AZKENA ROCK: TERCERA JORNADA

18 junio, 2012 3:45 pm Publicado por  3 Comentarios

El gran rodeo

Como si se tratara de uno de esos eventos tan típicamente americanos en los que parece casi indispensable acudir con sombrero vaquero y botas camperas, así se configuró la jornada final del Azkena, con un récord de asistencia de más de 16.000 personas, la cifra más alta en esta edición. Era una especie de homenaje por tanto al country si nos fijábamos en las propuestas mayoritarias del cartel, por lo que tampoco nos detendremos demasiado en ellos, habida cuenta de que además ese día estuvimos entrevistando a The Darkness y Lynyrd Skynyrd y no teníamos el don de la ubicuidad.

En un mar de banderas confederadas que ni en una convención del Partido Republicano, las leyendas del rock sureño Lynyrd Skynyrd eran uno de los principales reclamos quizás de todo el festi y aunque facturaron un recital de altura hacerles venir desde tan lejos para una escasa hora se antojaba un tanto absurdo.

El tiempo que estuvieron sobre las tablas por lo menos lo emplearon sabiamente empezando por el clásico “Working For The MCA”, sin ignorar otros temas claves en su trayectoria del calibre de “What’s Your Name” y un inconmensurable “That’s Smell”. Pese a que únicamente permanezca Gary Rossington en calidad de miembro original, la banda actual forma una unidad muy compenetrada, con dos coristas y unos guitarristas capaces de recrear sin problemas esos punteos tan incrustados en la memoria de miles de aficionados.

Una prueba fehaciente la vimos en ese himno a la gente humilde y con principios llamado “Simple Man”, interpretado en una versión extendida y con los sentimientos a flor de piel. Para la rockera “Give Me Two Steps”, el canoso de ascendencia india y miembro original de Blackfoot, Rickey Medlocke, que en los Lynyrd hace de guitarra solista, hasta escupía agua por la boca, mientras que el nuevo bajista, el ex Black Crowes Johnny Colt, se mostraba más contenido.

La esperada “Sweet Home Alabama”, con una bandera gigante del citado estado de fondo, puso a todo el mundo a entonar la inmortal melodía entre salvas de aplausos. Si en ese momento se hubieran ido, algunos ya se hubieran quedado satisfechos, pero los sureños, impresionados por la espectacular recepción, no dudaron en volver con un “Free Bird” para tocar el cielo, alargado como manda la tradición y con la parte de los punteos iniciada por Medlocke antes de que se le unieran los otros hachas y acabaran en una estampa única con los tres mástiles apuntando al firmamento y la peña aplaudiendo cada vez más frenéticamente. Histórico.

Lamentablemente, no pudimos disfrutar en exceso de los alternativos My Morning Jacket por encontrarnos en los camerinos entrevistando a The Darkness, aunque por suerte llegamos para los últimos coletazos de The Union, el grupo de Luke Morley de Thunder, que destiló clase y elegancia a raudales. Una de sus principales bazas está en un cantante realmente sensacional y en composiciones como “Siren’s Song”, que da título a su segundo álbum y que dejó al personal cantando los oh oh del estribillo.

El country a la vieja usanza aderezado de rockabilly de Hank 3 no nos sedujo demasiado, no desentonaban sin embargo en la temática rupestre de la jornada y trasformaron la carpa en un gran rodeo en el que si uno se quería mover debería andar esquivando bailecitos. Algo más de interés tenía la propuesta soul de Charles Bradley & His Extraordinaries, un negrata impresionante que cantaba con un chorro de voz que se te caían los pantalones y ponía de vez en cuando poses de águila. Música con alma de muchos quilates.

Después de tanto country, un estilo que nunca nos llamó en exceso, sonaba a gloria escuchar el hard rock de The Darkness, que a eso de la una y pico de la mañana facturaron una de las mejores actuaciones del festival. Arrancaron con la tremenda energía de “Black Shuck” y por la entrega de Justin muchos pusieron en duda que hubiera dejado definitivamente las drogas.

Recuerdo haberle visto anteriormente con su proyecto en solitario Hot Legs, pero la actitud no era la misma ni de lejos, en su papel de frontman de la banda que le dio la fama estuvo inconmensurable, sin parar ni un solo momento, emulando a Freddie Mercury al mandar cantar al público y demostrando que para subirse a un escenario hace falta algo más que una cara bonita.

Justin, recurriendo a sus característicos falsetes, exhibió afectación y ambigüedad calculada, había que ver ese pijama azul que nos sacó en una ocasión, sin descuidar una chulería innata y un dominio absoluto del lenguaje corporal necesario en las tablas. Estuvo a la altura de sus admiradas estrellas del glam rock de los 70.

Nada que objetar tampoco a un repertorio plagado de himnos como “Growing On Me”, la balada “Love Is Only A Feeling” o la perfecta para noches de fiesta “Friday Night”. El momento que ansiaba todo el mundo llegó obviamente con “I Believe In A Thing Called Love”, aquel corte que puso sus gorgoritos en órbita planetaria. Y en una alargada quizás en exceso, “Love On The Rocks”, el carismático vocalista no dudó en encaramarse por la torre de sonido al más puro estilo Angus Young. Con semejante colofón se marcharon atronando por los altavoces el “Time Of My Life” de Dirty Dancing. Muy glam, sí señor.

Una inmejorable manera de cerrar un festi en el que la mayor parte de los grupos ha dado la talla.

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

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Esta entrada fue escrita por Redacción

3 comentarios

  • Josu dice:

    y el frenetico final de Hank 3? pasaron del country a meter una tralla que ni parecia un concierto de death metal!!!!! casi vacian la carpa

  • Pako dice:

    El final de Hank III fue difícilmente soportable. Me encanta cuando se dedica al country, pero joder, su "otro" estilo no hay quien lo aguante.
    Eso no era ni death metal, a ratos no era ni música 😀 Dos locos con guitarras a tope y que no sabían ni lo estaban haciendo... Está muy loco este hombre!
    Si vuelvo a un concierto suyo me marcharé a casa tan pronto como despida a la banda de country. Pero eso sí, por volver a escucharle tocando country volvería a un concierto de Hank III.

  • Pues para mí la parte eléctrica de Hank fue de lo mejor del festival. La gente no entendía nada, pero tocaron increíblemente bien. El batería se salió!!! Brutal música!

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