BILBAO BBK LIVE, EL READING VASCO

Sin comerlo ni beberlo este evento se ha convertido en un “must” en la agenda del que suscribe. Otro año más subíamos al monte Kobeta para disfrutar del ambiente y la música que ofrece Bilbao en julio gracias al buen hacer de la promotora Last Tour. Echando un vistazo al cartel, este año parecía variado y demoledor. Como siempre, la vida te da sorpresas. Eso sí, una vez más la jornada de clausura fue la más impactante.

JUEVES

Pisamos Bilbao la noche anterior y estábamos frescos, así que subimos al monte a primera hora para irnos al escenario Live!, el pequeño de los cuatro existentes, para calentar motores con Arcane Roots. Me recordó vagamente aquel lejano Reading de 2005 cuando bien temprano nos quedamos alucinados con Funeral For A Friend. De estilo similar y con una energía habitual del que empieza fue un gran descubrimiento y la manera perfecta de empezar el festival. Tras ellos nos decidimos a bautizar el escenario Bilbao, el grande y principal del finde, para comprobar de primera mano si Alt-J es la revolución musical que nos han intentado vender los ingleses. Nos dejaron tibios. Así pues, acto seguido, nos dirigimos al escenario Heineken, segundo en importancia, para poder ver, por primera vez y tras dos entrevistas, a los canadienses Billy Talent que repetían en Bilbao. Pese a la energía y el valor incontestable de su repertorio, quizás el sonido del micro no ayudó o la voz algo deteriorada de Benjamin Kowalewicz no quiso elevar el set de normal a extraordinario. Un poco de bajón tras verlos en directo. Personalmente los prefiero en disco. Después de perdernos las primeras canciones, regresamos al menudo y preferido Live! Stage para escuchar a Edward Sharpe & The Magnetic Zeros cantar su himno, anuncio de televisión mediante, y despedirnos de este hippie combo con su ‘Home’. Ovacionados y respetados.

Poco antes de las nueve de la noche, Editors salían al escenario principal para recuperar los seguidores que han perdido en los últimos años, y aunque su propuesta bebe de muchas influencias reconocidas, su oscura comercialidad nos gustó mucho más que la última vez que los vimos. Un buen show pero que demuestra que deben entregarse a una revolución interna en el seno del grupo y dirigir las amarras de su futuro musical.

Todo el mundo habla de ellos. Los mallorquines que han conquistado a Lana del Rey, al binomio Reading/Leeds y media Europa, salieron a tocar a la carpa Vodafone Yu con todo abarrotado. Tras su show y las canciones de su debut 'Dualize' nos confirmaron lo que todo el mundo ya sabe. Grandes L.A. (Luis Alberto y sus secuaces).

Y llegó el momento que muchos esperaban. El primer cabeza de cartel de esta edición. Depeche Mode ofreció uno de esos conciertos que gustan a fans y curiosos. Quisieron sentar cátedra y recordarnos que, aunque hayan escrito himnos generacionales, acaban de lanzar su disco número 13 bajo el título de 'Delta Machine'. Por eso empezaron con las dos canciones que abren su reciente LP. Durante la cuarta, 'Precious', petaron las conexiones del teclista Andrew Fletcher. Dave Gahan entre incrédulo y cabreado paró el show y tras intentar solucionar el embrollo y hacer de tripas corazón, volvieron a iniciar el tema sin problemas hasta el final de sus dos horas encima del escenario principal. El resto, pues hasta veinte temas con una demostración del buen estado de forma de Gahan y el de sus hits de siempre. Final apoteósico con un bis de cinco temas y triunvirato de despedida 'I Just Can't Get Enough', 'I Feel You' y 'Never Let Me Down Again'.

Tras ellos corriendo al escenario Heineken para iniciar nuestro triplete estival con Biffy Clyro (próxima para el 24 de julio en Ibiza Rocks y a finales de agosto en Leeds Festival). El trío de Glasgow dio el concierto de la jornada y el bolazo del festival. Centrando su set en su reciente 'Opposites' y en tan solo una hora demostraron que su energía y sus canciones les han merecido encabezar Reading y Leeds a finales de agosto. Incluso la banda dijo en el twitter: “¿Qué os ponen en el agua, Bilbao?” Después de semejante barbaridad lo de Two Door Cinema Club fue puro entretenimiento. Cosa de niños.

VIERNES

Y el día del diluvio universal empezó muy bien. Vimos en el escenario Heineken a Benjamin Biolay con Carl Barat. El ex The Libertines salió a cantar dos canciones con el francés malote que se marcó un set variado con melodías desde el rock de Dominique A hasta un pseudo rap que guardó para el final. Entretenido. Tras él decidimos ver a The Vaccines, una de las sensaciones del momento. El concierto fue mejor de lo que esperábamos pero duró media hora por la tormenta que roció el monte de Kobeta y que trastornó el set de Mark Lanegan, que con seis canciones dijo basta. Todo el mundo bajo carpas y los más locos mojándose y sin música. El parón empezó a alimentar los rumores que decían que Kings Of Leon volverían a hacer lo que hicieron en 2009 en Benicássim. Pero, tras un buen rato de lluvia intensa, sobre las nueve de la noche el tiempo se calmó y se pudieron reestablecer las actuaciones. The Klaxons salieron tarde y eso nos obligó a decantarnos por Gary Clark JR., una especie de Brant Bjork pero con poso soul y blues. Un maestro que demostró que menos es más y que nos hizo quitarnos el sombrero a todos los que abarrotamos el menudo Live! Stage. Visto lo visto,  los hermanos Followill salieron puntuales y repasaron sus cinco discos a medio gas. El cantante confesó que su voz no estaba del todo bien y que debíamos ayudarle a corear. Al día siguiente terminaba su larga gira de presentación de 'Come Around Sundown'. Grandes expectativas, resultados inesperados, otra vez será. El frío, la lluvia y el cansancio acumulado nos hicieron optar por una retirada a tiempo.

SÁBADO

Pese a que la ciudad se colapsó y los accesos y subida a Kobeta se dificultaron,  llegamos a tiempo para disfrutar como siempre de los suecos The Hives. Pusieron patas arriba el escenario grande con sus hits y el savoir faire de Pelle, el 'hombre centro' como el se autodenominó. Tras ellos nos dividimos entre Delorentos en la carpa Vodafone y el mítico Fermín Muguruza. Los primeros llenaron la carpa e hicieron un gran set, con ritmo y grandes canciones. Fermín terminó su set con la Kontrabanda con el 'Sarri, Sarri' de Kortatu. ¿Qué más se puede pedir?

Se acercaba el momento de reconciliarnos con Green Day pero antes tocaba ver a Vampire Weekend, gran reclamo para el público más hipster y carne de festivales para los ingleses visitantes. Mucho esfuerzo y poco resultado. Bien para pasar el rato en casa.

Sin movernos del escenario grande y a ritmo de Ramones salió el conejo que abre los shows del trío de Berkeley: Green Day, quienes fueron capaces de congregar el mayor número de asistentes del fin de semana: 37.139 personas. Tras dos canciones de intro con la BSO de 'El Bueno, el Feo y el Malo', empezaron su set con '99 Revolutions' y durante veintisiete temas nos olvidamos de las giras malas de antaño, de los problemas con las drogas de Billie Joe y entendimos por qué llevamos desde 1991 siguiendo a estos tres punkies. Hubo tiempo de dar cabida a los trucos de siempre: lanza-camisetas, manguera de agua, fan en el escenario, hijo de Billie tocando, versiones y final apoteósico. Creo que ha sido el único concierto en toda la actual gira donde han tocado cuatro temas en los bises: 'American Idiot', 'Jesus Of Suburbia', 'Brutal Love' y 'Good Riddance'. Nos quitamos el sombrero. Próxima parada Reading/Leeds. El concierto del festival por KO absoluto.

Tras las más de dos horas que estuvieron en escena poco más pudimos hacer. Escuchamos a Fatboy Slim pinchar desde Chemical Brothers hasta Daft Punk y nos despedimos hasta el año que viene. 105 mil personas disfrutaron tres días de música en Bilbao. Ya tenemos fechas para 2014. Apuntad: 10, 11 y 12 de julio. Nosotros volveremos. Seguro.

Texto: Pau D. Peñalver

Fotos: Alfredo Villaescusa

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