CON MORA: Licor de rocanrol
22 febrero, 2010 11:30 am 1 Comentario7/10
(Pias)
Han transcurrido diez años pero aquellos momentos siguen frescos en mi memoria. Me veo en un pequeño garito con mis amigos, juntando nuestras monedas de cien pesetas mientras suenan Platero o Extremoduro. El poco dinero que llevamos encima es más que suficiente para pillar unos cuantos minis de cerveza o de kalimotxo. Y cuando la guapa camarera mezcla cola con vino nosotros le pedimos que añada un chorrito de licor, licor de mora.
Una década después las pequeñas cosas, esas que con el paso del tiempo adquieren valor e importancia, siguen estando ahí, imperecederas. El barrio sigue oliendo a barrio (Carabanchel). Los sitios de reunión son los mismos (bares y locales de ensayo). La gente comparte cigarrillo y bebe del mismo vaso (amistad). Lo que podría ser simple afición se entiende como manera de vivir (rocanrol). Y colegas como el Neno, Liru, Wiki y el Tupa cambian euros por un par de minis de birra o de kali. Eso sí, el “Licor de rock’n’roll” lo ponen ellos.
Tras una maqueta en la que se podía percibir el potencial que atesoraban estos cuatro madrileños, ahora lanzan su disco debut. ¡Y qué debut! Cuanto más lo escucho más me engancha. Rock urbano del de toda la vida, callejero. Musicalmente van al grano, no se andan por las ramas. Las canciones son directas, sin demasiados arreglos ni florituras, dos guitarras que se combinan a la perfección y una base rítmica potente. Y las letras hablan de situaciones cotidianas que tú y yo hemos visto o vivido alguna vez. Por ejemplo, defienden la humildad como virtud en “Un buen escudero”, critican la represión y abuso de poder en “Voz de mando” mientras que arremeten contra las falsas promesas en “Mentiras”, y muestran una sensibilidad a flor de piel en “El alma sin pintar”. Tengo que decir, no obstante, que los temas ganan enteros en directo, como ocurre con “El andar de mis pies”, y es que sobre el escenario lo dan todo y mucho más. Como debe de ser.
Llegó la hora de dejar de mirar al pasado con nostalgia. Tal vez debería volver a llamar a mis viejos compañeros de juerga, quedar con ellos para reírnos de nuestras calvicies y barrigas, y recordar así que las pequeñas cosas nunca cambiarán. Las cosas importantes, como el pasar de mano en mano la priba. Siempre Con Mora.
Texto: FÉLIX EL DUENDE
1 comentario
Tremendos ConMora