Crítica de Mar de Fondo: Destellos de oscuridad

24 marzo, 2016 1:32 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Mar de Fondo: Destellos de oscuridadAutoeditado
8/10

‘Destellos de oscuridad’ es el primer disco de Mar de fondo, el proyecto del gallego Jesús Suárez. A pesar de que él es quien lleva la voz cantante –literalmente-, cuenta con el apoyo de una banda en directo formada por Miguel Thomas (guitarras y bajo), César torres (guitarra), Iago Blanco (batería, percusión y coros) y Lidia Carrión (coros).

Tal y como reza una emotiva dedicatoria en una de las cubiertas interiores del disco, este proyecto surge de un sueño que se asomó al universo de este gallego. Pero, como decía Calderón de la Barca, “la vida es sueño y los sueños, sueños son”. Esto quiere decir que los sueños siguen siendo sueños a menos que decidas aferrarte a ellos, atraparlos y llevarlos a cabo… Y Jesús Suárez decidió agarrarse al suyo con mucha fuerza. El resultado: la gestación de un álbum precioso, íntimo y muy sentido.

Lo primero que escucha el oyente en este viaje hacía la reflexión es una intro con la voz de Xoán Diéguez, que sirve para ubicarle en el universo de la banda. Un universo de sonidos que erizan la piel, con una voz melódica que nos habla de almas sin llanto e  invita a la introspección.

El corte “Mi tormento”, es un buen ejemplo de lo dicho anteriormente. Se trata de una pieza rockera con el desamor como tema principal, con guitarras y voces muy melódicas y la empatía por bandera. No sé si a propósito, pero resulta imposible no empatizar tras escuchar cada letra.

Sin embargo, “En tu mente” es la canción más sentida. “Y eres tu mi bruja más buena, mi tormenta más perfecta, mi Dulcinea, mi princesa, mi Blancanieves, siempre eterna”. Tras escuchar este verso, no queda duda de que el tema principal es el amor. Y lo cierto es que, con semejante poesía, Mar de Fondo no puede no ganarse al público, sobre todo a un público sediento de emociones.

Y qué decir de “La historia del diablo bueno”, más cañero que los anteriores, con un interesante solo de interludio. Su letra es la más enigmática de todas y nos habla de un diablo que perdió el rabo y los cuernos por tenerle miedo al fuego. Puede interpretarse como una canción más de desamor o como la triste pérdida de un ser querido.

Como curiosidad, hay dos cortes con nombre homónimo de la banda y el disco, “Destellos de Oscuridad” y “Mar de fondo”. La segunda de ellas es el último tema del disco, cuenta con coros con un sonido muy espiritual y es algo más rápida que las demás, lo que hace que se salga un poco de la tónica general del redondo.

Como conclusión, ‘Destellos de oscuridad’ es una delicia para los oídos, ideal para cuando uno está sensible o nostálgico. El único pero que puede ponérsele es que se echa en falta un par de temas más potentes entre tanto (extraordinario) medio tiempo. Esperemos que sea el primero de muchos discos.

Irene Díaz

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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