Balas Sobre Broadway

Salvaje

Rock CD (2021)

Por: Alfredo Villaescusa

9

Agrada comprobar cómo en tiempos de atolondramiento general todavía existe gente a la que las modas se la traen al pairo. Tipos aguerridos que van a lo suyo, sin pretender convencer ni adoctrinar a nadie, y si coincide que a alguno le mola su rollo, pues bienvenido. No hay más vuelta de hoja. Alabemos hasta el final de los días a esas especies en extinción en una época en la que se lleva el postureo en múltiples formas y se margina automáticamente a todo aquel que no pasa por el redil asignado. Que nadie nos diga que no somos los más ecologistas o multiculturales.

Pues bien, en un mundo paralelo al margen de prejuicios progres, habita el rock n’ roll, ese que pusieron en lo más alto los pioneros Tequila o Burning, lo adaptaron a la idiosincrasia local Platero y Tú o Pereza y sobrevivió hasta nuestros días a menudo sin acaparar los grandes focos, salvo alguna notable excepción tipo Los Zigarros. A esta encomiable tradición pertenecen estos madrileños, que se presentaron en 2015 con un EP homónimo, pero no ha sido hasta hace poco cuando han conseguido facturar un debut que debería ser gloria bendita para los aficionados al género.

Las coordenadas quedan perfectamente delimitadas desde el inicio con “Insoportable”, todo un temón que no sería descabellado imaginárselo cantado por el Fito Cabrales que hablaba de irse de fiesta en vez de sus cuitas sentimentales. Enormes esos solos al tuétano de saltar lágrimas. “Una bala para ti” posee un aire más fronterizo o spaghetti-western, con un estribillo impagable que evoca a La Frontera, maestros indiscutibles en ese palo. Que me aspen si esto no es para hacer reverencias sin parar. Y siguen enfilando directos al corazón en “Rock N’ Roll Madrid”, un homenaje a todos los que les inspiraron como Leño, Barón Rojo y tantos nombres fundamentales para entender nuestro rollo. Y una parte indisoluble en este estilo son los garitos, por algo se mentan iconos hosteleros como El Penta o el mítico Rock-Ola. Por mucha caza de brujas que haya en la actualidad, que nunca se apague la luz de los bares.

Se contagian del frenesí de AC/DC o Status Quo en “No quiero nada”, mientras que el corte homónimo “Salvaje” tiene un comienzo digno de auténticos himnos, su posterior desarrollo no decepciona en absoluto. Y continúan pisando a fondo el acelerador en “Pasa el tiempo” antes de ese “No queremos ser”, con una voz que reivindica esa verdad absoluta de “tanto gilipollas y tan pocas balas”. Toda una declaración de principios. Y “Posesión” mantiene la esencia rockera a buen recaudo, al igual que “Bajo el árbol”, aunque en esta se escoren más hacia el aire contemporáneo de unos Rival Sons. “Nada ha cambiado” finiquita de manera sosegada un trabajo redondo que se disfruta de principio a fin.

En serio, cualquiera al que le guste el rock n’ roll clásico, o incluso con un punto moderno, que no hinque el diente a esta obra maestra está perdiendo el tiempo y cometiendo un grave error. Pero siempre debería existir el propósito de enmienda, incluso con un álbum tan impepinable como este. Como dicen en uno de sus temas, el rock n’ roll vive en Madrid. No me cabe ninguna duda.

 

Alfredo Villaescusa
Etiquetas: , , ,

Categorizado en: , ,

Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *