BARÓN ROJO:“Sherpa solo quiere una reunión puntual, nosotros algo fijo”
20 febrero, 2008 2:47 am Deja tus comentariosn menos de un mes los históricos BARÓN ROJO han visto cómo su base rítmica, compuesta por Ángel Arias y José Martos, se ha esfumado, dando fin a una de las formaciones más estables desde que forjaran la leyenda junto a Sherpa y Hermes. Para conocer toda la verdad del asunto, ALFREDO VILLAESCUSA acudió a la presentación del directo ‘Desde Barón a Bilbao’ y no desaprovechó la ocasión para preguntar a los hermanos de Castro.
En poco tiempo os habéis quedado sin bajo ni batería, al parecer, por la misma razón, ¿qué tenéis que decir sobre esto?
Carlos - “Vamos a ver, hoy en día, por motivos que no vienen al caso, un grupo tiene que configurarse como una empresa, estar inscrito en el registro de sociedades, etc. Sin embargo, en lo musical, a la hora de ensayar, componer temas es igual que las demás bandas, lo que pasa es que a nivel de funcionamiento hay que seguir unas normas, porque muchas veces si no, no te podrían ni contratar”.
Entonces, ¿es Barón Rojo, como decían vuestros ex-compañeros, una empresa?
Carlos - “No, exactamente, pero sí es necesario adoptar unos esquemas determinados de funcionamiento. Hay demasiados gastos comunes y complicaciones tremendas que hacen imposible concebir a un grupo de otra manera, sería inviable. Quizás en este aspecto había diferencias con Ángel y José, ya que nosotros, al ser los miembros fundadores, disfrutamos de un estatus particular y ellos deseaban que fuera de otra manera. Luego también tenían su banda e igual les apetecía retomar este proyecto. Yo no les guardo ningún rencor, son unos músicos excelentes, y espero que tengan suerte”.
¿Y los sustitutos? ¿Qué me cuentas de ellos?
Carlos - “Es gente del mismo Madrid, lo cual nos facilita enormemente las cosas, ya que los antiguos miembros no eran exactamente de allí. El bajista se llama Tony Ferrer y tiene un grupo de versiones de Deep Purple, Los Parpel. En cuanto al batería, se trata de Rafa Díaz, que ha tocado con Easy Rider, entre otras cosas. Lo curioso de los nuevos componentes es que tienen otros proyectos al margen, pero, obviamente, le dan prioridad a Barón”.
Ahora que a todo el mundo le da por reunirse, ¿no habéis cambiado vuestra opinión sobre resucitar la formación original?
Carlos - “Nosotros ya lo intentamos hace doce o trece años, pero entonces Sherpa y Hermes dijeron que no. Además ellos no son unas personas que quieran rehacer la banda con la idea de seguir hacia adelante y hasta donde se llegue. A lo mejor preferirían algo más puntual, hacer una gira y cortar, y eso a nosotros no nos interesa porque queremos continuar haciendo cosas. Creemos que todavía tenemos mucho que decir. Puede que dentro de unos años igual sí nos planteamos lo de la formación original para una gira de despedida o algo así. Esa opción la veo más viable”.
Hablemos ahora del disco, ¿por qué Bilbao? ¿Qué visteis aquí?
Armando - “Nuestro manager tiene su oficina a escasos metros y llevábamos un tiempo sin tocar en la ciudad. Nos hacía falta un álbum en directo y este concierto ya lo teníamos programado como parte de la gira de verano, así que aprovechamos la oportunidad única de grabarlo en las fiestas”.
Ese día llovió como pocas veces se ha visto, ¿no os planteasteis suspender la actuación?
Carlos - “Vamos a ver, cuando estás trabajando en un escenario cubierto, la cancelación de un concierto sólo puede venir motivada por la falta de público, pero en nuestro caso la gente sí respondió”.
Armando - “Había un gran despliegue invertido en esa noche, muchas personas pendientes de nosotros, y no se podía echar todo eso por la borda sólo porque el tiempo amenace. Había que esperar hasta el último momento”.
Tanto el DVD como los dos CDs suman unos 150 minutos, habéis estirado al máximo la capacidad, ¿se os queda algo en el tintero?
Carlos - “Sí, siempre”.
Armando - “De un repertorio ideal que realmente reflejara la historia del grupo ha habido que desechar temas que podían haber formado parte perfectamente, pero, bueno, un concierto tampoco tiene que ser algo interminable, hay que poner unos límites”.
En estos más de 25 años, ¿que os falta por hacer? ¿Alguna espina clavada?
Carlos - “Ganar un millón, una gira mundial, ir a Japón... (Risas)”.
Armando - “Posiblemente sí que haya habido algo. En una historia tan larga como la nuestra son inevitables los momentos buenos y malos. No obstante, con el paso del tiempo, tiendes a olvidarte de lo peor y quedarte únicamente con las cosas positivas. La verdad es que tampoco nos podemos quejar mucho”.
El 11 de enero volvéis otra vez a Bilbao, al Kafe Antzoki, os gusta la zona, ¿eh?
Carlos - “Sí, aprovecharemos para presentar el álbum, pero esta vez en un recinto cerrado. Además, será nuestra primera gira con los nuevos componentes”.
La Banda Sinfónica de Mislata (Valencia) quiere grabar disco con vosotros, ¿están de coña o van en serio?
Carlos - “Bueno, es un proyecto, pero estas cosas no se preparan de un día para otro. Hacen falta muchos ensayos, etc. No obstante, desde que se planea algo hasta que se convierte en realidad puede pasar bastante tiempo. Todo lo que no dependa exclusivamente de una persona, sino del trabajo de varias a la vez, suele traer complicaciones. Pero sí, tenemos pensado hacerlo en algún momento”.
ALFREDO VILLAESCUSA
FOTOS: PEDRO ALONSO
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