COZ + FÜEL: ¿UNA NOCHE MÁS?

Sala We Rock, Madrid

Noche de Rock y de Heavy Metal castizos, noche de veteranos y noche de frío en el centro de Madrid. Un frío que, por momentos, pareció colarse escaleras abajo hasta el mismísimo corazón de la sala We Rock, pero al final no impidió que la gente disfrutara tanto de Coz como de Füel, los dos grupos del cartel en cuestión. Complicada papeleta la de Coz. En primer lugar la banda salió al escenario ante una sala muy desangelada; alrededor de 50 personas que, por si fuera poco, debido al retraso con el que comenzó el concierto (hasta las 22:30 horas no arrancó y las puertas llevaban abiertas desde las 21:00 horas), tardaron igualmente más de la cuenta en entrar en calor. Una lástima porque el cuarteto, o quinteto desde el momento en que apareció Eduardo Pinilla (actual guitarrista de los Burning), no pudo echarle más ganas al asunto desde la inicial “Más Sexy”. Con el bajista y vocalista Juan Márquez como maestro de ceremonias presentando a sus compañeros, dando apuntes sobre las canciones y haciendo algún que otro comentario divertido, realmente poco podría reprochárseles en ese sentido. En segundo lugar la acústica dejó mucho que desear. Desconozco si fue un problema de instrumentos y equipo, de la sala, un poco de todo o del karma, que democráticamente decidió cebarse con músicos y asistentes, pero en cuanto te alejabas un poco del escenario costaba entender y seguir las letras —en especial las intervenciones de Irene Persa, la jovencísima voz de estos nuevos Coz con permiso de Márquez, cómo no—. Acoples, volumen excesivamente alto y distorsionado por momentos… una lástima, repito, pero aún así todos supieron aguantar el tipo y sacar adelante el concierto.

Si eres una de esas personas que conoce —y reconoce— a Coz por aquellos éxitos de título “Las chicas son guerreras” y “Más sexy” deberías saber que, hoy por hoy, en directo, su espíritu es otro. Guitarreros a más no poder gracias a los riffs de Miguel Ángel López, el hacha oficial y permanente de la formación, quien se marcó un muy buen solo tras “Llévame contigo”, y del mencionado Eduardo Pinilla, quien precisamente minutos después se unió al show para no bajarse del escenario hasta el final. Por aquel entonces ya nos habíamos olvidado de lo tarde que había empezado aquello y de la acústica y derivados, así que se disfrutó más de los temas que llegaron: “De mal en peor”, dedicado a “los grupos que se quedaron por el camino” según el propio Juan Márquez, “Tentación”, la lenta del listado —que de “muermazo” tuvo poco con ese guitarreo por duplicado—, “Imagínate por qué”, la canción dedicada a John Lennon o “Las chicas son guerreras”, que tampoco podía faltar y provocó algún que otro baile entre las féminas presentes en la sala. No hubo tiempo para más, ni siquiera un bis, tampoco apareció por allí José Carlos Molina de Ñu —a pesar de ser nombrado en alguna ocasión y hubo quien le esperaba— y con ese último tema dieron por concluido su paso por We Rock.

De hecho ni cinco minutos pasaron y los Füel ya estaban listos ahí arriba a eso de las 23:45 horas, mientras una voz trataba de localizar al dueño o dueña de ‘las llaves de un Seat’ extraviadas. Al grito de “¡buenas noches!” comenzó el concierto de Füel en clave de Heavy Metal ochentero —como no podía ser de otra manera— y también con voz femenina, la de Begoña Sánchez, conocida principalmente por su trabajo en Sibila. Begoña estuvo secundada perfectamente sobre el escenario por Cristian Molina (batería), Carlos Llorena (bajo, ex Sibila), José Antonio Martín  (guitarra y voces, ex Sangre Azul) y Paco Ramos, faltaría más, también guitarra y voces, el fundador de este proyecto en 2009 tras dejar Panzer. Y no sólo “sobre el escenario”, sino también ahí abajo, pues a la fiesta se sumó más público a última hora y el aspecto no resultó tan desangelado como al principio.

Para quienes acudieron con el reclamo de Coz se encontraron con Füel sobre el escenario, que no solo supieron sacar el correspondiente setlist adelante, nos regalaron una brillante y contundente actuación que sin duda llego de manera precisa a todos los que queríamos metal sin concesiones. Un listado en el que, por cierto, presentaron fundamentalmente su álbum “Una noche más” hasta que, entrada la madrugada, tampoco hubo tiempo para más. Iniciaron fuego con “Nunca Mires atrás” y “El Funeral de las flores”, dos temas muy bien escogidos para abrir la noche y que mostraron a la banda unida sobre el escenario, sonando de muerte. “Yo le llamo rock” fue uno de los temas nuevos  que salieron a la palestra y que personalmente desde la primera vez que pude oírlo antes del concierto ya me gustó, y eso que solo pude escucharlo en un estado más “embrionario”; un himno para los que nos gusta el rock y que nos ha dejado marcados de por vida. Es evidente, pero hay que mencionarlo, la gran calidad musical que atesoran todos los miembros de la banda, imposible para mi destacar alguno y es que uno intenta no perder detalle en cada minuto de la actuación y se queda asombrado tanto de las guitarras a cargo de Paco Ramos como de José Antonio Martín (cuánto tiempo hacía que no le veía sobre un escenario) como el resto de la banda. Bego es una tormenta sobre el escenario, con un timbre de voz potente pero a la vez sabe dar melodía  a las composiciones como es el caso de “Sherezade” o “Sangre de Mujer”. Meten caña en otros tiempos más acelerados y salvajes como “Cazador” o la que da nombre a la banda, “Fuel”. Se iba acercando algo que no queríamos como es el final pero todavía quedaban cartuchos para disparar y de esta manera fueron cayendo  la agresiva y cargada de mala hostia “Siervos de plástico” y la esperada “Una noche más” que ponía el punto y final.

Está claro que para bien y para mal no fue una noche más, así que veremos y escucharemos cómo será la próxima. Y es que, con dos grupos semejantes, dispuestos a seguir dando guerra, habrá una próxima.

Texto: Alberto C. Molina (@albertocmolina)

Foto: Charly Rock & Roll

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