BERRI TXARRAK: DEMASIADO BUENOS

26 marzo, 2012 5:21 pm Publicado por  3 Comentarios

Sala Rockitchen, Madrid

Con ‘Haria’ en la calle desde hace ya algunos meses, el trío navarro siguen tejiendo a las mil maravillas los hilos de su carrera y dieron otra puntada memorable en su presentación en Madrid, vaciándose hasta la última gota en una descarga salvaje y sensacional que mató por completo el hambre de rock de los cientos de extasiados seguidores que abarrotaron la sala Rockitchen. Poco a poco el local se fue llenando hasta alcanzar un formidable aspecto mientras Willis Drummond destilaban entrega y energía sobre el escenario. Metidos por completo en su guión, escrito también en euskera, el conjunto vascofrancés, de Baiona; defendieron su metal alternativo de resquicios hacia el punk con uñas y dientes. Bulliciosos y decididos repasaron su discografía iniciada en 2007, con su última obra ‘Istanteak’ como buque insignia, y sintonizaron con el creciente público, entre el que había un número nada desdeñable de vascos. De hecho, en una ocasión preguntaron, en euskera, si había mucha gente de su tierra, y una porción considerable de la sala exclamó un sonoro “Bai” (sí).

Tras el intermedio y las pertinentes pruebas de sonido, por fin hicieron acto de presencia ante nosotros todas unas estrellas del rock que durante alrededor de dos horas de concierto deslumbraron al firmamento entero y se ratificaron, por enésima vez, como uno de los conjuntos mejor asentados y más talentosos de cuantos suben hoy en día las escalinatas hacia los escenarios. Ni sus continuas reinvenciones álbum tras álbum, siempre aportando algo nuevo sin renunciar a su identidad, ni los cambios en su formación, han supuesto una amenaza a su imparable ascenso y al espíritu auténtico y dedicado que es inherente al mastermind Gorka Urbizu y los suyos.

Visibles casi solamente en sus siluetas por el acusado contraluz con el que arrancaron, Berri Txarrak empezaron a pedalear sobre su flamante última obra con sus tres primeros cortes, “Sugea Suge”, “Albo-Kalteak” y “Haria”, para proseguir sin pausa volviendo la vista hasta “Izena, Izana, Ezina”, cuyos primeros acordes hicieron exclamar enseguida a todo el personal, encantado con la elección. Nos dibujaron un eléctrico y desempolvado “Pintadek” antes de colorearlo todo con el brillo de la sensacional “Jaio.Musika.Hil”, seguida por una “Payola” cuyo riff actúa como un imán. Imposible apartar la vista de un trío que se decanta sin duda por hablar más con sus canciones que con palabras. Son pura fuerza y la actitud es digna de los más grandes, pero los temas se suceden sin muchos preámbulos. Rock, sudor y garra.

Como una “del siglo veinte” presentó Gorka la exquisita, a la par que inesperada, “Ez”, una joya de frescura y gancho encantadores perteneciente a su segunda placa, ‘Ikasten’ de la que, por cierto, esta vez no cayó, como es habitual, su canción homónima. Fue uno, aunque no el único, de esos clásicos que se quedan en el tintero cuando al set-list se le incorpora una nueva remesa de canciones.

Gorka, que había acabado de rodillas en el anterior tema, se alzo de nuevo para acometer, sin tregua que valga, “Ez naiz aldatuko (esan zuen kamaleoiak)”, otro tema de ‘Libre’ que pocos recordaban haber disfrutado en vivo. Un acople fue el preludio de la férrea “Lepokoak”, la más metalera de su último redondo, del que no tardaron en emigrar para que el activo bajista David González introdujera un tema en el que él se lo pasa particularmente bien: “Oreka”. En ella, incrustaron con fortuna una versión del “Sister”, de la banda de Ohio The Black Keys, para culminar de nuevo, intercambiadas las posiciones entre Gorka y David, con su propia canción, una de las más reconocibles, además, de su trayectoria.

Uno de los momentos más agitados de la noche llego con el binomio de punk rock que formaron las irresistibles “Folklore” y “Gure Dekadentziaren Onenean”, ambas comprendidas en su penúltimo plástico, un ‘Payola’ que cosechó un éxito incuestionable. Para recuperar el aliento, después de tanto movimiento, vino muy bien la breve y profunda “Eskuak”, en la que todos alzaron sus manos, manos para trabajar este mundo, que reza la canción. No tardaron en insuflar de nuevo ímpetu al asunto con la fenomenal “FAQ”,  sin duda uno de los diamantes con más quilates de su nuevo trabajo.

Tuvo Gorka su momento de nostalgia y de sincero reconocimiento a todos aquellos que les siguen así como a los que vienen haciéndolo desde hace tiempo. Tras rememorar un buen puñado de salas madrileñas por las que han transitado y hacer también referencia a los “tiempos oscuros”, dedicó a toda esa gente la más comedida y stoner “Jainko Ateoa”, en cuyo solo tanto bajista como guitarrista acabaron en el suelo de rodillas, poseídos por el su caudal eléctrico e intenso.

Volvieron a cambiar de tercio poco después, pues Gorka se enfundó la guitarra, según él, “heavy” y nos anunció que pese a ello el número que se avecinaba era más bien “hardcoreta”.  Entre risas, pidió pues un wall of death (que por supuesto se llevó a la práctica con éxito) para acompañar a la excelente “Berba eta Irudia”. Sin tiempo casi para reponerse, soltaron otro trallazo arrollador como es “Zirkua”, una trepidante sacudida en la que lograron que todo temblara. Más rockerilla es “Zertarako Amestu”, tras la que subieron de nuevo las revoluciones con la soberbia “Makuluak”, un tema de esos que conquistan por completo. Antes de retirarse de escena, “Soilik Agur” pasó sin hacer mucho ruido, el que si hacían, una vez abandonaron el escenario, los seguidores euskaldunes con sus cánticos.

Pletóricos de ganas volvieron a la carga animando mucho de boca de David y el conseguidísimo riff de “Harra” lo llenó todo. Se saltaron, quizá por problemas de tiempo, la interpretación de “Stereo”, que estaba prevista, pero lo cierto es que el concierto, para regocijo de los fans, no fue nada corto. Lo dieron todo y, además, durante mucho tiempo y prácticamente sin tregua. La que si pudimos saborear, en todo su esplendor, es la genial “Isiltzen Banaiz”, para retornar a ritmos más pausados con la melancólica “Iraila”, en la que Galder Izagirre toca su batería de vez en cuando de pie y tras la que volvieron a desaparecer.

La gente, conocedora de que aún quedaba jugo por exprimir, pidió otra como se pide en un show de BTX, “Beste bat!” y enseguida regresaron frente a los suyos. Aunque David bromeaba diciendo que aquello ya era “explotación laboral”, lo cierto es que era palpable la satisfacción tanto en los de arriba, como los de abajo del escenario. Todo entró en ebullición final con la imprescindible “Denak Ez Du Balio”, cuya voz en inglés, originalmente prestada por el cantante de los americanos Rise Against, Tim McIlrath; la puso con solvencia el propio David. Aún quedaba un último arreón, que vino en forma de “Oihu”. Y con todos gritando alto, muy alto, en tan insigne corte de los de Lekunberri, concluyó una nueva actuación para el recuerdo de un grupo que es mucho, muchísimo. Están en un momento de lo más dulce y año tras año, concierto tras concierto, la conclusión más humilde es que, efectivamente, son demasiado buenos.

Texto: Jason Cenador

Fotos: Arturo de Lucas

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Esta entrada fue escrita por Redacción

3 comentarios

  • javi dice:

    Yo estuve en el concierto y no lo recuerdo exactamente así pero bueno.... me pareció uno de los conciertos mas aburridos a los que he ido.

  • Anónimo dice:

    yo les vi en bilbo y en iruña y a mi parecer tienen un directazo.un setlist redondo que no te da un respiro.Mucha actitud y ganas en el escenario.. para mi si no el mejor,uno de los mejores directos del panorama estatal

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