Entrevistas |Jaime Urrutia
«En los ochenta hasta los punks iban a los toros»
Por: Alfredo Villaescusa
Hay que tenerlos bien puestos para que en tiempos de pelos de colores y supuesta transgresión a uno le dé por apelar al buen gusto, los pasodobles, las tapas y demás esencias patrias. Pero ya decía Jaime Urrutia, antaño líder de los históricos Gabinete Caligari, que ellos siempre fueron un poco “raros” dentro de la llamada movida madrileña. Hoy en día todavía sigue en pie junto a su banda Los Corsarios y con la fecha en el horizonte del 3 de agosto en El Burgo de Osma (Soria) junto a los no menos legendarios Tequila, Alfredo Villaescusa entrevista a uno de los personajes más irreverentes del rock nacional.
¿Qué estás haciendo ahora a nivel discográfico? Lo último que editaste fue ‘Lo que no está escrito’ del 2010…
“Vamos a ver, ahora estoy intentando sacar un disco, pero es muy difícil…Digamos que tengo ya varias canciones, pero no me parecen lo suficientemente buenas porque quiero lanzar algo muy bueno, no sé si será lo último o tal vez me quede otro álbum más… El caso es que a mí me gustaría llegar a cierto nivel y me doy cuenta de que todavía no he alcanzado ese punto. Y en esas ando… esperando a que venga la varita del cielo y esté un poco inspirado. Podría sacar cualquier cosa, pero creo que mi público merece un respeto. Para sacar una mierda, prefiero quedarme en casa, más claro no se puede decir”.
En tus trabajos en solitario siempre has demostrado una versatilidad desbordante, porque lo mismo te puede dar por el rock n’ roll que por la bossa nova…
“Sí, precisamente entre lo que tengo compuesto hay algo muy tipo el “Revolution” de los Beatles, me gusta comparar cosas. La verdad es que siempre me he inspirado en mis grandes mitos, hay también otro tema que llamo “Bowie”, otro “Lou Reed”…Son meras fantasías que me sirven de inspiración, aunque luego el resultado final no se parezca nada al nombre que he elegido”.
¿No hay ningún artista contemporáneo que te haya llamado la atención?
“¿Te lo digo sinceramente? No. Soy muy clásico, sigo escuchando el rock de toda la vida, como dijo Jim Morrison, el rock se acabó en el 68 (risas). Por supuesto que sigo escuchando música, pero los artistas de ahora no me llegan a convencer y por eso prefiero emplear el tiempo en componer mis propias cosas”.
¿Crees que igual el formato de disco se ha convertido en algo profundamente obsoleto?
“Sí, claro, pero los artistas de épocas anteriores nos ceñimos a eso. Yo creo que tendría ya suficientes canciones para sacar un single, pero no sé, ha cambiado mucho la promoción, la venta de discos, el Spotify, la gente ya no escucha discos enteros como antes…Los discos tenían un comienzo y un final, su cara A y cara B, te los volvías a poner…Supongo que nos estará leyendo gente joven y creo que no sabrán lo que era volver del Rastro con poco dinero y un vinilo rayado de Rolling Stones o Lou Reed, empezabas a investigar por el principio ahí con la aguja para que no se escapase nada…Ha cambiado hoy totalmente el panorama y hay que aceptar también cómo van los tiempos. Yo lo que quiero es seguir haciendo canciones buenas, que me imagino que seguirán teniendo éxito, en fin…”.
Llegaste a decir incluso que “bajarse discos enteros es un acto de incultura, de ser un paleto”, ¿opinas todavía lo mismo?
(Risas) “Me hace gracia esa frase, hombre, tanto como un acto de incultura igual no. Aquí en concreto me refería más bien a la autoría de canciones y a que la gente está acostumbrada a no pagar por la música, pero ante eso no puedo hacer nada, son los tiempos que corren, hay que acostumbrarse…O retirarse” (más risas).
¿Qué planes hay de actuaciones en directo?
“Pues bueno, van saliendo los bolos a salta de mata, no estoy haciendo una gira ni mucho menos, tengo mi público y ahí sigo. Los años de elecciones siempre son duros para los artistas, porque cambian los ayuntamientos, etc.”.
La fecha del 3 de agosto en El Burgo de Osma (Soria) junto a Tequila será importante, ¿no?
“Claro, será además en la plaza de toros junto a unos grandes de nuestro rock, Tequila fueron anteriores a Gabinete Caligari incluso”.
¿Y cómo presentarías a tu banda Los Corsarios?
“Son mi grupo de acompañamiento de siempre, pero han tenido varios cambios desde cuando empezamos en el 2002 con el álbum ‘Patente de Corso’. Tuve la suerte de tener a la batería a Germán Vilella de Los Rodríguez o a Guille Martín (Loquillo y Trogloditas, Los Rodríguez) a la guitarra hasta que falleció en 2006, pero todavía conservo a Juan Luis Ambite (Pistones) o Esteban Hirschfeld, el teclista de Gabinete desde ‘Camino a Soria’. Son mi grupo del alma y les quiero mucho”.
Has estado celebrando por los escenarios el aniversario del histórico ‘Camino Soria’, ¿nunca te planteaste retomar el contacto con tus ex compañeros?
“No, no me hablo con ellos. Esto de la celebración fue más bien una cosa de la compañía de discos, me llamaron a ver qué me parecía una edición especial de 30º aniversario con nueva mezcla y les di el visto bueno, una circunstancia que aprovechó mi mánager para promocionarlo en plan “Jaime Urrutia presentando ‘Camino Soria’”. No me parece muy digno, ya que no está mi grupo Gabinete Caligari de por medio, pero son cosas de la industria”.
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Perdona que insista, pero ¿cuál es el motivo de que no te hables con Ferni y Edi, si se puede saber?
“Sí, claro. Gabinete Caligari nos separamos en 1999, yo decidí la separación, pero ellos querían seguir. Creo que el grupo ya dio todo lo que podía dar de sí, incluida una última etapa un tanto kafkiana en la que incluso grabamos un disco en Telecinco. Les dije entonces a mis amigos que quería iniciar una carrera en solitario y me dejaron de hablar, no hubo ningún contacto más”.
Una posible reunión entonces ni nombrar…
“No, Gabinete Caligari está muy acabado. Yo sé que hemos pasado a la historia del pop/rock de los ochenta como el grupo que peor acabó, los que no nos hablamos, pero bueno, como Los Brincos en los 60, que también terminaron mal. El solo hecho de juntarme con ellos después de 20 años sin hablarnos es que ni me lo imagino”.
¿Y te molesta la etiqueta de superviviente de la movida madrileña?
“Bueno, tampoco es que me guste mucho, pero el hecho de haber sobrevivido a algo ya es positivo, ¿no? Yo soy un músico y pertenecí a una generación concreta, vale, pero es como si dices que los Rolling Stones o los Beatles fueron supervivientes del movimiento Beat que hubo en Inglaterra en los años sesenta” (risas).
En ambientes góticos todavía se sigue escuchando “Olor a carne quemada”, ¿qué sientes al oír ese tema u otros en onda siniestra tipo “Tierra de nadie” o “Héroes de la Unión Soviética”?
“No me avergüenzan en absoluto, pero hombre, la letra de “Olor a carne quemada” era un poco como una broma. Estaba de moda la onda siniestra tipo Bauhaus o Joy Division y nos parecía muy fuerte que realmente se pudiese quemar a alguien en una silla eléctrica. Me parece genial que la gente la siga escuchando, creo que para ser de un grupo que empezaba no estaba nada mal”.
Y no sé si estarás al tanto, pero grupos punk actuales como Biznaga o La URSS reivindican a Gabinete Caligari entre sus influencias…
“Sí, a Biznaga les conozco, pero es natural que si tuvimos tanto éxito a nivel popular, también surjan bandas inspiradas por eso. Es curioso, pero nunca me he encontrado a un grupo tributo a Gabinete Caligari, y eso que vendimos muchos discos en la época y de vez en cuando algunos chavales me dicen que sus padres tenían discos de Gabinete en casa. Está bien que exista un relevo generacional en ese sentido”.
¿Os pasó factura en términos de autenticidad la famosa “La culpa fue del cha-cha-cha”?
“Sí, esa fue la gran disyuntiva. Después del éxito de esa canción un día llegó Edi al local y dijo: “Mira, yo quiero hacer rock como al principio porque me gusta Led Zeppelin”. Yo le dije: “Vale, tío, pues componlo tú”. Sé que “La culpa fue del cha-cha-cha” fue lo que nos hizo populares en España, le gustábamos a la gente mayor, a las “gordas”, como yo las llamaba, pero pagamos el peaje, porque nos hicimos un poco “porteras”, así entre comillas. A mí nunca me asustó dar ese salto, soy muy ecléctico a la hora de componer y no me aferro al rock duro o clásico”.
En el pasado has hecho gala de un carácter polémico con afirmaciones que harían santiguarse tanto a ortodoxos de izquierdas como de derechas…
“Gabinete Caligari siempre jugamos con la provocación, digamos incluso que fuimos un grupo “raro”, de los que fuimos a la contra de todo, aunque fuera cierto que me gustaban los toros. Y luego también hicimos ‘Camino Soria’, que era como algo muy rancio, volver a la España profunda cuando todo el mundo hablaba de Nueva York y de París o Berlín. A mí siempre me interesaron los grupos que decían cosas y por eso también nos preocupamos mucho por las letras, por eso intentábamos decir algo interesante o provocar”.
¿Eres lector de literatura acaso?
“Sí, siempre lo he sido, me encanta leer. La intimidad que consigues con un libro no la tienes ni con internet ni con nada, es un acto intimo, tú contra una página. Además se aprende mucho, te creas tu propio mundo, pero soy muy anárquico leyendo, porque me gustan mucho las novelas de la Segunda Guerra Mundial, pero también lo clásico, Pío Baroja, Pérez Galdós…No estoy a la última y tampoco me gustan las traducciones, prefiero algo que esté escrito en castellano”.
Volviendo a lo de rasgarse las vestiduras, creo que poco puede haber más provocador que en tiempos de pelos de colores apelar a la elegancia o a conservar “la raya del pantalón”, como hacías en “¡Caray!”…
“Sí, es un poco de lo que estábamos hablando. La verdad es que Gabinete convivíamos con muchos punkis, con muchos “pelos de colores”, como tú dices, y nosotros nos vestíamos de manera muy clásica, yo iba con mi chaqueta y el pelo engominado, pero no sé, caía bien en ese ambiente, era mi forma de ser o de estar”.
Con tanta sensibilidad a flor de piel, ¿tendría cabida en la actualidad un tema como “Queridos camaradas” en cuyo vídeo al lado de una bandera franquista aparecía otra comunista?
“Esa canción me parece muy buena, está hecha en 1991cuando cayó el Muro de Berlín y luego desapareció la URSS, es un testimonio de un periodo histórico concreto. Creo que los grupos nuevos podrían preocuparse más por contar las cosas desde una perspectiva política o más interesante”.
En este sentido ya has escrito algún corte sobre el terrorismo de ETA, ¿te animarías a componer sobre el problema catalán?
(Risas) “La verdad es que no. Digamos que cada momento de tu vida es diferente, y aunque el problema catalán lo sigo con incertidumbre, creo que cuando tienes 20 o 30 años, pues eres más rebelde, no sé…Ahora mismo tal vez me apetezca más hablar de amor, desamor o penas que de política. Y lo cierto es que antes en Madrid vivíamos el tema de la ETA muy de cerca, es que había un asesinato casi cada quince días…”.
Antaño os presentabais con el grito de guerra “Somos Gabinete Caligari y somos fascistas”, ¿hoy dirías que eres de Vox para provocar?
“No, no (risas). ¡Pero eso fue una broma! Fue en nuestra primera actuación en Rock-Ola. Antes me preguntabas por lo de la provocación y yo siempre he pensado que el rock es ante todo provocación. Además, los tres Gabinetes no éramos en absoluto fascistas, sino más bien de izquierdas, pero bueno, nos valió para llamar la atención. La provocación es un arma efectiva, como lo han demostrado muchos grupos punks, La Polla Records, por ejemplo, y si en el primer concierto apenas había 30 personas, en el siguiente tendríamos a unas 400 por lo menos. Se corrió la voz de que había un grupo “fascista” y hasta alguien del periódico franquista ‘El Alcázar’ nos hizo una crónica que tengo por ahí guardada, se titulaba “Música para camisas negras”. Se creyeron totalmente el tema porque también solíamos salir vestidos tipo militar (risas). Era la agresividad del punk, pero pasada por un tamiz más latino”.
¿Y no opinas que hoy en día seguiría siendo bastante punk hablar de toros o pasodobles?
(Risas) “Pues seguro que incluso bastante más que en los años ochenta, porque entonces hasta los punks iban a los toros. Es un mundo que en la actualidad está bastante fustigado, no es nada políticamente correcto”.
Mucha gente al ver tu cara todavía se acuerda de aquella mítica imitación de Martes y Trece, ¿te molestó en su momento?
“No, para nada, Martes y Trece me parecían unos artistas maravillosos y esto fue además en la época de “La culpa fue del cha-cha-cha”, nuestro nivel máximo de popularidad. Pero es que por aquel entonces Millán Salcedo y yo nos parecíamos una barbaridad, me acuerdo que incluso me confundían con él en los taxis y me decían: “¡El de Martes y Trece!” Y yo respondía: ¡Que no, coño!…” (risas)".
Fotos: Ricardo Rubio
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5 comentarios
Hola Alfredo esas dos foros son mias. Te ruego contactes conmigo para ver como podemos arreglar este tema. Gracias.
Respeto su propuesta en solitario pero cuando estuvo al frente de su banda principal no me llenaban para nada el rollo popero que llevaban. Espero que en solitario su propuesta sea un poco más cañera que con su banda madre.
Otro pseudointelectual engreído hasta la médula. Que se junte con José Mª Sanz y hagan una versión rock de Pimpinela
Cómo os atrevéis a poner que es uno de los personajes más Irrelevantes del rock español?? Cómo cometeis un fallo tan grande?? Jess si Loquillo y Jaime Urrutia te parecen pseudointelectuales, puedes seguir escuchando tu reggaeton asqueroso y no opinar sobre personajes legendarios de nuestra música rock en español. Como dijo Loquillo: \"el buen hacer no necesita explicación porque quien la pide, no la sabrá valorar\" hasta más ver.
Bien Mark, ni has leído la entrevista ni me has leído a mi. Pero te faltó tiempo para entrar a faltar al respeto. Nivelazo el tuyo.