EL PILOTO SUICIDA Escribe: J. Oscar Beorlegui

20 mayo, 2009 6:24 pm Publicado por  – Deja tus comentarios

El escritor y francotirador navarro padre de las entregas en libros de El Piloto Suicida (El último con prólogo del Evaristo) y algunos de los memorables textos de Marea; fiel representante de la cultura del bareto y los escritos más incendiarios nos permite que le robemos estas perlas literarias al hilo de la más rabiosa actualidad....

INDEPENDENTZIA O LIBRE ADHESIÓN
El futuro no pasa por la independencia sino por la libre adhesión

(ex-lehendakari Ibarretxe)

En una de sus últimas correrías nocturnas el Piloto Suicida, no diré en qué circunstancias, avistó un tanga en cuyo frontis se podía leer lo siguiente: Independentzia. Uno, que siempre está a la que salta, a la vista del reclamo no pudo menos que preguntarse esto, ¿”independentzia”? ¿y ahí, para esa región, precisamente? ¿para los “países bajos” de nuestra anatomía? ¿acaso en Euskal Herria, en esa zona, no tenemos bastante autonomía? Porque en otro lugar de nuestros cuerpos no, igual no, pero ahí... ¡si tenemos más que suficiente! ¿Independentzia? ¿”autogestión”, si se quiere? Para dar y exportar, oiga; si por estos lares, dejar de tenerla – aun momentáneamente, cosa harto difícil - no es pecado, sino milagro.

Además, tal y como lo proclamaban los Lendakaris Muertos en una de sus célebres canciones del primer disco... ahí radica la cuestión, la madre del conflicto. La raíz del mal llamado “problema vasco”: en esa “independencia”, en ese exceso de la misma que, en las fiestas, por ejemplo, nos lleva a bailar solos incluso las agarradas.

Ah, Euskal Herria, el país en el que las mejicanas se bailan llevando el ritmo con el pie al tiempo que, vaso en mano y puro en boca, se mueve de arriba abajo la cabeza de forma compulsiva, ¡si sólo nos falta ir a las verbenas con el discman! Y así se empieza y se termina como se termina, claro está: totalmente “autodeterminado”; con razón que en aras de la consecución de dicha reivindicación las autoridades de Pamplona, tan solícitas ellas, han llegado hasta el extremo de poner bancos unipersonales en las calles, los cuales, en clara sintonía con el tanga inspirador del presente artículo, parecen gritar a los cuatro vientos dicho slogan: ¡in-de-pen-den-tzia! ¡in-de-pen-den-tzia! Y ¿qué será lo siguiente? ¿las terrazas con una silla por mesa? Por no hablar de otros aspectos colaterales de la “independentzia”, como el “coste” o “alto precio” de la misma, yéndose tantos de “fulanas” como van...
Así las cosas, llegados a este punto el Suicida cree que no, que ya vale. Que ya está bien de “independentzia”. Que un poco sí, hace gracia cierta autonomía, pero que en lo que a los bajos se refiere, tanta tanta... Así pues, ante el estado de la cuestión y en pro de intentar colaborar en la resolución del “conflicto” por excelencia el Piloto se atreve a sugerir lo siguiente: ¿por qué no sustituir el mensaje “independentista” de dicho tanga por otro en favor de, por ejemplo, la “libre adhesión”? O de la libre anexión, incluso; si libres, libres (y sin compromiso, en tantos casos) ya somos... Y es que, en caso contrario, ¿no nos iría mejor? Por supuesto. Además, si peor es imposible. Así pues, dejemos de mantenernos impasibles y luchemos por la nueva causa: ¿Independentzia? Ez, eskerrikasko, no future. ¡Basta ya!, libre adhesión ya, ahora y para siempre; es que la necesitamos, ya no me callo: a estas alturas del partido por ahí pasa el futuro necesariamente, por la libre adhesión, leche. Por una vez estamos de acuerdo con Ibarreche...
EL PILOTO SUICIDA

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