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HAMLET: Amnesia

 HAMLET
Amnesia
(Kaiowas)
7/10


Por: ÑAKO MARTÍNEZ (http://www.twitter.com/nakomartinez)

Cuanto más viejos, más reivindicativos. Hamlet regresa con un disco parejo a los tiempos oscuros que corren. El antagonismo entre rebeldía y conformidad marca los
nuevos derroteros.

En un mundo imaginario, Hamlet sería una banda de fantasía sólo prisionera de su propio éxito. En un mundo crudo y sin lugar para la imaginación, Hamlet es esa banda de fantasía que rompe su prisión una y otra vez en busca de su propio éxito.

‘Amnesia’ es la décima batalla que libra el dueto Molly-Tárraga, una pareja de lucha hecha para las grandes ocasiones. Arrancaron a finales de los ´80 en la escena Glam madrileña y pocos años después se dejaron impregnar por el sonido Pantera. Desde entonces, su filosofía siempre ha sido sorprender y absorber modas para filtrarlas a través de su prisma, un prisma referente en la escena estatal.

Pasado el sueño de su fichaje por el sello Roadrunner, de vuelta a ese mundo crudo, con los pies en la tierra y los puños listos para la cruenta batalla, ‘Amnesia’ es un trabajo duro, pesado, de puro metal que sigue la línea de su antecesor ‘La Puta Y El Diablo’.

Sentimientos difíciles marcan la evolución de estas once nuevas canciones, con un sonido pesimista, oscuro, en sintonía con los tiempos que vivimos en un país demacrado por la incertidumbre.

Esa dualidad entre conformidad y rebeldía es la línea temática por la que ha tirado Molly. Cuando en tus letras empleas términos como: Desconcertado, desaliento, confusión, perdición, dolor, refugio, soledad, renunciar, abandonar, miedo, sombra, infierno, imposición… enfrentados a otros tales como
reacción, fuerza, tesón, poder, razón, insurrección, atacar, luchar, manifestar… puedes dar por seguro que te estás adentrando en una música hostil e irreverente, tal y como resume el estribillo de Un Mundo En Pausa: “Mueve el culo vamos a incordiar, directo a la yugular”.

Tárraga se ha desahogado de lo lindo con los riffs de guitarra acompañado de su actual pareja, el guitarrista Alberto Marín, que desde su entrada en Hamlet ha aportado un sonido más extremo. Nuevas afinaciones, un sonido de batería orgánico y algún colchón de teclado como en La Fuerza Del Momento son algunas de las nuevas incorporaciones en la gama de sonidos.

Hamlet vuelve a hacerlo. Vuelve a mostrar su sensibilidad, sus ganas de plasmar un presente y su vigencia en música y mensaje. Envejecen, pero se sienten más jóvenes que nunca.

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