Crónica de The Last Vegas + Midnight Road: El estrellato que no pudo ser

9 diciembre, 2016 11:23 am Publicado por  1 Comentario

Sala Santana 27, Bilbao.

Escuchar determinados estilos es casi remontarse a la noche de los tiempos. Al igual que algunas personas envejecen mejor que otras, existen géneros musicales que soportan con mayor dignidad el paso de las décadas. El rollo chuloputas sleaze angelino quizás no encuentre el espacio adecuado en una sociedad cada vez más timorata y políticamente correcta en la que se busca la igualdad entre hombres y mujeres, no incrementando penas y persiguiendo delitos concretos, sino con medidas tan absurdas como pervertir el uso del lenguaje para “visibilizar” y así convertirnos en auténticos maestros de la perífrasis y la gilipollez humana.

Porque está claro que al margen de desvergonzados sacaperras tipo Guns N’ Roses, no puede decirse que el hard rock macarra se encuentre en su punto álgido. Quizás también influya el hecho de que no haya relevo generacional alguno, aparte de los cuatro nostálgicos y las típicas titis que van a los conciertos porque les mola el cantante, el guitarra o el que limpia el sudor de la estrellita de turno. Pero estas “Beliebers”, por mucho ruido que hagan y se pongan en primera fila, son las menos, y por supuesto incapaces de llenar un recinto por sí mismas.

Peña curiosa se congregó en la sala Black de Santana 27, gente a la que no habíamos visto por saraos desde la última glaciación y unos pocos aficionados que se quedarían tan sorprendidos como un servidor por la escasa afluencia de personal. Lo cierto es que tampoco puede decirse que se hubiera movido demasiado el concierto por redes sociales y demás y esa entrada pseudoclandestina por la parte trasera más bien parecía propia de club de alterne o de uno de esos garitos elegantes de orgías tipo ‘Eyes Wide Shut’.

El motivo de este peculiar acceso con nocturnidad y alevosía obedecía en realidad a que el resto de la sala permanecía ocupada por una discoteca juvenil de esas en las que acaloradas púberes visten como en pleno agosto. Un hecho que aprovechó el vocalista de Midnight Road para azuzar a la peña y pedir que nos acercáramos más al escenario. Era un argumento incontestable: “¿Qué pasa? ¿Os gusta el reggaetón? ¿Queréis ir ahí fuera?”. No, por favor, no hay que pasarse, haríamos hasta el pino puente con tal de no respirar idéntico aire al de esas subespecies.

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Midnight Road

En cuanto a lo musical, mencionar que tuvieron un sonido sobresaliente y sus habilidades no desmerecían en absoluto, se les notaba muy rodados en escena y sus temas valían de sobra para desperezarse, en especial, ese final “God Save Rock and Roll”, en el que intercalaron clásicos como “Johnny B. Goode” de Chuck Berry o el “Rock and Roll” de Led Zeppelin mientras unos espontáneos abajo hacían el paso del pato. Decentes.

Hay una de las leyes fundamentales de Murphy que dice que “la tostada siempre caerá por el lado de la mantequilla”. Tal vez a The Last Vegas les haya sucedido eso para no conseguir llegar a los grandes estadios, a pesar de que tras el lanzamiento de ‘Whatever Gets You Off’ muchos los catalogaran como la nueva revelación del glam metal. Pero el globo de la oportunidad se fue desinflando poco a poco, ni siquiera valió esa máxima inmutable en el negocio de contar con un buen padrino, de lujo en este caso, como puede ser Nikki Sixx de Mötley Crüe.

Lo bueno de toda esta historia es que se hayan convertido en una auténtica banda de garito alejados por cuestiones de fuerza mayor de cualquier tentación comercializadora de reblandecimiento. Y eso se palpa en cada poro en su apabullante actitud en escena, al ir directo al meollo con “Come With Me”, “The Other Side” y el trallazo que abre su último disco “Bloodthirsty”. Un trabajo, por cierto, muy apropiado para las distancias cortas, como comprobamos también con “Here We Go Again” o “Along For The Ride”.

El homenaje a Bowie “It Ain’t Easy” hizo contonearse a algunas hembras y sin charlas inútiles ni tonterías enlazaron con “Evil Eyes” sin que su voceras Chad Cherry bajara el pistón en ningún momento, aunque esa manía de pasarse el bolo mascando chicle como un guay californiano, ejem. Al margen de ese detalle insignificante de poca educación, era todo un lujo tener a escasos metros a un grupazo de este calibre. Y encima sin estrecheces ni nada.

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The Last Vegas

“White Lies” contribuyó a elevar la temperatura del recinto, con el respetable ya animado de sobra dando palmas y levantando puños gritando “hey” y no desaprovecharon la ocasión para pisar a fondo el acelerador con “Raw Dog”. Lástima que cortaran de un plumazo el rollo con la baladita a lo Skid Row “Apologize”, vale que en algún instante hay que descansar y tal, pero ¿a quién se le ocurre colar este tipo de truñazos después de un tema rápido? En la intimidad de un hogar con mantita encajarían mejor.

Menos mal que enmendaron presto el asunto con su impepinable “Whatever Gets You Off”, un cañonazo en directo que emocionó hasta a los propios músicos que pegaron un salto al unísono al final. “Voodoo Woman” se reveló otro acierto a la hora de configurar un repertorio ágil y dinámico que se nos hizo cortísimo, lo cual siempre suele ser buena señal. Con el personal desatado, ya podrían haberse estirado algo más en los bises, pues su única pieza extra pasó cual relámpago y luego nos dejaron a muchos con cara de póker al soltar “Let’s party” y pirarse acto seguido del escenario. Ah, que empezaba la fiesta, pero para ellos.

Tal vez siga presente ese resquemor por no haber podido pegar el salto a los grandes recintos después de haberse rodeado de peña muy pro, girar con Mötley Crüe, etc. Pero la fama es muy caprichosa, su trayectoria es la del estrellato que no pudo ser, esos sueños incumplidos que cualquier mortal guarda en el fondo del armario. Su esencia hard rockera de garito permaneció intacta, eso sí. Peor o mejor, según se mire.

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Redacción
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1 comentario

  • miguelhardrock dice:

    The Last Vegas es un grupazo con grandes discos, la verdad han tenido mala suerte, podrian haber llegado a jugar en primero division, no todo se puede conseguir, no es la primero ni la ultima, pero en el futuro seguira lanzando grandes discos y grandes giras por salas para disfrutarles, y con el relevo generacional eso es algo que llegara tarde o temprano obligatoriamente la gente buscara otras cosas cuando desaparezcan los clasicos.......

    . De echo salen nuevas grandes bandas todos los dias de todos los paises y sacan muy buenos discos....., solo necesitan espacio, que con el tiempo lo tendran sin lugar a dudas.......

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