ANTIGUO RÉGIMEN: ESTRATEGIAS DE DOMINACIÓN

14 octubre, 2014 11:26 am Publicado por  2 Comentarios

Izar Beltz Ateneoa, Bilbao

intvijjrjrjUna de las múltiples obsesiones del nazismo, aparte de la pureza racial y la búsqueda de un Santo Grial que avale la teoría del pueblo elegido, era también la simetría en las formas arquitectónicas, una armonía de gigantescas figuras de hormigón cuya contemplación recuerde de inmediato a las fastuosas pirámides de los faraones o a los grandes imperios de antaño, aquellos donde no se ponía el sol. La base estética necesaria para el renacimiento espiritual y cultural que pretendía el Tercer Reich.

Con una simbología que juega con la ambigüedad ideológica a la manera de Joy Division o Death In June, los valencianos Antiguo Régimen tienen también un destino en lo universal: la recuperación del puro post punk, un género tan denostado hoy en día que a menudo se diluye en el maremágnum gafapastil y casi nadie se acuerda de que aquello en realidad provenía de las ganas por experimentar de un grupo de punkis colgados a los que los tres acordes se les quedaban cortos.

Sabedores de que la afición por este palo en estos lares es casi meramente testimonial, sorprendió que el clandestino local situado en un decadente ambiente post industrial se llenara hasta los topes de un respetable variopinto, desde los habituales del garito alternativo hasta los curiosos que se enteraron del evento de chiripa, como los compis de un conocido periódico de tirada nacional. Para los más ‘trues’ también se anunció por ahí pintxos veganos y cervecería artesanal, muy conseguida esta última, por cierto.

Abrieron la sesión 1991, arqueólogos del post punk con preciosistas arpegios que remitían a los primeros The Cure o Héroes del Silencio, aunque la voz baja en comparación con el resto de instrumentos ensombreció el resultado final. Hablaron de “los felices años 90” y colaron el discursito animalista en contra del “exterminio de los mataderos”, ideas respetables donde las haya, pero que en un país con todavía 200.000 desaparecidos en fosas comunes, o vaya usted a saber dónde, suena un poco a chiste mencionar genocidios y demás. Al margen de la moralina, aceptables, eso sí.

Pese a que por aquí flipemos con ellos cuatro gatos, Antiguo Régimen en la capital gozan ya de cierto reconocimiento y su primer largo ‘Política de tierra quemada’ ha cosechado múltiples alabanzas en prensa generalista y especializada, bastantes del espectro indie, todo hay que decirlo. Pero lo suyo no tiene nada que ver con los hipsters u otras modas efímeras del momento, basta escuchar el bajo taladrante de “La Formación de la Sombra” para darse cuenta de que tanto en actitud o musicalmente están a años luz incluso de gafapastismos de alma oscura.

Con una precisión digna de maquinaria, fueron desgranando su único plástico de larga duración junto a su anterior EP y algún adelanto como “Separatistas”, que vuelve a jugar con la ambigüedad ideológica en plena efervescencia soberanista. Algún cerril quizás se rasgue las vestiduras al no entender su rollo, pero no hay que confundirse, no son ni mucho menos una banda política, o en caso afirmativo, por lo menos en la misma medida que Joy Division o New Order, se limitan a unos cuantos títulos epatantes, con un compromiso que si existe es meramente musical, heredero de las viejas formas, los punteos cristalinos y casi oníricos de The Chameleons o los sintetizadores envolventes de Décima Víctima.

Un auténtico ejercicio de ortodoxia estilística es por ejemplo el tema homónimo “Política de tierra quemada”, realzado por una avasalladora batería de ritmo marcial que en directo cobra mayor fuerza y por supuesto por esos arpegios que en las distancias cortas no desmerecen en absoluto, pocos grupos existen en la actualidad con unas guitarras que suenen a la vez tan personales y al mismo tiempo tan respetuosas con la tradición.

La voz se atropellaba y acababa perdida en la maraña con idéntico halo shoegaze que en estudio, aunque dentro de sus parámetros conseguía mantener el mismo tono, prueba de que tal elección no es en absoluto casual. Al igual que en su anterior visita hace un año, el colofón llegó con el desfile cromático de “Anoche Escupí Azul”, uno de los mejores títulos de canciones que hemos escuchado en los últimos tiempos y una de las metáforas más arrebatadoras que se han escrito sobre lo errático de los sentidos. ¿Quién nos asegura que es cierto lo que vemos?

La gélida y siderúrgica “Piezas Sobrantes”, con esos arpegios a lo The Smiths de tocar el cielo, se antojó una elección muy acertada para finiquitar el recital. Siguen al milímetro el poso hipnotizante de la cold wave francesa y esa melancolía con clase de grupos como Asylum Party, una apuesta tan inusual en el panorama nacional que solo por su carácter extraordinario ya merecería conservarse en una urna. Un túnel del tiempo a principios o mediados de los ochenta.

Una lástima que su material limitado les impida dar bolos un poco más largos, porque el ambiente de guerra fría y país post comunista del bis “Desorden Mundial” se pasó en un suspiro. Hay que quedarse con lo positivo, las estrategias de dominación están surtiendo efecto, porque había quizás el doble de asistentes que la vez precedente en el mismo sitio. Ya decía el Ministro de Propaganda de Hitler Joseph Goebbels que “una mentira repetida mil veces acaba convirtiéndose en verdad”, pero lo de este grupazo no es ninguna falacia, es muy real.

Texto y foto: Alfredo Villaescusa

Redacción
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2 comentarios

  • Juandie dice:

    En definitiva una de las mejores bandas que hay en nuestro país en dicho estilo y que por poca gente que fuera esa noche a verles en su actuación bilbaína pobres de aquellos que no fuerón ya que según he leído dierón un concierto muy digno influenciados por el rock gótico inglés!!!

  • Raúl dice:

    Una crónica muy bien documentada y redactada que podría prescindir de fobias que no vienen al caso. Si tachamos a otras publicaciones de "gafapastas" y sospechamos de su interés por una banda como Antiguo Régimen, ¿qué dirán otros de una como Mariskal Rock? Porque no veo yo que post-punk, industrial, new wave... estén entre sus intereses principales. Menos prejuicios y más música.

    Ah y yo tampoco soy fan del animalismo a ultranza, pero lo de las fosas comunes es demagogia de libro.

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