BATTLE BEAST: UNHOLY SAVIOR
20 febrero, 2015 1:23 pm 1 ComentarioLa verdad sea dicha, siempre es de admirar que cierto tipo de músicos no se acomoden jamás en algo en lo que han dado sobradas muestras de dominar. Y que anden continuamente, trabajo tras trabajo, evolucionando aquello en lo que tan bien se despacharon en anteriores entregas. Es posible que se llegue al punto de editar algo que de tan revolucionario,que apeste se coja por donde se coja, vale. Pero por otro lado si la cosa funciona, desde luego que la sonrisa de oreja a oreja que esboce el afortunado que se haya pinchado tal obrita, es mucho mayor que la que se le queda a uno cuando se calza algo que de primeras sabe por dónde y hacia dónde va a ir, con el gustazo que también conlleva.
Battle Beast, los finlandeses ganadores de la guerra de bandas de Wacken 2010, ya dieron buena cuenta de cómo se las gastan con ese 'Steel' primigenio en el que no dejaban títere con cabeza. Pegaron un pequeño giro a su estilo en su homónimo trabajo de 2013 y ahora han vuelto a la carga con renovadas fórmulas con este 'Unholy Savior' del presente año. Ya de primeras nos la soltaron en toda la cara al brindarnos como adelanto ese "Touch in the night" tan pop hace unos pocos meses, así que la pregunta quedó en el aire: ¿fue tan sólo un hecho aislado o el álbum en general seguiría por esos derroteros? Claramente no, aunque sí con un "pero".
Si bien en su debut derrocharon rabia y tralla con posito Accept y algún medido toque power, esto último fue ganando terreno a base de teclados y ramalazos a lo Nightwish en su posterior obra, amén de la tremenda nueva torda que presentaron como vocalista, Noora Louhimo. Una mujer con más huevos que una granja avícola, capaz de entonar con la misma furia que los más burros voceras que se tercien. Así que en estas nos encontramos. Nuevo disco del grupo y nuevo giro estilístico al canto. Aunque quizás más que un giro, se trate quizás de un refinamiento en las formas. Está claro que los de Helsinki no son gente de poner el piloto automático y tirar a lo seguro.
Vale que las dos que abren van un poco por esto último y puedan resultar algo típicas, pero no es menos cierto que aún así son de las que mejor se disfrutan. "Lionheart" y "Unholy Savior" nos dan lo que esperamos de buenas a primeras: heavy metal sin concesiones, con su dosis de power metal, tecladitos, punteos, Noora desgañitándose cuando toca... y poco más, si es que tal cosa a alguno le pueda parecer poco. También en "I want the world... and everything in it" nos recuerda a sus inicios más crudos y clasicotes, pero nuevamente nos hallamos frente a otra de las canciones mejor rematadas, enfurecida y con un riffeo de los que atrapan a la primera. "Madness", en la que la rubia frontman lo da todo y más, o "Speed And Danger" y su neoclásico interludio, también serían otras en las que muestran su lado más bestia y con las que nuevamente gozaremos como con las que más. Así que, y pese a la insulsa baladilla "Sea Of Dreams" que nos cuelan por medio, tan típica como plana, uno realmente va frotándose las manos conforme el disco de marras va soltando temita tras temita.
Sin embargo no ocurre lo mismo con lo que nos aguarda en lo que antaño pudiera ser su cara B. Y no es que sea del todo malo, pero es que, sencillamente, ni es lo mismo, ni casi me atrevería a decir que hay color. Y que conste: el que fuera su adelanto "Touch in the night" se asimila bastante mejor tras todo ese torrente desatado que como fue publiado su día. Realmente ese toque pop, incluso disco estilo años 80 y que puede llegar a recordar a lo que Laura Branigan o Madonna (sí, Madonna) eran capaces de mostrar en tan añorada década, sienta de maravilla a modo de soplo de aire fresco. Así es como cambiamos el chip por un momento y sin perder para nada las buenas formas. Lamentablemente lo que nos queda poquito tiene para entusiasmarnos como hasta ahora.
La instrumental "Hero's quest", que recuerda a "Moondance" de Nightwish y su lentorra intro, junto con "The Black Swordsman", tan corta como insustancial, pasan con más pena que gloria. La vuelta a la tralla de "Far far away" tampoco está a la altura con riff con demasiadas equivalencias al mítico "2 minutes to midnight" de Maiden y con un desarrollo tan convencional que acaba resultando mero relleno facilón, pero que se digiere buenamente. Algo es.
Y si ya lo único que resta es otra balada, "Angel cry" (ésta sí, ésta con todos los ingredientes necesarios en una pieza de tales características, sentida, melodiosa, fuerte en sus partes), a uno le queda la impresión de que, lo que se ganó en su primera parte, se pierde por completo en la segunda, aún con las virtudes que ella también encierra.
En resumen: un álbum bastante más relajado que lo escuchado hasta ahora, quizás con un exceso de teclados y alguna que otra composición prescindible, pero que pese a todo guarda un buen puñado de heavy metal potente y con clase, reservándose un pequeño as en la manga a modo de bonus track en su edición especial. El "Push it to the limit" ochentero de Giorgio Moroder y Paul Engemann, que tan bien sonó en el film "Scarface" (o "El Precio Del Poder" si lo prefieren), es plasmado a la perfección por unos finlandeses que, en su tercera obra, aunque han dado un paso hacia atrás en cuanto a lo que nos ofrecieron con anterioridad, lanzando un disco nuevamente distinto con el que, sin duda alguna, disfrutaremos en líneas generales.
ÁLVARO LÓPEZ "TXONDO"
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1 comentario
Interesante banda estos BATTLE BEAST que puede que el estilo que practica la banda recuerde un poco al metal sinfónico de unos STRATOVARIUS por poner un ejemplo.La portada esta fenomenal!!!