BRUCE SPRINGSTEEN: EL ESPECTÁCULO DE TU VIDA
28 junio, 2013 5:36 pm 9 ComentariosA uno siempre le ha tirado más el rollo underground, dárselas de sibarita entre la multitud por su gusto refinado en cualquier materia. Pero por muy a contracorriente que nos guste colocarnos, a veces no queda más remedio que rendirse a la evidencia y al establishment cultural y admitir que en ciertos asuntos el populacho no se equivoca. Como en esos eventos absolutamente multitudinarios en que se convierte cada gira del ‘Boss’ por nuestro país, que a pesar de los años siguen desatando la histeria colectiva agotando entradas en horas y con fieles que no dudan en arremolinarse en torno al recinto días antes con tal de conseguir un sitio privilegiado para ver a su ídolo.
Cualquiera que haya estado en uno de sus recitales sabe que el hombre se entrega como pocos y es capaz de lo imposible en alguien a sus años. Su última gesta de hecho se produjo la gira pasada en Madrid cuando dio el concierto más largo de su trayectoria al tocar 3 horas y 48 minutos, meándose de esta manera sobre todas las generaciones de jóvenes músicos incapaces de aguantar sobre las tablas dos horas sin desfallecer en el intento. Se les debería caer la cara de vergüenza.
Y aquella noche no iba a estar muy lejos de repetir semejante hazaña. Con un escenario sin demasiados ornamentos, similar al de su última visita a la península, Bruce Springsteen ofició la ceremonia del rock con un leve retraso y un potente “My Love Will Not Let You Down” capaz de sacudir los cimientos de El Molinón. La voz se elevaba sobre el inmenso océano de fieles mientras la completa sección de viento estallaba en cada estribillo. A cada rasgado de guitarra aquello parecía temblar, una sensación que se incrementaba con los redobles de Max Weinberg a la batera. Existen pocos grupos con un sonido en directo tan contundente y a la vez cristalino.
La elección de la pieza de arranque ya nos indicaba que aquel iba a ser un recital de sorpresas, por lo que tras la esperable “Out In The Streets”, donde ya sintió la necesidad del calor humano de las primeras filas, llegó un “Better Days” a petición popular con unos coros femeninos en plan góspel atronadores. Hacía tiempo que no recuperaba repertorio de esa etapa medio en solitario, sin gran parte de la E Street Band, en la que le dio por la introspección amorosa y la comercialidad. Pero se agradeció este guiño al pensamiento positivo.
Para los que no lo sepan, comentar que ‘El Boss’ tiene por costumbre ir recogiendo carteles con nombre de canciones a lo largo del bolo, algunas las guarda para otro momento y otras las selecciona después de enseñarlas a cámara. Se trata por tanto de un recital a la carta en el que el artista toca simple y llanamente lo que le pide el público, aparte, claro está, de ciertos temas que no sufren variación de una fecha a otra. Salvo que al tipo le de la neura y se explaye con lo que le apetezca, que también puede pasar.
De esta manera aterrizó la rareza de las sesiones del ‘Darkness On The Edge Of Town’ “Ain’t Good Enough For You”, un temazo de ese soul vía Motown capaz de poner pelos de punta y que Bruce cantó como un negrazo desbordando sentimiento, por la entrega que puso se le debió hasta oscurecer la tez por lo menos. Y solo él podría conseguir una respuesta tan abrumadora con algo para muy puestos en su trayectoria. No era de extrañar, pues la banda al completo demostró una versatilidad inaudita, desde los redobles de Weinberg hasta la avasalladora sección de viento que con cada bocanada de aire que pegaban a sus instrumentos atraían de inmediato la atención. Tremendo, uno de los momentos de la velada.
Siguieron con las peticiones y en un arrebato de principios se decantaron por el “Travellin’ Band” de la Creedence, para los que luego dicen que Bruce no es rockero. Aquí aporrearon teclas a la manera del ‘Killer’ Lewis y el hijo del fallecido Clarence Clemons se salió en el solo de saxo. Un más que digno heredero de su enorme progenitor.
Retomaron el esqueleto habitual de la presente gira con “Wrecking Ball” y “Death To My Hometown”, ambas representantes de ese folk alegre de su último álbum y que en directo ganan una espectacularidad extra por los tambores marciales y el talento de la violinista Soozie Tyrell. Mayor atractivo tenía para nosotros el inmenso “Spirit In The Night”, un tema para trasnochadores irredentos que huele a garito y humo de tabaco con un inefable romanticismo y que cualquiera que haya vivido algún evento memorable a altas horas de la madrugada podrá entender. Por experimentar cosas así ya merece habitar este maldito planeta.
“Hemos vivido malos tiempos en América, en España y en Gijón. Dedicamos esta canción a la promesa de tiempos mejores.” Así en castellano presentó el ‘Jefe’ “Jack Of All Trades”, otro de los tramos medianamente fijos en el repertorio. Y para no romper la racha nostálgica, escogió el himno “The River” para expresar su preocupación social, aunque eso no evitó que muchas parejitas se besaran con entusiasmo como si fuera una canción dulce de amor. El lado crepuscular seguía aflorando en “Atlantic City”, a la que añadieron cierto deje folk. Habría emocionado más la versión minimalista de estudio, con acústica, armónica y se acabó.
Ya se echaba en falta una pieza rockera de esas de levantar del asiento, por eso se agradeció un “You Can Look (But You Better Not Touch)” que nos legó estampas impagables con Bruce y Steve Van Zandt cantando a dúo a la manera de Jagger y Richards u otras parejas míticas del rock. Para animar al respetable nada mejor que los cánticos empalagosos de “Darlington County”, donde Springsteen se calzó un sombrero de cowboy que recogió del público y luego fue rulando por ahí.
Súbitamente la mayoría relajó los ánimos con una prolongada intro de piano que para los más enteradillos era inconfundible, se trataba del “Because The Night”, aquella obra maestra versionada hasta la saciedad compuesta por el propio Bruce y Patti Smith y que luego cada uno llevó a su terreno. En este caso las ínfulas poéticas se hallaron bien compensadas por un solo de Nils Lofgren para elevarlo a los altares, pues fue un in crescendo total con el dotado hacha girando cual peonza a medida que se incrementaba el griterío. De enmarcar.
Permanecerá asimismo en la memoria el clásico “Rosalita (Come Out Tonight)” con Van Zandt, Bruce y el saxo Jake Clemons comandando la nave en la parte delantera del escenario. Y seguro que muchos no se sacan de la cabeza “Waitin’ For A Sunny Day” y el instante enternecedor en el que sacó a un niño con orejeras a cantar el estribillo. ‘El Boss’ quería sobarnos el corazoncito y sin duda lo consiguió con un sentido “Drive All Night” a petición popular, un canto puro de desesperación absoluta cuando nada queda por perder. Alguna del público hasta lloró con tan magistral interpretación, no era para menos.
En la recta final, la popular “The Rising” encendió de nuevo los ánimos, al igual que “Badlands” y “Light Of Day”, un deseo expreso de Steve Van Zandt que se materializó en un rock n’ roll a la vieja usanza con vientos atronando, Steve casi fundiendo el mástil en el solo y Bruce intercalando ya para rematar el “Land of 1000 Dances” de Wilson Pickett. Vaya delirio.
Los bises fueron extensos como manda la tradición, iniciados por “Radio Nowhere”, a instancias una vez más del personal, y con los impepinables “Born In The USA” “Born To Run” y el punto reivindicativo rockero “Seven Nights To Rock” de Moon Mullican, que en manos de la E Street Band se convierte en todo un trallazo y un desparrame absoluto. No podría faltar tampoco “Dancing In The Dark” con chicas invitadas a bailar y el “Tenth Avenue Freeze-Out” en el que se recordó la figura del ‘Big Man’ Clarence Clemons.
La charanga del rayadísimo “Twist and Shout” no nos sedujo demasiado, por mucho que metieran un fragmento de “La Bamba” y algo más de interés tuvo la también verbenera “Shout” porque siempre admiramos las armonías vocales de The Isley Brothers, The Four Tops y otros grupos de la quinta. Con esas coristas que eran pura crema, ¿cómo lo iban a hacer mal? El broche inesperado se alcanzó con un “Thunder Road” minimalista, con Bruce en solitario con acústica, armónica y entonando a lo Woody Guthrie con una estela melancólica.
3 horas y 40 minutos como un señor, dando una lección de poderío a las generaciones venideras. Ir a un concierto suyo sigue siendo una de las experiencias más gratificantes que puede vivir un ser humano, el espectáculo de tu vida. Cualquier día rezaremos a Springsteen para pedirle consejo como hacía John Cusack en la peli ‘Alta Fidelidad.’
Texto: Alfredo Villaescusa
Foto: Domingo J. Casas
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9 comentarios
Seguro que fue un gran concierto del BOSS en gijón tocando míticas canciones tanto en solitario como de la STREET BAND pero lo que más me jode es que siempre echan a las mismas bandas en la tele cuando visitan nuestro país y está es una de ellas IGNORANDO por completo otras que son tan grandes como está.
Por cierto y se me olvidaba.Con el pastón que gane este músico como si los hace gratis o cobrando poco va a ayudar a los mineros ni a los astilleros asturianos que las están pasando putas por ahí arriba también!!!
ya podría marilyn manson aplicarse el cuento porque sin ser exagerado un concierto del boss son tres conciertos del manson,estoy de acuerdo los grupo jóvenes o no tan jovenes como manson tokan una hora y cuarto cobrando un pastizal y a medio gas
Bueno si hablamos de la señorita marilyn porque de manson no tiene ya na seguro que será uno de los mamones que más cobren en directo!!!
Joder, macho, un concierto de Marilyn Manson supongo que es algo más intenso. Pero al Bruce éste le pasa como al Fandi, que se lleva cinco horas para matar a un toro.
Al Bruce lo aguanto yo una hora y cuarto y mucho es, si me invita un colega.La verdad es que no es santo de mi devoción.
Pero bueno..., ahí está. Algunas cosas buenas sí ha hecho.
¡Un saludo a todos!.
¿si te "invita" un colega?.Hasta en eso eres un RATERO (jesusa)!!!
si yo he visto a manson y sera mas cañero peor ni canta bien lleva una banda del montón y mucho teatro y poca musica igualito que unos rolling stones o pearl jam no te digo
Me la SUDA (antitusa)!!!
duchate juandi jejeej