Crítica de Sam Scares: Sam Scares

1 julio, 2016 6:24 pm Publicado por  1 Comentario

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7/10


Meritorio primer redondo del proyecto cuyo artífice, al menos en las tareas de composición, ejecución y grabación, tiene un único nombre: Sergi Aparici. El emprendedor y expeditivo músico barcelonés no se lo pensó dos veces a la hora de perseguir su sueño musical tras despertar de su aventura con su anterior banda, Artëma, pero una vez encarrilada su decisión, seguro que se pasó meses sin desviar demasiado su mente de una obra que no se elabora, ni mucho menos, en dos tardes.

Sorprende el desahogo y la redondez que este plástico homónimo atesora tratándose de un proyecto en solitario, y es que agallas no le han faltado al vocalista y multiinstrumentista para desafiar al abismo y colmarlo de melodías convincentes, guitarras ágiles y contundentes, y estribillos efectivos hasta el punto de poder pasearse cómodamente sobre él. Posado sobre canciones directas, pletóricas de frescura juvenil y ostentosas de esa accesibilidad que emana cuando surgen sin forzar las cosas; Sergi podría mirar al horizonte y gritar aquello de: “¡Mirad lo que he hecho yo solo!”. Aunque esto último no habría sido literal, pues, como él mismo reconoce, nada de lo aquí plasmado había ido hacia adelante sin la inestimable cooperación de sus seres queridos y antiguos compañeros de viaje.

Como el furgón que arranca y suelta algo de humo negro por el tubo de escape antes de discurrir como la seda por la carretera, este disco debut no está exento de fisuras propias de un primer trabajo en solitario y autoproducido, especialmente centradas en el barnizado final del sonido; si bien quedan prácticamente disueltas en el agudísimo sentido de la canción que se exhibe en la veloz “Welcome to the Crazyland”, la resolutiva “Dangerous Love” o la laberíntica y renovadora “World of Shadows”, todas recubiertas de un aura juvenil enérgica y contagiosa, tanto que consigue hasta desclavar cierto encanto de la modesta producción. Aunque el heavy metal de Judas Priest o Skid Row calcifican el esqueleto de los temas, no haríamos justicia a los argumentos que este disco tiene para oxigenar cualquier entorno metalero en que irrumpa si no subrayásemos, por encima de todo, la desfachatez de un carácter musical irresistible.

Sam Scares, denominación que Sergi ha utilizado como alter-ego, le ha pegado una sonora paliza, nunca mejor dicho, a los miedos que hubiera enfrentado al acometer esta aventura. Ratificar su valentía pasa por defender estos temas en vivo, banda incluida ya conformada, y avanzar en la consolidación de su propuesta. Que siga mirando para arriba, pues la estrella polar que guía su destino no ha tenido ni tiene agallas para vacilarlo.

Jason Cenador

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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