Crítica de Virgin Steele: The Passion of Dionysus

1 agosto, 2023 1:04 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Virgin Steele es una de esas bandas en las que todo es blanco o negro. O eres fan acérrimo o no puedes tragar su música. O, como mucho, puedes haber pasado de venerar su música a aborrecer sus últimos trabajos, esperando una vuelta a 'Noble Savage' (1985) o a 'The House of the Atreus' (1999) que aparentemente nunca se producirá. La obra más reciente del grupo neoyorquino se titula 'The Passion of Dionysus' y supone un trabajo bastante descafeinado que, aunque tiene ciertas virtudes, cuenta con graves debilidades que hacen que, en conjunto, sea un trabajo poco más que pasable.

La más grande de sus virtudes es el trabajo "letrístico". Es innegable que David DeFeis es uno de los mejores letristas del metal. Su interés por el mundo grecolatino, la mitología o la filosofía es bien conocido, y 'The Passion of Dionysus' no es una excepción, como el propio nombre del disco ya indica. A modo de ejemplo, una de las canciones supone una especie de diálogo entre Dionisos, dios griego del vino y la fertilidad, y Penteo, rey de Tebas. DeFeis da buena cuenta de la historia mitológica de Penteo y eleva el trabajo artístico a unas cotas de cultismo pocas veces vistas en la música popular moderna, sea del estilo que sea.

Sin embargo, 'The Passion of Dionysus' tiene un problema de principio a fin, y es su sonido poco pulido e inexplicablemente embotado de la voz de DeFeis. La producción deja bastante que desear y desmerece el resultado final de la obra, cosa sorprendente para una banda como Virgin Steele. Más allá de problemas técnicos, el propio trabajo se centra demasiado en los teclados de DeFeis y explota poco la buena técnica en la guitarra de Edward Pursino.

Virgin Steele es una agrupación en la que el teclado (y el piano) es clave. Más de cuarenta años de carrera así lo atestigua, pero la tendencia de los últimos trabajos acentúa la preponderancia de los teclados, la ambientación que generan y la posibilidad de crear pasajes largos a medio camino entre cantados y narrados que, si bien permiten encajar la letra y el significado de la obra, restan mucha fuerza a las composiciones.

En no pocas ocasiones el oyente puede encontrarse ante fragmentos musicales prácticamente vacíos en los que sólo se oye una base sencilla de batería y el bajo, que podría tocarse sólo con la mano derecha. Por último cabe mencionar que en este disco sólo han intervenido tres músicos: los ya mencionados David DeFeis y Edward Pursino y por último Josh Block como segundo guitarra. ¿Y qué ha pasado con la batería y el bajo? Como muchos habrán imaginado, ha sido el propio DeFeis quien se ha ocupado de ellos.

Por desgracia, el resultado no ha sido el mejor, y en especial la batería suena demasiado artificial y poco virtuosa, como es lógico suponer. Más allá de estas consideraciones, 'The Passion of Dionysus' es una obra que merece una oportunidad, pues es original y distinta a cualquier canon establecido. Marca de la casa Virgin Steele.

"The Gethsemane Effect" es el primer corte del disco, de más de siete minutos. Con un inicio poderoso, enseguida DeFeis engancha con su voz característica y sus alaridos, que son excesivos no solo en esta canción sino en toda la obra. El estribillo es muy armónico y musicalmente ligero y permite que la voz cruda de DeFeis destaque. A lo largo del tema, se suceden fracciones lentas con predominio del teclado y el bajo con otras más rápidas en las que las cuerdas de Edward Pursino se imponen.

"You'll Never See the Sun Again" es el siguiente tema, con una duración de casi nueve minutos. La delicada melodía y la voz con que DeFeis empieza el tema desembocan en un pasaje movido en el que el teclado marca por completo el ritmo y recuerda claramente al de Jon Oliva de Savatage (o viceversa, según se mire). Por lo general, a la canción le falta ritmo y peca de excesivos momentos de quietud con un amplio desarrollo de teclado que en algunas ocasiones parece improvisado y no responde a una estructura musical clara e inteligible.

Con un inicio rápido que, ahora sí, recuerda a los antiguos Virgin Steele comienza "A Song of Possession". Por primera vez la batería va a todo trapo con el doble pedal. A pesar del ritmo, la canción es melódica con algunos coros y voces adicionales. Sin bajar en ningún momento la velocidad, el tema se desarrolla con un cierto regustillo al pasado y con todos los elementos que hacen de Virgin Steele una banda tan especial y única.

"The Ritual of Descent" aparece como una especie de ópera rock. Con casi trece minutos de duración es el tema de mayores contrastes, con partes interesantes y otras no tanto que se extienden en exceso. Muchas orquestaciones, voces diversas fruto de la versatilidad de DeFeis y una sensación de que su piano es el centro de la composición y que todo se sucede a su alrededor.

"Spiritual Warfrare" pisa el acelerador y en este corte volvemos a ver los Virgin Steele más directos. Por desgracia la batería suena monótona y el bajo, que cuenta con algunos riffs en los que es más protagonista, se siente completamente artificial. Al contrario que "A Song of Possession", esta "Spiritual Warfare" sí que cuenta con el típico parón de tempo con el que DeFeis narra las historias que cuenta en sus letras y se sirve apenas del teclado o el piano para ambientar la pieza. Con una orquestación interesante la canción recupera el ritmo para finalizar de manera poderosa.

"Black Earth & Blood" es pura adrenalina en dos minutos y medio. Doble pedal casi continuamente, aunque como ya se ha comentado antes con un sonido repetitivo y plano. Alaridos, golpes de teclado y un ritmo frenético hasta el final. También es una vuelta, aunque breve, a su música más clásica de hace tres y cuatro décadas.

"The Passion of Dionysus" es sin duda es un corte interesante. Su tempo pausado, lento y pesado ambienta a la perfección la muerte del dios Dionisos y transmite cierta opresión y desesperanza. En esta ocasión, toda la orquestación y los arreglos tienen una fuerte razón de ser y no desentonan para nada a lo largo de la canción.

Encaminándonos ya hacia el final del trabajo, "To Bind & Kill a God" ahonda en la importancia del piano. Este medio tiempo comienza siendo una escucha agradable, pero no termina de enganchar, con un estribillo algo descolorido. Aunque después la guitarra de Pursino tiene uno de los pocos momentos de protagonismo, enseguida su sonido queda ahogado con la miríada de teclados, orquestaciones y agudos marca de la casa DeFeis. Hacia el final del tema tenemos otro momento en el que todo parece estar improvisado y sin una estructura musical clara.

El primer minuto y medio de "Unio Mystica" consiste en David DeFeis rugiendo. Después el tema se desarrolla de manera lenta, mostrando el lado más melódico de DeFeis. Aunque por momentos la cosa se anima, este es otro corte que resulta ciertamente anodino. Especialmente su final a base de teclado.

Para cerrar este disco tenemos "I Will Fear No Man for I Am a God". Si bien cuenta con elementos interesantes, como muchos cambios de ritmo, estos no parecen estar bien conectados entre sí. El guitarreo y algunos momentos del teclado tienen cierto recuerdo a progresivo, cosa que se agradece aunque sea ya casi al final. Después de varias tandas de estribillo, el tema se cierra con un pasaje al más puro estilo Virgin Steele. No es cantado, pero tampoco narrado. A medias, como podría definirse el disco en dos palabras.

Casi ochenta minutos después, 'The Passion of Dionysus' deja un sabor agridulce. En primer lugar, porque suena regular, siendo muy generosos. La voz, embarullada; el bajo, por momentos de juguete; y la batería plana y repetitiva. Una producción que parece hecha de cualquier manera y que no es propia de este año ni de esta banda. Muchos temas se alargan de manera innecesaria, perdiéndose en orquestaciones y solos de teclado o piano que no son redondos ni convincentes. DeFeis recurre en exceso al recurso del alarido. Usado con mesura y en el momento adecuado otorga un plus de fuerza al tema, pero cuando en un tema de ocho minutos lo haces veinte veces, provoca rechazo.

Esta obra cuenta también con sus pros. Aparte del ya comentado exquisito apartado de letras y las referencias mitológicas e históricas (al alcance de muy pocas bandas) hay algunos temas que son interesantes. En algunos casos porque parecen recuperar el pulso y, al meter esa velocidad extra, recuerdan más a las buenas épocas de la banda en el pasado. En otras ocasiones, porque los temas están mejor hilados y suenan compactos y redondos, lo que hace mucho más sencillo mantener el interés.

Virgin Steele es una banda diferente por el sonido, por la voz, las letras... Porque apenas giran y para verlos en directo, y más todavía en Europa, hay que pedírselo a los Reyes Magos durante años. Por suerte, el doce de agosto presentarán su nuevo trabajo en el festival Leyendas del Rock, en Villena. Veremos cuál es el estado de forma de la banda y cómo defienden en directo los temas nuevos y los clásicos de siempre, aunque sólo contarán con cincuenta minutos en el escenario "Mark Reale".

A juzgar por 'The Passion of Dionysus', la larga ausencia no ha permitido a la banda recuperar la fuerza y creatividad que ha ido perdiendo a lo largo del siglo XXI. Aunque todavía tienen ramalazos de la dirección musical que les dio un merecido hueco entre las bandas de culto, el pésimo sonido y la sensación de repetición y falta de ideas imperan en esta nueva andadura de Virgin Steele.

Escucha 'The Passion of Dionysus' en Spotify:

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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