LEÓN BENAVENTE: LEÓN BENAVENTE

5 julio, 2013 5:28 pm Publicado por  5 Comentarios

León Benavente - León Benavente Marxophone

10/10

Una simple casualidad puede cambiar todo por completo. Encontrar el amor de tu vida una noche cualquiera sin siquiera buscarlo, una oportunidad laboral inmejorable surgida a raíz de una conversación trivial y hasta la posibilidad de gestar un proyecto que socavará los cimientos del anquilosado panorama musical. Son esos inesperados giros del destino por los que merece la pena estar en este planeta y que hacen que por ejemplo se te pare el coche ahí en un páramo en medio de la nada, donde Cristo dio las tres voces, como se suele decir en lengua vernácula.

Fue eso precisamente lo que le sucedió a Luis Rodríguez mientras bajaba a Madrid desde Asturias cargado de un bajo y un amplificador. Para amenizar la espera previa a la llegada de la grúa, no se le ocurrió otra cosa que pegar un telefonazo al cantautor Abraham Boba y proponerle escribir canciones juntos. Tras una leve reticencia aceptó, pero con una inapelable condición: nada de canciones de amor. Probablemente había tenido empacho de almíbar con su último álbum ‘Los Días Desiertos’.

Y es que aunque ambos tipos sean colaboradores de Nacho Vegas, en lo musical se quedan bastante lejos del intimista folk decadente del bardo asturiano o de los ejercicios tenebristas a lo Nick Cave de Boba. Lo suyo es en cierta manera inexplicable, del mismo modo en que uno se enamora sin a veces saber por qué, una especie de coalición de elementos que van desde lo experimental al rock gótico, ecos del post punk de Joy Division o Gang of Four acompañados de unas letras vitriolo puro que se clavan en el alma por su contundencia y aire descarnado.

Porque no nos engañemos, aquí no caben tristezas baldías sin ton ni son, sino himnos de cerilla, fuego y gasolina acordes a los inciertos tiempos que vivimos. El tono irónico de “Ánimo, Valiente” recuerda a ese sarcasmo brutal de Vegas, pero si este ya abordara sin ambages la situación político-social actual en “Cómo hacer crac”, ellos le dan una vuelta de tuerca con dardos indiscriminados en múltiples direcciones cual porras de antidisturbios, que cada cual se dé por aludido. El desmoronamiento emocional de “Estado Provisional” es el perfecto contrapunto a “La Palabra”, un trallazo a toda pastilla en el que se cuestionan esas frases huecas tipo “no quiero hacerte daño” o “a mí me duele más” fáciles de escuchar en algún momento de nuestra existencia.

Y en “El Rey Ricardo” otorgan poderes para “prender fuego a todo lo que queme” en una suerte de paralelismo medieval con una maestría en el dominio del lenguaje que incluso debería estudiarse en clases de literatura. Hacía lustros que no escuchábamos letras de semejante nivel en castellano, ahí va la perla que sueltan en la frenética “Ser Brigada”: “y vieron que incluso las flores tenían su parte decadente, que se pudra este ramo de rosas, pero no antes que usted, señor presidente.” Soberbio.

Nadie ha conseguido capturar con tal precisión el pulso de la época contemporánea, los sentimientos que asoman entre el expolio generalizado y el desmantelamiento total del estado del bienestar. Diez temazos que constituyen una maravilla en los tiempos que corren por su derroche de talento y que te llevan en un viaje incierto. Parecen querer decir, coge mi mano, ponte el cinturón, agárrate fuerte…y ya veremos donde acabamos. Tal vez sea algo temerario, pero yo me arriesgaría de cabeza, una oportunidad así aparece cada mil años. 

Alfredo Villaescusa

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