Crítica de Lizzies: Good Luck
6 abril, 2016 1:01 pm Deja tus comentariosLlega el primer trabajo profesional de esta banda madrileña de reminiscencias anglosajonas de la mítica NWOBHM. Integradas por Hell End a la voz, Patricia Strutter a la guitarra, Motorcycle Marina al bajo y la última componente en subirse a la actual formación, Saray Sáez a la batería, este cuarteto ha facturado un disco de sonido muy orgánico y muy retro. Producido por Ola Ersjford y mezclado por Magnus Lindberg, francamente se agradece esta crudeza y autenticidad entre tanta sobreproducción en estos tiempos; la única pega es que le falta un poco de fuerza a la mezcla final, quedándose demasiado suave y contenida para el estilo del trabajo, algo que seguro subsanarán en sus conciertos. La portada es bastante original y llamativa, siendo concebida por el ilustrador Mario Riviére.
Comienzan volando muy alto con “Phoenix”, magnífica canción que hubiera sido todo un exitazo en los tiempos en los que este estilo tenía mayor repercusión en los medios. Le sigue “666 Miles”, que tiene una intro muy a lo “Wasted Years” de Iron Maiden (ya se sabe, la cabra siempre tira al monte), aunque la composición gira luego por otros derroteros; se echa quizás de menos un estribillo algo más marcado, pero es asimismo muy buen tema. En “Viper” vuelven a hacer otra pieza redonda, muy directa, metalera dentro de los patrones de su género; un tema que posiblemente sea de los que mejor funcionen en sus conciertos y que ya se lanzó el pasado año como single y video de adelanto, logrando bastante repercusión.
“Mirror Maze” baja un poco las revoluciones. Es un tema donde me recuerdan ligeramente a los mejores tiempos de las míticas Vixen, alzándose como otra de las destacadas del álbum. No es casualidad que sea el actual single y videoclip del LP. La bajista de la banda, apodada Motorcycle Marina, introduce lentamente “Night In Tokyo”, otro medio tiempo de título y reminiscencia ochentera que esperamos encandile a la capital de un país que siempre ha defendido y apoyado a ultranza este género musical. Vuelta a la caña con “Speed On The Road”, un corte rápido de solo destacable, con cierta esencia punkera motorhediana y unos coros finales solapados con la letra pensados claramente para el directo. En “One Night Woman” encontramos un riff muy marcado, nuevamente maidenesco, en otro cañonazo que pasa tan rápido como una exhalación. “Russian Roulette” cuenta nuevamente con un estribillo donde los hímnicos y recurrentes “uohhhh…” la auparán en los conciertos. “8 Ball” cierra con calidad un trabajo algo corto, que nos deja con ganas de más, pero que promete una continuidad de estas geniales féminas que toman su nombre del clásico de cine de culto setentero “The Warriors”, donde aparece una banda apellidada igual.
Próximamente estarán de gira en nuestro país el tributo femenino The Iron Maidens, pero qué queréis que os diga, teniendo a unas chicas que apuestan por material original y encima producto nacional, estas cuatro cracks se merecen mucho más esa atención mediática. No cabe más que desearles, como el propio nombre de este primer largo indica, "Good luck!!!”.
Andrés Brotons
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