CÁPSULA + BELAKO + NIÑA COYOTE ETA CHICO TORNADO: ES SOLO ESO
30 diciembre, 2014 4:55 pm 1 ComentarioKafe Antzokia, Bilbao
Los mecanismos de la atracción a veces parecen caminos inescrutables, por lo menos en el aspecto mental, porque para sentir algo desde el punto de vista físico apenas hace falta ceder a los instintos primarios que llaman al apareamiento animal. Descifrar empero las coordenadas que posibilitan que nos agrade una cosa y no otra requiere un esfuerzo que va más allá del pensamiento básico habitual en los seres acostumbrados a la oscuridad de la caverna.
Lo cierto es que siempre han existido cosas que no se pueden explicar con palabras, imposibles de verbalizar, no solo en el plano más puramente emocional, sino también en el campo artístico. Bandas que poseen algo especial encima del escenario, un concepto similar a lo que los anglosajones llaman ‘it girls’, chicas jóvenes del mundo de la moda o la farándula con un poder indescriptible que hace a todos los demás reparar de inmediato en su deslumbrante presencia, una cualidad que en muchas ocasiones guarda más relación con la actitud que con ningún otro elemento.
Tres grupos diferentes, cada uno de su madre, se reunían esa noche en el Kafe Antzokia en una espectacular gira navideña que aunaba la veteranía de los hispano-argentinos Cápsula con las palpitantes promesas de Belako o de Niña Coyote eta Chico Tornado, dos nombres imprescindibles para entender la escena vasca contemporánea y cuya popularidad en el resto del Estado crece a pasos agigantados.
Con semejante cartelón, no era de extrañar que colgaran el cartel de entradas agotadas, aunque la afluencia y tipo de público varió bastante entre un grupo y otro. Por ejemplo, un respetable más bien variopinto recibió al dúo guipuzcoano Niña Coyote eta Chico Tornado, que dieron un recital de altura, de esos de no pestañear para no perderse el más ínfimo detalle. A un servidor le flipa ese juego que se traen entre ellos de miraditas felinas, casi sexuales, en el que dos fieras parecen defender su territorio frente a los envites del otro. Resulta complicado describir con palabras la química absoluta que desprende esta pareja y que te hace creer que estás contemplando un espectáculo realmente único. Hay que verlo.
Eso en el apartado visual, porque en cuanto al plano musical la apabullante forma de tocar la batera de Ursula Strong debería avergonzar a unos cuantos machos. Normal que así suene atronador el clásico de Hendrix “Foxy Lady”, realzado además por la peña gritando a pleno pulmón el estribillo, o que el poso stoner de “Gimme Danger” de Iggy Pop & The Stooges gane incluso matices y contundencia respecto a la original. Lo dicho, el que a estas alturas todavía no los conozca se está perdiendo algo muy grande.
¿Quién iba a decir que del modesto pueblo de Mungia surgirían unos chavales que recogerían el legado post punk de Joy Division y lo llevarían a unas cotas de popularidad nunca vistas, llegando incluso a ser catalogados por la revista Rolling Stone como banda revelación del año? Sí, Belako se encuentran actualmente en un momento dulce de su trayectoria y eso tal vez se refleje en la deslumbrante cara de felicidad de la bajista Lore o de cualquiera de sus otros tres compis.
Porque si algo transmiten estos pipiolos a las tablas es ante todo ganas de comerse el mundo, con recitales en los que ponen a todo el personal a saltar y montar pogos. Fue con diferencia el momento en el que más se sintió el agobio de la muchedumbre y para hacerse una idea de las proporciones del fiestón mencionar que hubo hasta crowdsurfing. Y el final con invasión casi descontrolada del escenario bajo unos ritmos electrónicos que recordaban al “Blue Monday” de New Order se antojó de enmarcar.
Alternaron con sabiduría la furia punk de “Vandalism” con el bailoteo new wave y probaron la temperatura de las nuevas composiciones editadas en sus recientes EPs ‘AAAA!!!!’ y ‘Bele Beltzak Baino Ez’, caso de “Eat Me!” o “Crime”. Inútil resistirse al encanto de sus teclados hipnóticos, la voz lánguida, el bajo taladrante o esos punteos en la tradición post punk de John McGeoch (Siouxsie & The Banshees) o Keith Levene (Public Image Ltd.). Nadie en todo el País Vasco hace la misma música que hacen ellos, y me atrevería a decir que ni en el resto de la península. Cada vez más grandes.
He de reconocer que a Cápsula, los veteranos de la triple sesión, nunca hasta esa noche les había prestado demasiada atención, pese a sus frecuentes bolos en la capital vizcaína, de hecho, llegaron incluso a grabar un álbum en directo en Bilbao. Uno los tenía por psicodélicos, por lo que sorprendió comprobar que lo suyo estaba más cercano a la visceralidad de MC5 o The Stooges, si bien en ocasiones su cantante Martín Guevara se ponía el traje de predicador a lo Nick Cave y nos sermoneaba cual chamán con la característica verborrea argentina.
Merece en este aspecto destacarse la inconmensurable labor de frontman de este tipo, un auténtico encantador de masas que ha nacido para subirse al escenario. Aparte de una actitud rockera que echaba para atrás, consiguió sin dificultad que el respetable comiera de su mano a las primeras canciones y no se cortó a la hora de mandar bajar a los que estaban en el segundo piso del Antzoki. “Esto del VIP es muy cómodo, pero es muy poco rock”, insistió ante la estupefacción general.
Su bolo se asemejó a una catarsis de peyote en el desierto, con momentos rituales a lo The Doors, cadencias en plan ‘Abierto hasta el amanecer’, como “Communication”, y explosiones de energía setentera en “Blind”. La eucaristía terminó levantando la guitarra y ofreciéndola a los fieles a modo de hostia consagrada. Un profeta de la electricidad.
El escritor Rudyard Kipling hablaba de la atracción absoluta de la siguiente manera: “No es la belleza, por decirlo así, ni buena charla necesariamente, es solo eso”. Una frase ideal para definir esa especie de aureola que parecía sobrevolar por encima de la cabeza de los tres protagonistas de la velada. Simplemente eso.
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
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1 comentario
Tres bandas que estuvieron a la altura y que el dominante común fue el factor mujer esa noche de protagonistas con sus estilos diferentes cada banda dando buenos recitales.Que cunda el ejemplo!!!