ROSENDO: "A VECES CUESTA LLEGAR AL ESTRIBILLO"
19 julio, 2010 1:09 pm 3 ComentariosWarner-Dro
(7/10)
Nunca he sido de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor y, sin embargo, últimamente echo demasiado la vista atrás. A mis treinta y pocos tacos me invade la nostalgia, ¡increíble!. Puede que sea el encontrar tanta chavalería en los bares que aún frecuento, sentirme fuera de lugar en determinados momentos, o tal vez la boda de aquel amigo golfo y borrachuzo a quien jamás imaginé pronunciando decidido un “sí, quiero”. ¿Qué más da?, se que siempre habrá una historia en forma de canción que me hará sentir mejor. Eso lo aprendí de Rosendo.
Muy curioso leer el texto escrito por el de Carabanchel para presentar su nuevo disco y comprobar que él también se ha puesto a rememorar años pasados. Se refiere a los recuerdos como “bagaje”, hermosa palabra. Y tras varias décadas al pie del cañón, ¿por qué no reconocer que “A veces cuesta llegar al estribillo”? Así se titula lo último del patriarca del rock urbano, un trabajo guisado con mimo sin recurrir a demasiados ingredientes, los necesarios para dejarnos buen sabor de boca. Editado en formato cd-libro e incluso en vinilo, escucharlo de tirón es un gustazo. La producción de Eugenio Muñoz resulta básica, sin artificios, idónea para once cortes que muestran las brillantes maneras de hacer de alguien que, a sus cincuenta y muchos, aún es joven. El calendario no siempre dice la verdad.
Con “Mala tiña”, dardo dirigido a ciertas “aves de rapiña”, queda claro que el Rosen viene dispuesto a repartir, como debe de ser. Se trata de una pieza marca de la casa, basada en un riff machacón y pegadizo con diferentes sonidos de guitarra, algo que seguirá ocurriendo en el resto de composiciones y que a mi parecer es un paso adelante respecto a las anteriores entregas del señor Mercado. “Ni gozo ni calvario” sigue la senda crítica, al igual que la veloz “Angelitos” donde el ilustre rockero se recrea cantando, mejor dicho, interpretando, porque nadie como él en el papel de narrador exagerado (en la casi dramática “Amenaza tormenta”) o macarra vacilón (“Contigo mismo”, tema que a priori parece sencillo pero que realmente es de los más complejos). Por otro lado con el single “Tú que... yo que” y la inspiradora “A veces cuesta...” se gana nuestra complicidad describiendo en la primera de ellas los “tira y afloja” de las relaciones de pareja, y el gozo del músico al crear y transmitir en el caso de la segunda.
Hasta aquí, “chapeau”. Pero lo mejor llega con “Rompe la cadena”, momento totalmente acústico, sorprendente, y esa maravilla que es “La cera que arde”, medio tiempo que supone una esperanzadora declaración de intenciones por parte del artista (“lo que espero desde aquí en adelante es que el cuerpo me aguante”, afirma el sabio juglar).
Tantos días observando cómo todo cambia a mi alrededor, preguntándome si yo estaba estancando, sin avanzar en ninguna dirección, y ha tenido que ser Rosendo, mi ídolo desde la niñez, quien me abriese los ojos. Cada cual, a su ritmo, encuentra el camino a seguir. Cuánto nos cuesta valorar nuestros esfuerzos, apreciar lo que tenemos... ¿verdad?
“Soy más sincero que un reguero de sangre... por lo demás, ni pequeño ni grande”. Humilde hasta el final. Maestro, se le quiere.
FÉLIX EL DUENDE
3 comentarios
¡¡grande Rosendo¡¡
Un disco genial...
MUY BUEN DISCO, Y SE NOTA UNA EVOLUCIÓN, LO CUAL ES POSITIVO PARA UN TÍO CON 54 TACOS.
LOS VI EN DIRECTO EN LEGANÉS EL PASADO 17 DE JULIO, Y MERECE LA PENA, OS LO ACONSEJO, INCLUSO PARA LOS NO FANS.
OJALA SIGA EN LA BRECHA MUCHOS AÑOS, PUES ES UN EJEMPLO PARA LO QUE VIENE DETRÁS.
POR CIERTO, LOS SOLOS DE GUITARRA EN DIRECTO SON IMPRESIONANTES. SUENA COMO SI FUERA UN DISCO. LA GENTE APLAUDÍA Y SE LEVANTABA A MITAD DE CANCIÓN CUANDO ACABABA PUNTEOS COMO EN "FLOJOS DE PANTALÓN", "Y DALE..", ETC. ESO HACÍA TIEMPO QUE NO LO VEÍA EN CONCIERTOS DE ROCK.
UN SALUDO A TODOS Y VIVA EL ROCK CON MAYÚSCULAS!!