Crónica de Backyard Babies: ¿Quién quiere que vuelva Guns N' Roses?
19 noviembre, 2015 4:32 pm 4 ComentariosSala Joy Eslava, Madrid.
Tomar notas a la antigua usanza en segunda o tercera fila es todo un deporte de riesgo. Pero a veces no queda otra, especialmente si uno quiere compaginar el fervor del fan con el deber periodístico, aparte del factor solidario con los fotógrafos que deben batirse el cobre sin foso de por medio y ante la incomprensión de gran parte del personal. Es una especie de guerra en la que cada cual lucha por mantener sus posiciones y únicamente abandona en caso de extrema necesidad.
Ya imaginábamos que la vuelta a los escenarios de los escandinavos Backyard Babies generaría la suficiente expectación para que un caluroso domingo de noviembre la elegante Joy Eslava terminara abarrotada hasta los topes, pese a que el cómputo total de visitantes se alcanzara no de golpe sino de forma progresiva. Había un respetable variopinto en el que abundaban las gorras y pañuelos como los que lucía antaño el voceras Nicke Borg y que no dejan de ser una suerte de actualización del legado sleaze angelino, igual de míticos que aquellas camisas de cuadros noventeras.
Como si de una noche temática sueca se tratara, el cartel de la velada incluía a pujantes promesas de la tierra del Ikea, caso de Junkstars, ramonianos y deudores hasta las cachas de la filosofía de los tres acordes. El reducido personal que pululaba por ahí les acogió con una frialdad casi insultante, pese a que tenían temas adrenalínicos del calibre de “This Means War”, que da título a su decente último disco, o autenticas declaraciones de principios como “First Time I Heard The Clash”. De hecho, su voceras nos confesó que “se puso cachondo” la primera vez que escuchó a la banda de Joe Strummer y Paul Simonon. Ni por esas. A la mayoría ni se le levantó.
Por principios siempre solemos simpatizar con los grupos de féminas tipo Heavy Tiger, ya que, aunque parezca mentira, en pleno siglo XXI todavía sigue existiendo mucho machismo y mucho cavernícola que piensa que estos conjuntos tienen como única finalidad la recreación visual. Pero estas chicas curtidas en garitos reducidos le echaron un par con sus uniformes rojos a lo ABBA, coreografías reminiscentes a Kiss y un poso de Hellacopters con mástiles apuntando al cielo que haría sentirse orgulloso hasta a Nicke Andersson.
Impresionantes los solos de guitarra al tuétano y el doble salto que efectuaron al final desde la batería. Enormes.
El ambiente andaba tan caldeado los instantes previos a que asaltaran las tablas Backyard Babies que sonó por altavoces el “Welcome To The Jungle” y la peña lo flipó tanto como si fueran en realidad los protagonistas de la velada. Con ese idéntico espíritu macarra angelino de los Guns N’ Roses de los inicios, se jugaron la partida a blanco o negro, todo o nada con “Th1rt3en Or Nothing”, un tema con aroma de clásico y riffs sincopados que recuerdan al “We’re An American Band” de Grand Funk Railroad. Casi nada.
Sin contemplaciones enfilaron con la fundamental “Highlights” mientras Dregen y Nicke se subían a unas plataformas de las que salía un humo digno del infierno. Desde luego, con semejante derroche de actitud, nadie hubiera dicho que habían estado un tiempo considerable sin pisar los escenarios. Lejos de ser un tópico, la química entre ellos fluía y se palpaba un buen rollo similar al de unos amigos que se juntan alrededor de unas cervezas. Puro colegueo.
Otra de las piezas que solía atronar en su anterior gira era “The Clash”, de su disco ‘Making Enemies Is Good’, quizás la etapa en la que más se detuvieron junto con el inevitable ‘Total 13’. Y es que cortes del calibre de “Brand New Hate” eran auténticos bombazos en directo, al igual que “UFO Romeo” o “Made Me Madman”, algo mucho más que un simple derivado del punk, como decía un tipo hastiado del mundo la última vez que les vi en Bilbao.
El tono festivo de “Dysfunctional Professional” dio paso al inevitable recuerdo a la tragedia ocurrida hace escasos días en la sala Bataclan de París, por lo que pidieron un minuto de silencio para todas las víctimas del terrorismo. En ese contexto encajaba a la perfección el medio tiempo “Bloody Tears”, el único momento de respiro que nos habían concedido hasta entonces y que sirvió para recuperar aliento en el ecuador tras una ristra de temazos de infarto.
Llevan dándole al callo desde finales de los 80, aunque existía una notable presencia de juventud en el recinto, por lo que dedicaron “A Song For The Outcast” a los “nuevos y viejos amigos”. Un colega muy unido a su trayectoria era Tyla de Dogs D’Amour, a quien Nicke definió como “un auténtico pirata que suele andar por Madrid y Barcelona”, antes de arrancarse con un emocionante “Painkiller” casi a capella. Toda una reivindicación de los poetas a prueba de balas.
El aspecto de teatro antiguo de la Joy Eslava alucinó tanto a los suecos hasta el punto de afirmar que “sería un buen lugar para grabar un DVD”, y quizás a modo de homenaje a su trayectoria, se acordaron de la reciente “Wasted Years” y el himno “Nomadic”, donde volvieron a levantar los hachas de guerra subidos en plataformas. Para saciar a cualquier fan exigente.
Una hora y cuarto a toda pastilla que despidieron a lo grande con un “Look At You” en el que la cerveza voló y las multitudes se desparramaron. Al contrario que en otras salas de Madrid, en la Joy todavía no han prohibido el pogo. Ni tampoco cantar en alto.
Retornaron para los preceptivos bises con Dregen ataviado con gorra imperial e intentando contenerse en la parte lenta de “Abandon”, que se transformó en un in crescendo ideal para enfilar la recta final. Y en “Minus Celsius” ya se desbordaron por completo, con el carismático guitarra más “Droguen” que nunca y Nicke dando golpes en la tarima con sus botas militares.
Una hora y cuarto a toda pastilla que despidieron a lo grande con un “Look At You” en el que la cerveza voló y las multitudes se desparramaron. Al contrario que en otras salas de Madrid, en la Joy todavía no han prohibido el pogo. Ni tampoco cantar en alto.
Ahora que se habla tanto de que Axl Rose y Slash ya se han reconciliado y plantean reunir a la formación original, uno se pregunta si realmente es necesario después de semejante regreso como mandan los cánones, con las ganas intactas y sin la frialdad de unos mercenarios. Ante este panorama y con bandas que recuperan en su totalidad el descaro de Sunset Strip y demás, ¿quién quiere que vuelvan Guns N’ Roses?
Texto: Alfredo Villaescusa
Fotos: Marina Rouan
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4 comentarios
Gran concierto de BACKYARD BABIES a pesar de estar sobre las tablas 1 hora y cuarto según he leído por aquí, pero con su punk rock seguro que se hizo algo más estable dicho show. Tampoco hay que olvidar las actuaciones tanto de JUNKSTARS COMO
Llamándoles "punk rock" ya demuestras que de este grupo, tú, nada de nada
Backyard babies bien (mas flojos que la ultima vez que les vi en su gira "despedida" en la misma sala hace 4 o 5 años) pero vamos que no comparemos con los Guns, en serio, una cosa es una cosa y otra es otra (esto es como lo de un plato es un plato ¿eh? y una maceta es una maceta), las comparaciones son odiosas y los Backyard Babies salen muy mal parados por todo......Guns and Roses, la ultima vez en Madrid con Axl y amigos bastante mejor que los Babies el pasado Domingo, ya con Slash no me imagino.....
Estas muy equivocao PELAO (Pablucho gogo). Al lao tuya se mucho más que tú de ellos!!!