Foo Fighters

Concrete and Gold

Sony Music (2017)

Por: Roberto Villalba

8

Dave Grohl, con algún que otro premio Grammy bajo el brazo, es hoy en día uno de los músicos más respetados en la escena del rock. Comenzó a despuntar desde muy joven con la banda de rock alternativo Scream. En 1990 entraría a formar parte de la icónica banda Nirvana, con la que grabaría dos discos, entre ellos el exitoso ‘Nevermind’, para muchos el mejor disco de la banda del Kurt Cobain.

Regresando al presente y tras ocho discos de estudio con su banda Foo Fighters (donde han abrazado estilos que abarcan desde el hard rock, rock alternativo, grunge y pop rock), Grohl prometía un cambio sustancial en el sonido de este noveno álbum y la verdad es que lo ha conseguido. Es un trabajo ambicioso que bebe fundamentalmente del rock de los sesenta y setenta, con una producción excelente a cargo del reputado productor Gref Kurstin.

El comienzo acústico a modo de introducción de “T-Shirt” estalla en un sucio riff setentero dando paso a “Run”, un genial corte que abarca multitud de sonoridades en un mismo tema con una gran melodía de trasfondo. Contiene un mensaje positivo que nos anima a vivir el presente antes de que sea demasiado tarde. El baterista Taylor Hawkins nos trae un hipnotizante ritmo en “Make It Right” mezcladas con unas guitarras zeppelianas que lo convierten en un tema muy ecléctico.

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“The Sky Is A Neighborhood”, publicado como segundo adelanto, nos deja una de las mejores canciones de todo el disco. Siendo un tema de puro rock de los setenta que va ascendiendo con una melodía muy marcada y un estribillo fabuloso. “La Dee Da” juega con la tecnología y unas voces distorsionadas que lo convierten en un corte de rock moderno, compartiendo Hawkins (como en varios temas más) las partes vocales con Dave.

El rock psicodélico de “Dirty Water” comienza de forma acústica, hasta que los guitarristas Pat Smear y Christopher Aubrey cambian completamente el rumbo de la pista con unos fantásticos riffs. El rock convencional de “Arrows” nos lleva directamente a una de las perlas de este disco, la preciosa balada titulada “Happy Ever After (Zero Hour)”. Es un tema al más puro estilo de The Beatles, con cierto parecido a ‘Across The Universe’. Si cierras los ojos y te dejas llevar por la melodía parece que en cualquier momento vayan a aparecer las voces de Lennon y McCartney. Y hablando de los dioses de Liverpool, en “Sunday Rain” colabora tocando la batería de forma magistral ni más ni menos que Paul McCartney, amigo personal de Dave, siendo este otro de los temas más destacables del redondo.

Nos vamos acercando al final con la alegre y simple “The Line” para terminar con la profunda “Concrete And Gold”, tema lento e introspectivo a modo de cierre.

Dave Grohl aseguró que este nuevo trabajo sería una fusión de los Beatles al estilo de Motörhead. Es una afirmación a medias, ya que la banda de Lemmy no se refleja por ningún lado. Al margen de esto, es un trabajo elegante que profundiza en las raíces del rock y que gustará tanto a los seguidores de la banda como a aquellos que aman el rock más primigenio.

Redacción
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