Conceptos como involución y gris son algunos de los que salen de vosotros al hablar de vuestra música y este nuevo disco. Comentadnos cómo uno puede cuadrar estas dos ideas.

(Pe) “Lo bonito de la involución en sí mismo es difícil de decir con palabras, se trata de ir a la esencia de donde viene el sonido que más nos gusta. En este caso es el blues, y tirando hacia atrás en el tiempo te das cuenta de dónde ha nacido todo. Irse al punto más primario. Lo bonito es que gusta porque sí, es apreciar cómo con tan pocos elementos se puede hacer algo tan grande”.

(C) “Estamos hablando de una época en la que no había comunicación, y eso tiene mucha grandeza. Y a todo esto, también existe la impronta de gente que tiene necesidad de hacer música sin tener de por medio la idea de comercio. Esa tendencia a buscar los orígenes es algo que para nosotros es principal, y queremos llevarlo al presente con nuestras manos, con nuestra forma”.

Era un objetivo directo plasmar esto en vuestro nuevo trabajo, ¿verdad?

(Pe) “Exacto, es tener en cuenta lo que te gusta a la hora de tocar. No buscamos ninguna meta a la que llegar, simplemente ponernos a tocar y sacar lo que cada uno llevamos dentro. Y nosotros, aunque tenemos cada uno nuestros propios gustos, tratamos de que se vaya en conjunto por la misma vertiente”.

Portada de 'Guadalupe Plata 2018'

¿Creéis que lo que vosotros como banda habéis conseguido es lo que se buscaba con este nuevo trabajo?

(Pa) “Una vez terminado cada disco, no pensamos que hemos conseguido el sonido definitivo para plantarnos ahí. Estamos muy contentos de este trabajo y el resultado final, pero nos gusta seguir creando y buscando cosas nuevas. A nivel de sonido, en este álbum hemos nos solo entrado en el blues, sino que también hemos introducido elementos musicales como el calypso o rituales como el vudú, de donde hemos cogido ese sonido de tambores. Es una fusión que no es solamente blues”.

Nueva Orleans, el vudú... La verdad es que es algo que me ha venido a la cabeza escuchando vuestro nuevo disco.

(Pe) “Exacto, la verdad es que es una ciudad donde a nivel musical está esa esencia de la que hablamos, y eso es algo que queríamos llevar a nuestro disco, con nuestra esencia. El “enlace” lo conseguimos con la serie española “Raíces”, que hablaba de tradiciones milenarias de aquellos pueblos; cuando escuchaba esos sonidos, los encontraba muy paralelos, pero algo más rurales, lo cual tiene que ver con nosotros”.

¿Cómo se logra esto a nivel de producción y grabación del álbum?

(Pe) “La verdad es que es difícil de explicar. A ver, es algo que va sobre la marcha. Vamos pensando qué queremos tocar, qué nos apetece, y en base a una idea o canción que podemos tener lo vamos trastocando para ver el resultado, o vamos viendo qué hacemos con el esqueleto de la canción. Entonces, este proceso de grabación a veces va más rápido cogiendo cuerpo, y otras veces va más lento. No tenemos una metodología concreta a la hora de esto”.

(Pa) “Por otra parte, cada miembro de la banda a nivel de producción sabe cómo tiene que sonar para que esté todo en consonancia. Todo esto viene por el bagaje de años que llevamos, y que a la hora de ponernos a tocar sabemos cómo tiene que ser y cómo nos gusta. En este disco hemos introducido instrumentos como el barreño o la botella de anís, y para eso es vital que cada uno sepa cómo tiene que sonar nuestro instrumento para estar en consonancia”.

Meter nuevos instrumentos como estáis comentando es algo que surge solo, ¿verdad?

(Pe) “Claro, si queremos plasmar esa idea que te estamos diciendo, la de la España profunda, de un sonido más rural, pues entonces instrumentos como una botella de anís o una bandurria los tenemos que meter para conseguir esa esencia. Además, buscamos un sonido más acústico en la guitarra. Unos elementos que llevan a esa canción a otro rango”.

(C) “A veces terminas de grabar la canción, la estás escuchando y te viene a la cabeza meter tal instrumento, o te viene una idea. El Síndrome de Phil Spector. Pero es algo que te viene con total naturalidad. Es arrancar y conducir”.

¿Qué son las corraleras?

(Pe) “Es un género muy oscuro que yo tampoco conocía y mi chica me lo propuso, así que lo escuché y me recordó a las sevillanas pero del Delta. Me enamoró esta historia. Un sonido sin casi arreglos, con mucha percusión y en el que la voz casi no se entiende”.

(C) “Si te das cuenta, en la métrica se parece mucho a todo lo que hemos hablado antes de los ritmos tribales y sonidos africanos. Es una especie de trance musical”.

Yo pensaba en  música para expulsar demonios...

(Pe) “Es muy oscura, y creo que por el ritmo sería perfecto. Además, cuadra dentro del concepto de gris, del que también hablábamos. Creo que está incluida en un disco que nos ha quedado muy homogéneo”.

Todo lo musical va en sintonía con la portada. Explicadme cómo surge y quién hace la portada.

(Pe) “La portada la hice yo con mi pareja, que es pintora, y estuve pensando en hacer algo muy loco. Decidimos hacer algo que tuviera que ver con lo rural. De ahí surgió el plasmar un exvoto, que es una ofrenda que hacen los mexicanos que tiene su nexo de unión y ese carácter rural. Hay iconografía mexicana como la muerte”.

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