Entrevista a Ilegales: "No hay excusa que disculpe la obligación de morir"

31 mayo, 2016 5:19 pm Publicado por  Deja tus comentarios

El futuro de la banda estuvo en entredicho tras la súbita desaparición de su bajista Alejandro Blanco, pero es en tales lances en los que se demuestra la verdadera fortaleza. Y entre depresión o rock n’ roll, eligieron rock n’ roll, así se lo contó Jorge Martínez a Alfredo Villaescusa, que no puede reprimir la emoción por entrevistar a uno de los iconos imprescindibles del rock patrio. 

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Foto: Marina Rouan

Perdona ser tan directo, pero ¿cómo os ha afectado la muerte de Alejandro?

“De la peor manera posible; pertenecemos a esa generación en la que “los hombres no lloran” pero la herida ha sangrado abundantemente y seguirá sangrando mientras siga existiendo un Ilegal vivo. Mi primera reacción cuando me enteré fue de incredulidad; entré en bucle incrédulo absoluto”.

¿Te planteaste suspender la gira o por el contrario seguir adelante sería el mejor homenaje?

“En un primer momento quedó todo en suspenso, dejaron de realizarse un montón de entrevistas concertadas ante la imposibilidad de afrontarlas con un mínimo de cordura. No obstante, reunido el núcleo duro de la banda, en un momento dificilísimo, tuvimos que elegir entre depresión o rock&roll. Alejandro no hubiese dudado en seguir adelante: Rock& roll”.

¿Tuviste claro desde el principio que Willy sería su sustituto al bajo?

“Willy es un elemento del ambiente Ilegal, ha grabado cinco discos con Ilegales y entiende plenamente nuestra situación. Interiormente, y a veces públicamente, dedicamos todos los conciertos a nuestro compañero Alejandro”.

¿Y qué pasará después de la gira?

“Mañana nunca se sabe pero estoy componiendo de manera torrencial”.

¿En qué punto se encuentra el documental ‘Mi vida entre las hormigas’?

“Digamos que está avanzado en un quince por cien y sigue creciendo. La productora se ha encontrado con que TVE, la que financiamos todos los españoles, reclama 3.000 euros por minuto cedido. ¡No tenemos acceso a nuestra propia historia ni a nuestros propios archivos! Juan Moya y Chema Mera, que son quienes conducen la película, producen y un montón de cosas más, son dos putos genios y espero de ellos lo peor y lo mejor. Sobre todo espero tensión y peligro; me guste o no”.

Vais a tocar en verano en un par de festivales, ¿no te parece que la música de Ilegales es más para tugurios y salas?

“La música de Ilegales se ha abierto paso, con solvencia, tanto en antros muy rock como en espacios con 45.000 personas. Eso sí; en estos grandes espacios se han generado algunos heridos. Actualmente sólo tocamos en locales que admitan nuestro montaje actual de sonido y luces. En ese sentido hemos perdido movilidad, porque ese tipo de locales no abundan, pero hemos ganado contundencia. En los grandes festivales es donde podemos abrirnos a un público nuevo aunque hay que compartir el tiempo disponible con otras bandas y el concierto tiene que reducirse”.

¿Tienes algún ritual o costumbre antes de los conciertos?

“No soy supersticioso pero me gusta tocar un poco la guitarra con la que voy a salir al escenario y me tomo algún trago para minimizar el efecto del humo sobre las cuerdas vocales”.

¿Eres de los que mira a la muerte de frente?

“Sí, vivir, queramos o no, ha de costarnos la vida. No hay excusa que disculpe la obligación de morir”.

¿Crees que existe una actitud concreta de Ilegales frente a la vida? “Levántate y lucha; esta es tu pelea. Ser manso es peligroso: si no luchas, te matas”.

Igor Paskual inicia su último libro ‘Rugidos de Gato’ con un perfil de tu persona y te cataloga como “Mefistófeles cantábrico”, ¿qué te parece?

“Igor escribe francamente bien, aunque no me creo esa leyenda de que soy un demonio. Es sólo que el rock&roll acaba por animalizar el rostro con los años. También he dicho aquello de “He intentado ser un ángel pero me ha tocado ser demonio, lo único que consigo hacer bien es el mal”. Este tipo de declaraciones y mi careto me han dado una fama un tanto diabólica pero... no nos engañemos, el demonio no existo”.

Dice además que “mientras los demás grupos juegan a ser malos, él suelta hostias letales, y si beben vino, él se lava los dientes con aguardiente”, ¿hasta qué punto te reconoces en esta frase?

“Bueno, a lo mejor no soy tan bueno haciendo el bien como haciendo el mal. Tendré que practicar más”.


"La provocación tiene una parte positiva que es generar movimiento, es arriesgado y no debe confundirse nunca con la detestable actividad de asustar viejas".


También afirma que en los noventa pasaste más tiempo en los bares que componiendo, ¿es cierto?

“No del todo; uno de los mejores sitios para componer es el bar; “la verdadera patria con que puedes contar”. En el bar se han fraguado grandes episodios de la historia, se han formado partidos políticos, se han fraguado conspiraciones se han formado parejas, se han iniciado muchas adicciones... Es aconsejable encontrar la puerta de entrada al bar pero no es menos aconsejable saber dónde está la puerta de salida”.

¿Qué hay de verdad en tu fama de pendenciero?

“Creo firmemente que todo individuo tiene derecho a no dejarse apalear, herir o matar. He hecho uso de ese derecho inalienable con gran eficacia”.

Por tu carácter provocador podrías ser el John Lydon patrio, ¿cómo lo ves?

“La provocación tiene una parte positiva que es generar movimiento, es arriesgado y no debe confundirse nunca con la detestable actividad de asustar viejas. Los políticamente correctos son una plaga que ha hecho contraerse las fronteras de libertad de toda una sociedad. La obligación de un artista, incluso de un personaje público, es transgredir porque así los horizontes de libertad de todos los demás individuos se amplían en vez de contraerse. Esto debería hacerse así incluso asumiendo el riesgo de llegar al esperpento”.

¿Y vuestras fans femeninas con qué faceta deberían quedarse, la de “La chica del club de golf” o la de “Eres una puta”?

“Son dos caras de la misma moneda o de la misma persona, es valioso poseer la suficiente elasticidad como para cambiar de postura. Conozco mujeres de las dos clases, pero sobre todo conozco mujeres muy capaces de ajustarse a cualquiera de estas canciones dependiendo de la hora”.

Por último, ¿cuál sería la peor experiencia que te ha pasado en un directo?

“Una colombiana, bella pero excesivamente efusiva, me agarró y casi me arranca la cabeza. Cuando consiguieron soltármela, se agarro al cuerpo y casi me incrusta la Stratocaster en el esternón. La busqué luego, para explicarle que no vivo en un convento, pero sin éxito”.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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