EL GITANO, LA CABRA Y LA TROMPETA: "CALAMIDADES DESDE UN PUNTO DE VISTA OPTIMISTA"

La banda El gitano, la cabra y la trompeta lleva ya unos años reinvindicándose a base de trabajo como una de las bandas extremeñas a tener muy en cuenta en el rock estatal. Nuestro redactor Charly R'N'R charla con Raúl Jiménez, frontman y líder de banda, para Mariskal Rock:

No puedo evitar preguntarte por el nombre, aunque estaréis hasta las narices de contestar a eso. A mí personalmente me da un buen rollo de la hostia.

Hombre, tienes razón, la pregunta es un poco coñazo, pero como tú nunca nos la has hecho, pues estás perdonado .

El nombre se me ocurrió en el local de coña, cuando éramos tres en la banda, el gitano, la cabra, y la trompeta que nos fumábamos. A mí no me gustaba, lo dije de coña, ya digo, pero al resto les pasó como a tí, que les dio buen rollo y así se quedó. Ha habido alguna confusión, todavía hay gente que nos toma por un grupo de flamenco pop o yo que sé. De todas formas, no deja de ser un homenaje a lo más underground de la farándula, a esos gitanos que van de pueblo en pueblo con ese singular espectáculo de la cabra subiéndose en esa especie de taburete minúsculo. Aunque ahora ya no lleven trompeta y lo sustituyan por un teclado a batería.

Cuéntame un poco la trayectoria de la banda, porque creo que en 2004 se disolvió y luego se retomó con otra formación ¿Qué pasó?

No, la banda nunca se disolvió, nunca estuvimos parados. Durante todos estos años sin grabar estuvimos haciendo bolos. Lo que sí sucedió es que por problemas que no vienen a cuento los que me acompañaban desde el principio, que eran hermanos, se bajaron del carro, pero en menos de 24 horas ya tenían sustitutos, y luego estos fueron entrando y saliendo hasta que conseguí organizar la banda actual, y estabilizar la situación.

En la vida del grupo también ha estado involucrado alguien tan experimentado como Juanjo Pizarro. ¿Ha sido importante para el grupo?

Pizarro fue muy importante y lo sigue siendo. Lo conocimos porque nos produjo el segundo disco, entonces empezamos a plantearnos lo de llevar dos guitarras en los directos, ya que habíamos grabado dos, y se ofreció. Tú verás como te puedes sentir cuando una leyenda viva del rocanrol te dice eso. Aprendimos todo lo que hay que saber de la mano de un gurú, que es como lo definen por ahí. Tuvo que abandonar porque era un lío lo de venir dos veces a la semana desde Sevilla a Mérida, que es donde ensayamos, y por entonces no había mucha pasta. Pero seguimos en contacto, es como mi hermano y para el próximo disco volveremos a contar con él en la producción, no hay duda. Desde aquí le envio un beso.

Todo el mundo os compara con Extremoduro pero vosotros me parecéis más “cabrones”. ¿Qué os parece?

Hombre descender de una cabra te hace cabrón, digo yo [risas]. Ser de Extremadura, intentar cuidar las letras y hacer rocanrol son tres puntos en común con Extremoduro, pero creo que de ahí no pasa. Se nos puede comparar con cualquier grupo, no hacemos nada nuevo, hacemos rocanrol con un toque personal que se puede parecer a muchas bandas del país, a Extremoduro también claro, porque lo hemos mamado como a Barricada, Reincidentes, Rosendo, todos hacen rocanrol, todos se parecen.

'Besos por balas', me encanta el título, ¿es una forma de poner la otra mejilla?

No, poner la otra mejilla es muy difícil, y muy idiota, eso solo lo hizo Jesucristo y mira como acabó. "Besos por balas" es una forma de mostrar la realidad, es protestar por lo poco que se folla en este mundo y lo mucho que se dispara por poderes, por dinero, etc.  La vida es mucho más sencilla de lo que nos la hacen ver. Bueno, qué voy yo a contar que no sepamos, si esto fuera para Intereconomía soltaría el rollo, pero lo que yo vaya a decir lo sabemos todos aquí. “Se cambian besos por balas y cama por ataúd”, eso dice la letra, pues eso mismo digo yo.

El sonido de las guitarras me encanta porque suenan contundentes y frescas ¿Se tenía muy claro que lo queríais así antes de entrar a grabar?

Bueno, sí, Alberto se esmera más en sacar sonidos a la guitarra, yo soy mas desastre en esos temas, sí que queríamos que sonaran así, normalmente la presencia de las guitarras es lo que diferencia un grupo rockero de uno popero, pero creo que se nos fue un poco la mano, de tanto darle a las guitarras en mi opinión empañamos un poco el sonido de la batería, que está supercurrada y se nos quedó baja. Son cosas que se perciben después de descansar los oídos.

Por cierto, compartís guitarrista con Sínkope, ¿verdad?

Sí, es un espectáculo ver a Alberto cuando conciden las dos bandas en diferente sitio, se parte por la mitad y se va medio Alberto para cada lado. Teneis que ir a verlo [risas]. No, ya en serio, Alberto apareció cuando se fue Pizarro y la verdad es que le dio ese aire fresquito que necesitábamos, es un maestro con las armonías y hace unos coros de puta madre, una comodidad. Y encima es de Mérida, ensayamos con él siempre, que es un adelanto. El problema viene cuando coiciden los bolos con Sínkope en sitios diferentes, pero lo soluciona poniendo en su lugar a algún máquina de su confianza.

¿Qué tiene este último trabajo que no tengan los anteriores discos?

Principalmente tiene una banda que te cagas, tengo el honor de sentirme acompañado por gente profesional. Álvaro Juanjo y Alberto maquean los cuatro acordes que les llevo y lo hacen de puta madre, y eso en los otros discos falta. Es un poco más serio en cuanto a letras, y musicalmente hablando mucho mas currado, pero en general sigue la misma línea de los anteriores, variado, ecléctico.

En las letras se nota mala leche combinada con espíritu callejero ¿Estás de acuerdo? ¿De qué tratan? Escoge una de este disco que describa la esencia del grupo.

Lo de la mala leche supongo que será por ese espíritu punk que también hemos mamado todos, y por la necesidad de meternos con todo esto que nos está ahogando día a día, y eso sale de la calle, por eso te parecerán callejeras, a parte de que paramos poco en casa [risas].

Y escoger una canción que nos defina es un poco complicado, porque todas salen de las mismas ideas, pero si me obligas me quedo con "Besos por balas", es una canción que no para de contarte calamidades pero desde un punto de vista optimista. Yo creo que así somos.

¿Cómo surge la colaboración de José Andrea?

Bueno, José apareció en un bolo que hicimos en una sala de Vallekas y ahí fue donde lo conocimos, estaríamos tres o cuatro horas con él y fueron más que suficientes para darnos cuenta de que es  igual de grande fuera que dentro del escenario, es un máquina en todos los sentidos, y de ese compadreo surgió la idea de la colaboración, en primer lugar como colega, y después para darle otro aire, para hacer algo diferente con ese vozarrón que tiene el cabrón. Otro beso.

Habéis sido ovacionados en citas que arrastraron mucha gente como Extremúsika o Festival del Oeste, si no me equivoco. ¿Cómo os sentísteis?

Bueno si hablan bien de ti… pues… misión cumplida.

El grupo ha compartido escenario con muchas bandas de renombre ¿Cuál es la que os ha hecho más ilusión y con qué otras desearíais tocar?

Tocar con las bandas que has escuchado desde chico hace ilusión siempre, telonear a Mägo de Oz este año ha sido la hostia, pero igual te digo con Extremoduro, Fito, Boikot, Reincidentes, Marea, Raimundo  Amador y muchos más, hemos tenido la suerte de tocar con ellos delante de mucha gente, cosa que también te da tablas. Quizá, Rosendo fuera algo especial, era una sensación rara el saber que estabas tocando con el principio de todo este rollo, y sí, hacía ilusión.

Y como gustarnos… pues no estaría mal que nos telonease AC/DC en Madrid mismo.