Bunbury

Expectativas

Warner Music (2017)

Por: Alfredo Villaescusa

10

Hay gente a la que no le gustan los riesgos. Son esos tipos que siempre piden lo mismo en los bares, se sientan en su rincón habitual y su vida se reduce a una interminable rutina, todas sus decisiones entran en el esquema de lo que se espera de ellos, su epitafio será sin duda que eran buenos hombres. Pero en ocasiones los términos revolución y continuismo distan mucho de ser antagónicos y pueden complementarse si se sazonan con prudencia los ingredientes adecuados. Unos minutos de más echan a perder por completo un suculento plato.

Cual experimentado cocinero, Bunbury con este disco sigue de alguna manera esa tendencia post apocalíptica iniciada con ‘Palosanto’ en el plano letrístico, mientras que en lo musical trata de reinventarse con una suerte de rock contemporáneo de autor que ya suena inequívocamente personal. Por muchas filias o fobias que suscite, lo cierto es que el ex vocalista de Héroes del Silencio nunca repite la fórmula empleada en anteriores lanzamientos, a lo sumo reutiliza algún elemento conocido tras un buen meneo a la versátil batidora que conforma su espectacular bagaje musical.

Así de primeras nos introduce en su mundo con “La ceremonia de la confusión”, una pieza de aire fronterizo con mantras de chamán para agitar a la subversión, en línea con ese espíritu deudor del 15M que ya se palpaba en su anterior álbum y que afectó también a otros compis del gremio como Nacho Vegas. “La actitud correcta”, con su ritmo deudor del “Rock and Roll” de Gary Glitter, casi relata las características fundamentales para distinguir a un farsante indie de un talento de verdad. Inevitable no pensar en determinados artistas al escuchar ciertas frases, una lluvia de dardos en diversas direcciones de la que no se escapan ni los pedantes gafapastas en su “citas grupos que están de moda”. Aplauso total.

Y el maño parece meterse en camisas de once varas en “Cuna de Caín”, que sintetiza como nadie las esencias patrias en un momento tan delicado con un desafío nacionalista de por medio, probablemente escocerá en algunas pieles delicadas, pero son más necesarios que nunca este tipo de temas que aborden sin tapujos aquel país de “golfos y gilipollas” que decía Pérez-Reverte. Otro bravo por Bunbury. Una tónica en la que reincide de nuevo con “En bandeja de plata” con esa frase para enmarcar que asegura que “pudiendo escoger entre dos o tres, preferimos al más subnormal”. Zasca.

Giro al timón con el inmenso soul a lo Sam Cooke de “Parecemos tontos”, aunque con el inconfundible toque que aporta la interpretación del aragonés errante. Y quizás “Lugares comunes, frases hechas” entroncaría con ese aire a lo Bowie que poseía su viejo éxito “Lady Blue” y si no retrocedemos tanto en el tiempo hasta podría considerarse un tímido asalto a la pista de baile que recuerda quizás demasiado al “Reflektor” de Arcade Fire.

La visceralidad de “Al filo de un cuchillo” brilla con un fulgor tremendo gracias a esos tenebrosos sintetizadores y ese rotundo saxofón que se torna en  protagonista absoluto de todo el trabajo, algo que se palpa en especial en el potente comienzo de “Bartleby-Mis dominios” con los vientos desatados. El nihilismo sentimental de “Mi libertad” que aboga por el “anarquismo pragmático” mantiene un desgarro similar al de “No me llames cariño” o “Miento cuando digo que lo siento”, un terreno en el que nunca pisa con pies de barro, antes de tirar por el otro extremo con la balada romántica convencional “La constante” y cerrar con dignidad el chiringuito con “Supongo”, cuya posición final le va como anillo al dedo.

Nadar y guardar la ropa debería ser posible y hasta aconsejable en épocas de tanta polarización política y de diversos niveles. Eso que los soplapollas llaman equidistancia y que a menudo coincide con la posición más razonable. He aquí un ejemplo de notable avance sin meter debajo de la alfombra el legado pretérito. Esto sí que es la actitud correcta.

Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

6 comentarios

  • Dr.Gonzo dice:

    Crítica currada para un artista que no deja a nadie indiferente. En relación al disco me ha parecido muy elegante con buenas letras. Es de agradecer que con todo el bagaje que tiene Bunbury siga arriesgándose y sacando cosas bastante interesantes.

  • Alvaro Ruiz dice:

    Un disco extraordinario... Admito que tras Heroes y con excepción de "Pequeño" Bunbury me a aburrido bastante. Sin embargo este disco es redondo en definición, original, pragmático y con actitud. Rockandroll de vanguardia.

  • Jesús Cabezas dice:

    nada que supere el feeling de Héroes, Sin Juan al lado, nada es remotamente comparable en mis gustos.

  • María C. Uría dice:

    Aunque lo he descubierto en 2018-19 (que le vamos a hacer...) me parece brillante, propio del genio que ya apuntaba aquel chaval de los Héroes, uno de mis grupos favoritos; por no decir el que más.

  • Diego dice:

    Es un disco que no aburre, vigente actual y vigente por varios años más, otra vez el hombre delgado saca una genialidad... Es el tipo de artista con alma camaleónica.

  • Rudyman dice:

    Un maestro, sabia a donde apuntaba aun cuando nadie creia en él, Idolo enserio...

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