SLIPKNOT: .5 THE GRAY CHAPTER

Roadrunner
10/10

Muchos pensaban que después de la muerte del bajista Paul Gray en 2010 y el despido del batería Joey Jordison en 2013, los de Iowa no serían capaces de reponerse, dadas sus aportaciones a nivel de composición y estilo respectivamente. Aparentemente, el guitarra Jim Root (ex Stone Sour) ha cogido el relevo del Gray y se ha encargado de casi todas las composiciones (aunque en los créditos aparecen todos como compositores) y los resultados son realmente buenos. Ya que no solamente ha sabido mantener la esencia de la banda intacta, sino que se aventura en nuevos terrenos sonoros, dando al conjunto las dosis adecuadas de agresividad, oscuridad y desquicio, y dejando a la vez más espacio a Graig Jones, el responsable de los samples, para que cree pasajes sonoros ominosos y siniestros como en “Be Prepared for Hell” o el tema “XIX”, que abre el disco. Junto a la voz melódica de Corey Taylor, me recuerdan a las mismas piezas que podría crear, por ejemplo, Trent Reznor (NIN).

Lo mismo ocurre con la intro del tema “Sarcastrophe”, sólo para que después irrumpa toda la banda con la explosión sonora marca de la casa y que también podría ser la continuación de temas pasados como “(sic)” o “The Blister Exists”. “AOV”, por su parte, tiene un fondo típicamente thrash pero también podemos oír a Taylor rapeando como unos Clawfinger o Faith No More en algunas partes, cambiando a voz melódica en el estribillo; variado y con gancho. “The Devil In I” es acaso el mejor ejemplo de su perseverancia en el estilo, y en él, la melodía y la caña van de la mano para formar un conjunto de lo más apetecible y coreable, con lo que promete ser un himno en sus directos.

“Killpop” también tiene un arranque muy a lo NIN y un estribillo con coros melódicos que enganchan; otra muestra del perfecto equilibrio entre melodía y tralla. “Skeptic”, “The Negative One” y “Nomadic” son propios de los Slipknot clásicos, con el primero como toda una oda a su compañero fallecido (“El mundo jamás volverá a ver a un hombre tan jodidamente asombroso/loco como tú”).

Prosiguiendo la escucha, “Lech” podría ser una continuación del “Psychosocial” y “Goodbye”, y conforma otra muestra de la predilección por ambientes asfixiantes, una vez más, a lo NIN. “The One That Kills the Least” tiene otro estribillo coreable mientras que “Custer” es de lo más cañero que han hecho en mucho tiempo. Se prevén muchos mosh pits con este tema, en el que la gente gritará “cut, cut, cut me up/and fuck, fuck, fuck me up!”. Un nuevo himno para la banda.

Como es costumbre el último tema,”If Rain Is What You Want” es el más ambiental y experimental del disco pero no por ello menos siniestro, aunque la segunda mitad tiene reminiscencias también de Stone Sour. Hay que decir que la labor tanto del bajista Alessandro Venturella como del batería Jay Weinberg (el hijo de Max, batería de Bruce Springsteen) son encomiables a la hora de mantener el legado de Gray y Jordison respectivamente, si bien con respecto al sonido, personalmente lo hubiese preferido menos pulido y más a la yugular. Por lo demás, se trata de un disco que a todas luces va a satisfacer a los fans de la banda.

Yorgos Goumas

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