compositores más prolíficos en el panorama del hard rock melódico, tanto que no para de crear temas. Ahora está preparando el que va a ser su nuevo larga duración, aprovechando el tirón que la banda ha cogido, un álbum que saldrá el próximo 29 de septiembre bajo el título de ‘Megalomanium II’, segunda parte de aquél exitoso ‘Megalomanium’ que extrajo el pasado año y que Erik ha ido alargando con sendos singles y EPs.
En esta nueva oportunidad, a pesar del calor reinante, Eclipse se emplearon a fondo en un setlist repleto de esos himnos que tanto satisfacen y hacen disfrutar. Tras el arreglo de un pequeño problema en la guitarra de Erik en "Roses on Your Grave" y "Got It!", la formación firmó un inicio fulgurante en el que todos estuvieron muy intensos y directos, pero, como apuntaba, especialmente fue el bajista Victor Crusner el que, junto a Martensson, más juego e interacción propuso.
El siguiente en turno no aflojó las riendas y "Runaways" volvió a dispararse en efectividad y una entrega que relegaban en unas paradas que ya van siendo marca de la casa. "The Hardest Part is Losing You", apostillado por ese “Barcelona es nuestra segunda casa”, hizo que "Saturday Night (Hallelujah)" aún se siguiera con mayor efervescencia.
Un nuevo y eficaz tema, el adelanto de ‘Magalomanium II’, "The Spark", se unió a la fiesta para que todo siguiera al alza hasta que esas influencias a Thin Lizzy llamadas "Battlegrounds", en versión acústica, omitiendo esa parte enervante que sí tuvo "The Downfall of Eden".
Retomaron un ambiente de fiesta y entrega total, pasos que se remataron con los efusivos momentos marcados por "Black Rain", "Never Look Back”, “Twilight” y el rebautizado para la ocasión ”Viva Rock Fest” (“Viva la Victoria”).
Eclipse volverán a estar nuevamente de gira por un país que realmente se ha convertido en su segunda casa el próximo mes de diciembre en Sala Salamandra de L’Hospitalet el 12, Sala Totem de Villava el 13, Sala Gamma de Murcia el 14 y Sala But de Madrid el 15.
Mapogos
Los Mapogos fueron una manada de seis leones que en Sudáfrica dominaron al resto en una extensión de 70.000 hectáreas. En esta ocasión, Mapogos se forma por cuatro componentes que, a pesar de su nombre y su sed de éxito, no llegan a ser tan fieros como los del parque Kruger.
Por desgracia, el stoner de fuerza heavy y rastros urbanos que lidera Jordi Lancharro (ex-Tralla XXL, Motörhits), contó con un mal sonido desde la mesa, algo que hizo que rugidos como “La sombra” o “Espiral de la muerte” se convirtieran más en gruñidos que en lo que muestran en sus cada vez más frecuentes intervenciones en directo. ¡Lástima!
Ross The Boss
El exguitarrista de Manowar y actual de The Dictators volvía a un festival que, al igual que Eclipse, les abría las puertas tras haber sido descartados el pasado año del cartel definitivo. Y lo hacía para demostrar que su inclusión hace dos años en el BRF no solo respondía a una alternativa a sus excompañeros, sino que lo hacía para convencer de su validez y solvencia ante unos himnos que en manos de su formación siguen teniendo un amparo más que aceptable.
Está claro que no hay discusión de que Ross The Boss es una banda de tributo a Manowar, que al igual que, por ejemplo, Dirkschneider también ejerce otra faceta con temas de historia propia. Aunque en esta ocasión lo que se disfrutó a pleno sol y pulmón fue únicamente de los himnos pretéritos de los Kings of Metal.
Con el poder vocal de Marc Lopes (Metal Church) y escudado por el bajista de Gamma Ray y Avantasia, Dirk Schlätechter, y el batería y también ex-Manowar Kenny ‘Rhino’, además de por imágenes épicas en la pantalla posterior, fueron los protagonistas de apoyo a unos himnos que hicieron que las gargantas se calentases hasta el punto de fusión.
Con un set de lo más sugestivo, formado por: "Blood of my Enemies", "The Oath", "Sign of the Hammer", "Thor (The Powerhead)", "Black, Wind, Fire and Steel", "Kings of Metal", "Heart of Steel", "Battle Hymn”, “Kill with Power", "Fighting the World" cantado por Marc Lopes desde la valla del foso frente al público, y un final de lo más épico con "Hail and Kill", fueron los que obtuvieron el premio del respetable.
Wolfmother
Lo de este power trío australiano es de enmarcar. Su stoner rock de paredes modulares, se torna en directo, denso, activo y muy pasional cuando esta máquina de apasionar se pone en marcha, usando para ello esa fragancia de los setenta en la que podemos ver representada, sin problemas ni vergüenzas, a esa parte más psicodélica y progresiva de los Led Zeppelin y Black Sabbath de la época.
Así, la formación regida por el cantante y guitarrista Andrew Stockdale sirvió esa esencia en el mejor de los frascos, contenida esta en los efluvios que emanaban de temas directos como “Dimension” y “Rock Out”, el ganador de un Grammy “Woman”, o los empoderados “Feeling Love”, “Victorious”, “Colossal” o “Joker & the Tief”, pasajes que convirtieron el tiempo de su actuación en una nueva experiencia al haber podido estar nuevamente frente a su siempre relevante y excitante propuesta, y que un festival como el BRF se abra a ello en amplitud de miras... ¡Excelente!
Michael Schenker Group
Tras el momentazo de Wolfmother tocaba otro no menos apasionante y sugestivo, el retorno de MSG en esta alargadísima gira de celebración del cincuenta aniversario de su carrera, pero ¿qué importa volver a soplar las velas por enésima vez si el pastel es tan suculento como el que Michael nos proporciona?
La incógnita en esta oportunidad estaba más en el setlist que el guitarrista iba a proponer tras el anuncio de edición del álbum ‘My Years with UFO’ que en lo que íbamos a poder disfrutar con él, ya que la formación sigue siendo de ensueño (Robin McAuley a la voz, Steve Man a las guitarras y teclados, Bodo Schopf a las baquetas y Barend Courbois a las líneas de bajo).
Pero, no, esta vez, Michael no quiso repetir lo que parecía cantado y que ya ofreciera en el Leyendas del Rock del pasado año y dejó los himnos de UFO para otra ocasión. En su lugar, Michael, ahora sosteniendo una Gibson, pero siguiendo su tradición de no cortar el sobrante de las cuerdas, nos volvió a motivar, apasionar y hasta a hacer flotar con un set repleto de algunos de sus mejores momentos (por largos que sean sus conciertos siempre se echarán muchos de menos).
Para ello, Schenker dio nuevamente brillo a ese monumental instrumental que es "Into the Arena", tema que ejerció de gran anticipo a la salida de un Robin McAuley que, a pesar de sus años (71), está en una forma más que espectacular, lo que demostró desde el inicio de "Cry for the Nations" hasta que, tras más de hora y media, el show se cerrase con el no menos espectacular y exigente "Attack of the Mad Axeman”.
Entre ellos se dieron cita unos bellísimos momentos propuestos por "Looking for Love", de aquél ‘MSG’ que en 1981 contó con la colaboración, no incorporada en créditos, de Paul McCartney. Tras el registro de ese no tan clásico, seguimos con otros grandes, no tan conocidos para los no tan fans de su discografía, como lo son "Red Lights" y "Emergency".
Era un verdadero lujo volver a estar delante de una formación que se mostraba compacta y firme, al igual que el estar disfrutando de lo magistral de un Michael Schenker que sacaba brillo a las seis cuerdas de su Gibson mientras Steve Man le apoyaba en su faceta de rítmica.
Vuelvo a remarcar el don de McAuley a las voces, algo que quedó más que de manifiesto en los exigentes e intensos momentazos que “On and On" y "Armed Ready" nos propusieron. La simpatía y entrega de toda la banda era exultante y cada ritmo, cada riff, cada solo eran de sedosa calidad, algo que se magnificó en esa joya que a ritmo de power blues que se incluye en el magno ‘Assault Attack’ bajo el título ‘Rock You to the Ground".
Pasado ese momento en el que McAuley impuso tanta pasión como en su día propusiera Graham Bonet, tocó el turno de recuperar otra exposición del ‘MSG’ con un espléndido y muy agradecido "Let Sleeping Dogs Lie". Pero la cosa no podía acabar sin algunos de sus himnos más venerados, partes que se remataron con las erupciones desprendidas por "Desert Song" y el ya nombrado "Attack of the Mad Axeman".
Sin tiempo a más que un corto saludo y manos alzadas, pudimos vivir otro de los grandes momentos que se dieron en el festival.
Angelus Apatrida
Angelus Apatrida se han convertido en una de las grandes referencias en los festivales nacionales, ya que su presencia es siempre sinónimo de entrega e inercia, pero en especial es en el BRF donde su propuesta es algo más que un clásico, algo que junto a Twisted Sister / Dee Snider, Europe y Motörhits pocos nombres más pueden unirse en ocasiones continuadas y exitosas en las que el cartel del festival de Santako ha visto reflejado su nombre.
Nuevamente, los albaceteños fueron protagonistas de un show espectacular e hiriente. Los circlepits, el moshing y el headbanging eran propuestas interminables entre un público que gozaba con la potencia que desde el Stage Fest se estaba desfibrilando.
Quizás fuera porque el final de la noche en los escenarios más grandes lo iban a proponer Pantera, pero el nervio, la energía, el desgarro, la transmisión y la interacción público/banda fue de lo más especial que he podido vivir en un concierto de los manchegos.
Con bolas de demolición como “Scavenger”, “We Stand Alone”, “Indoctrinate”, “Give ‘Em War”, “Sharpenthe Guillotine” o “You Are Next” usadas como botas con las que patear nuestros estómagos, el concierto de Angelus Apatrida fue, tras el de Pantera, lo más intenso y brutal del día.
Europe
Como apuntaba, Europe son ya unos clásicos en el BRF, y aunque su setlist no suele variar en mucho y su inserción en los carteles de muchos festivales es más que reiterativa, sus huestes siguen siendo fieles a su legado y entrega.
En esta ocasión, la cosa no varió en casi nada. La formación se empleó utilizando a Joey Tempest como eficaz y enfático ariete y contrafuerte que soportaba gran parte del peso de un show que hizo suyo desde el principio hasta el final, mostrando y demostrando su buen estado de forma y que su voz, en ocasiones sufrida, sigue aguantando las exigencias de un guion que sigue enervando a unos fans que, a pesar del paso del tiempo, siempre acaban por rendirse ante los himnos más clásicos de la banda.
En este caso, envueltos entre las influencias de su carrera más primigenia como “On Broken Wings”, “Stormwind”, “More Than Meets the Eye” y “Ready or Not”, mientras los más actuales, algunos ya no tanto, también tuvieron su protagonismo en “Walk the Earth”, “Scream of Anger”, “Hold Your Head Up”, “War of Kings” y “Last Look at Eden”.
Pero donde la formación sigue recibiendo más ese entrañable cariño del público, esa atención de sus fans y de las damas en particular, es en sus grandes clásicos, esos que nunca pasan de moda y que hacen cantar y crean emoción a partes iguales. Así, los inexcusables “Rock the Night”, “Sign of the Times” (quizás el que menos), “Carrie” con lluvia incorporada, “Superstitious” con Joey emulando a Coverdale en “Here I Go Again”, “Cherokee” y el inefable “The Final Countdown” fueron los momentos más motivadores y enfáticos de un concierto en el que Norum, Michaeli, Levén e Ian Haugland fueron buenos acompañantes para un Tempest que se mueve rellenando espacios y animando sin parar con frases en catalán incluidas como “Sou de puta mare!” o en inglés como la lapidaria “¡Barcelona siempre, siempre sois fantásticos!”. Seguro que será hasta pronto…
Deep Purple
El tiempo pasa inexorablemente y hay quien lo soporta mejor que otros. Hace solo un año, Deep Purple ofrecían el mejor concierto que recuerdo de ellos en los últimos tiempos (lógicamente, obvio los de aquella gira de reunión con Blackmore), pero en esta ocasión he podido ver a un Ian Gillan que me ha vuelto a hacer sufrir desde el inicio de su concierto, que se hizo con el siempre exigente "Highway Star", algo que Gillan defendió a base de esfuerzo, técnica y orgullo, parte desde luego muy loable en él.
A partir de ahí, la formación cubrió las carencias de Gillan con esos solos alargados por teclados y guitarra, algo que técnicamente era de agradecer, ya que ver a unos maestros como Paice, Airey, Glover y McBride ejecutar pasajes instrumentales como lo hacían fue algo emocionante. Por ello, el concierto debería tomarse en ese sentido, validando con ello y excusando el detalle de ver cómo Gillan paga los excesos, mientras, por ejemplo, Glenn Hughes, sigue teniendo magia en su garganta.
Sobre lo acontecido, tras un alargadísimo "A Bit On the Side” llegó otra muestra de fragilidad vocal en el clásico de ‘In Rock’ "Into the Fire", tema en el que aunque Gillan rompió la voz, escucharlo de nuevo me supo a genialidad.
Solo de Simón McBride empalmado con un excelente y emotivo "Good to Be King" dedicado a John Lord, homenaje que Don Airey impulsó a los teclados con el detalle de tomarse una copa de vino servida por un camarero vestido al uso. Sigue el solo, pero esta vez para introducirnos a otro solo de McBride a ritmo de "Lazy", que continúa con ese single del nuevo álbum, ‘=01’, que tan bien consolida el sonido clásico de la banda. Me refiero a “Portable Door".
“Anya", otro alargado y sinfónico tema, dio paso a Airey para un nuevo solo, esta vez rematado con el himno del Barça, que fue muy celebrado.
Deep Purple se han convertido en un entrañable grupo de maestros que han sabido volver a conformarse en una banda que combina éxitos pasados y partes sinfónicas, algo cuya nueva muestra se amplía en "Bleeding Obvious” y esos imperdonables dos clásicos que son "Space Trucking" y “Smoke On the Water”, que se corearon como su leyenda merece.
La banda se despide y el público se mueve hacia el escenario paralelo preparándose para la tormenta que se avecinaba, pero la formación regresa por sorpresa y “Black Night” da final a un show en el que la formación técnicamente estuvo de lujo, pero que deja un recuerdo agridulce de su paso por el festival. Ojalá solo haya sido un bache en un camino del que esperamos que aún quede mucho por recorrer.
Pantera
Con un gran telón que cubría la totalidad del escenario en el que en rojo figuraban las letras del felino que da nombre a la formación, desde la primeras filas se sentía la nerviosa ilusión de, para muchos, poder ver por primera vez a esa banda que rompió esquemas e impuso su categoría gracias a su originalidad, rabia, expresión y dinamismo, marcado todo ello por esos riffs tan penetrantes como arrolladores y esa fuerza de un estilo que con ellos llegó a expandirse de tal manera que el propio Rob Halford quiso emularlo en unos Fight que acabaron perdiendo el buen sentido que ‘War of Words’ construyó.
Los minutos iban pasando y el nerviosismo se acrecentaba, hasta que la organización dio aviso de que el show iba a empezar, aunque momentáneamente solo con las luces de trabajo, ya que un problema en los carriles iba a hacer que las luces no funcionasen, pero que aún así la banda no quería hacer esperar más al público y quería salir a tocar.
El detalle, se entendiera o no, quedó en segundo plano cuando desapareció el telón y la banda apuñaló con el primer trallazo del set, “A New Level”, que inició una locura que solo paraba ante los cortos momentos en los que Phil Anselmo se dedicaba a presentar los temas y dar pequeños apuntes antes de volver a la carga.
Eso mismo es lo que sucedió con un poderoso “Mouth for War”. La locura estaba servida, la energía que el tema desprendía se sentía como la descarga de un rayo sobre nuestras cabezas. Espoleados por la eficacia del clásico y enfatizado por los riffs de guitarra de un Zakk Wylde mucho más mesurado que lo que en él era costumbre, el set siguió mientras las imágenes de la formación original se iban sucediendo en la pantalla central.
Recuerdos de Dimebag y de Vinnie Paul presidían desde los dos parches centrales de la batería de cuatro bombos que Charlie Benante machacaba tan poderosamente como ”Strength Beyond Strenght” y “Becoming” lo hicieron sobre nosotros. Una tenue lluvia caía sobre nosotros como intentando apagar el fuego que se creó ante otro de los grandes y poderosos himnos de la formación, una de esas salvajadas cuyo nombre bien podría definir lo que se vivía en el frontspace a causa de los circlepits y los salvajes headbangings que el hit provocaba. Así de exultante fue vivir “I’m Broken” en el concierto.
Acompañados de columnas de fuego y por la intensidad de los temas, tocaba relajarse un poco, mientras Phil, con voz tan ronca como rota, agradecía la entrega de los fanáticos allí congregados y la felicidad de regresar nuevamente a Barcelona. Era turno de prepararse para un viaje por esas montañas rusas de vertiginosas sensaciones vertidas en los descomunales cambios de tempo que tanto “5 Minutes Alone” como “This Love” encadenan.
La entrega era brutal, Zakk no paraba de riffear con esa rabia tan característica en él, Phil reventaba en cada fraseo, mientras que Rex Brown y Charlie Benante martilleaban nuestros pechos a cada golpe que proponían, algo que se magnificó en “Floods” y que llegó a la histeria en un “Walk” en el que a los coros pudimos ver a miembros de Dark Funeral e incluso a una pequeña coreando en los micros los devastadores versos que el himno contiene y que atronaron en Santako como lo haría la súbita erupción de un volcán.
Tomando aire y sacando fuerzas de ya no se sabe dónde, “Domination” se fusionó con la intensidad de “Hollow”, algo que nos arrastró hasta el punto más álgido del concierto, ese tren descarriado que a toda velocidad arrolló con todos, y es que “Cowboys From Hell” fue el delirio más intenso y abrumador de todo el día de festival.
Casi sin respiración, con las pulsaciones al máximo y la adrenalina impulsando mantenernos en pie, la banda se despidió, pero Phil miró a su alrededor y preguntó si había tiempo para una más; con cara de niño malo, esa que se genera cuando se sabe que se va a cometer una travesura y que no la va a evitar, Anselmo disparó el grito de “Fucking Hostile” e inmediatamente el himno se celebró de la manera más enorme, salvaje y furiosa posible. Quizás parezca exagerado, pero esas eran las sensaciones que viví y capté en las primeras filas de un concierto que ojalá se repita pronto.
Como se apuntaba en las camisetas de la gira: "Pantera For The Fans - For The Brothers - For Legacy"… ¡Brutales!
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Gran resumen hacia este pasado Sábado en el ROCK FEST hispano sobresaliendo las potentes actuaciones de históricas bandas como MICHAEL SCHENKER, DEEP PURPLE, EUROPE junto a nuestros ANGELUS APATRIDA y unos históricos de nuestro Metal Industrial como son KTULU.