Entrevista a Asfalto: “La mejor canción siempre es la próxima que vamos a componer”
30 enero, 2017 12:43 pm 1 ComentarioUna de las agrupaciones más grandes de la historia de nuestra música vuelve a nuestra web por un doble motivo de actualidad. Primero, porque el 4 de febrero en La Riviera, Asfalto se presentan en directo en un gran concierto de celebración de su 45 aniversario, show que se editará en disco y DVD que contará con la presencia de invitados como el ex – cantante del grupo Richie Benitez, El Drogas, Aurora Beltrán, Manolo García, José Carlos Molina, Cánovas, Adolfo y Guzmán o John A. Helliwell de Supertramp, entre otros. En segundo lugar, porque 24 horas antes se pone a la venta ‘Crónicas de un tiempo raro’, el nuevo trabajo de estudio de la banda. El 2017 se presenta intenso para el grupo, y de todo ello habla Julio Castejón, guitarrista y fundador, con Mariano Muniesa, experto seguidor y estudioso de la legendaria formación creada en el barrio de Delicias de Madrid allá por 1972.
Julio, al empezar a preparar esta entrevista, lo primero que me venía a la cabeza era una sensación extraña… Piensas: “¡Joder! 45 años de Asfalto, es alucinante ¿no?”. A mí, simplemente como alguien que conozco la banda desde que empecé a interesarme por la música, solo pensar en todo ese tiempo me produce una sensación de vértigo. ¿Te sucede algo similar a ti cuando piensas en que el día 4 de febrero vas a celebrar sobre el escenario 45 años de historia del grupo?
“Hombre, evidentemente soy consciente de que el tiempo va pasando y sobre todo cuando eres, como yo creo que soy, una persona vitalista que vive con pasión el mero hecho de vivir; te das cuenta de que va quedando cada vez menos para el final. Con respecto a Asfalto, lo que pienso es en lo que he aportado, o en lo que he podido contribuir a que ese proyecto haya estado vivo durante todo este tiempo. Asfalto podía haber desaparecido en 1974, en 1978, en 1987, en 1995... muchas veces, y no sé si por cabezonería, por perseverancia, por determinación, no lo sé, pero el caso es que de una manera o de otra, al final siempre he tirado adelante con el grupo. No sé si eso realmente tiene algún mérito, es decir, te pongo por caso: alguien conoce a una persona que ha cumplido 90 años y dice: "¡Que bárbaro, que mérito tiene usted, llegar a 90 años!”. Y en realidad, lo que esa persona te contesta es: “No, mire usted, lo único que sucede es que estoy aquí porque no me he muerto” (risas). Con Asfalto sucede más o menos lo mismo: está aquí porque no se ha muerto”.
Algo que me llama poderosamente la atención de vuestra trayectoria en todos estos años es que, por ejemplo, muchos grupos, sobre todo internacionales que también llevan muchísimos años funcionando, cuando han ido teniendo cambios han incluido siempre músicos de su misma generación, mientras que en tu caso, en las sucesivas formaciones de Asfalto, sobre todo en los últimos años, has optado por trabajar con músicos mucho más jóvenes. Ahora se puede decir que es un grupo multigeneracional, incluso tu hijo está en la banda y yo creo que eso le da un valor añadido muy importante, porque inevitablemente provoca que Asfalto no sea un grupo de mero recuerdo del pasado o anclado en otras épocas, sino uno plenamente actual, contemporáneo. ¿No es así?
“Te voy a ser muy sincero: si yo tuviera que subirme al escenario cada vez que hago un concierto sólo para tocar los clásicos de toda la vida de Asfalto, acudiría a los conciertos triste. Yo hoy voy a cada show contento e ilusionado porque, como digo muchas veces, seguro que alguna vea me lo habrás oído comentar, el concierto se compone de dos partes: la que emociona más al público y la que me emociona a mí, que sobre todo es en la que estoy tocando los temas más nuevos, los últimos que hecho; cuando estoy tocando las canciones que llevo toda la vida haciendo, como “Rocinante” o “Capitán Trueno”, obviamente ya no los vivo igual, incluso muchas veces lo haces con el piloto automático. Aun así, también te confieso que cuando ves lo que despierta en la gente escuchar esas canciones, me es imposible sustraerme y no compartir con ellos esa emoción. En este momento, yo creo que Asfalto es un ente de creación musical en el que es verdad, hay integrantes mucho más jóvenes que yo, aunque no ha sido algo deliberado. A mí, te lo aseguro, me hubiera gustado mucho haber seguido tocando siempre con la formación original, que los Asfalto originarios hubiéramos seguido juntos, pero no fue posible: cada uno tomó sus decisiones en su momento y por tanto, he tenido que reinventar el grupo varias veces. Para ello, lo que siempre me preocupó más fue que los músicos que entrasen en el grupo fueran músicos preparados, de calidad, y en los últimos años he tenido la gran suerte de poder trabajar con auténticos musicazos, que además son gente muy joven que portan un plus de energía y de ilusión que valoro y agradezco mucho”.
Previa a la salida de este nuevo disco, lleva ya algunas semanas sonando en la radio una canción realmente muy hermosa llamada “Melani”, cuya letra es una denuncia muy acertada y muy necesaria de lo que es hoy la violencia de género, y en la que ha colaborado John A. Helliwell, de Supertramp, que además estará presente también en la presentación de La Riviera. ¿Cómo se te ocurrió que colaborase en esta canción y cómo surgió el contacto con él?
“Cuando empezamos a dar forma a la idea de hacer un concierto para celebrar nuestro 45 aniversario, además de pensar en invitar a músicos que fueran afines a lo que Asfalto representa, en especial a nuestra agencia de management, Amadeus Global, le pareció buena idea contar también con alguna colaboración relevante a nivel internacional. Me preguntaron sobre aquellas bandas que más me gustaban o que pudieran tener algún tipo de paralelismo con Asfalto, y Supertramp, que eran más o menos de nuestra edad, que hacían también un tipo de rock progresivo melódico, fue uno de los que señalé. Pasados unos días, me dice la agencia: “Oye, tenemos una sorpresa para ti. Hemos contactado con el saxofonista de Supertramp John A. Helliwell y no sólo le gusta la idea de participar en el concierto, sino que se ofrece a grabar un tema en el disco”. Fue entonces cuando empecé a buscar entre las canciones que ya tenía preparadas para el disco a ver cuál podría cuadrar mejor, pero como ninguna la terminaba de ver apropiada para meter un saxo, decidí hacer una canción nueva, pensada específicamente para meter una parte que él pudiera grabar, y de ahí nace “Melani” en lo meramente musical. Se la mandamos a John A.Helliwell, nos dijo que le encantaba y accedió muy gustoso a grabar su saxo”.
¿Y en cuanto a la letra?
“La letra se me ocurrió viendo una noche un telediario en el que apareció la penúltima noticia de una muerte más de una mujer por violencia de género, y quise mostrar mi repulsa a esa violencia tan cobarde y tan despreciable haciendo una canción en la que trato de enviar un mensaje en el que quiero decir a todas las mujeres que se salven por sí mismas de esa lacra, que no permitan ni una sola agresión. “Punto y aparte, ni una más, intransigente y radical”, dice un fragmento de la letra. Y esa es la idea de fondo: no debemos permitir ni un solo acto de violencia de género más. Si un tío te pone la mano encima, nunca, bajo ningún pretexto, puede haber una segunda vez”.
"El momento más doloroso y más difícil de Asfalto fue cuando en 1978 me enteré de que José Luis y Lele querían montar otro grupo. Cuando lo supe, lloré".
¿Vendrá Helliwell al concierto del día 4 en La Riviera?
“Si, por supuesto. De hecho, viene un par de días antes porque quiere pasar un día de relax en Madrid e ir a comer paella”.
Cara al concierto del 4 de febrero, y dado que existe el precedente de un disco en directo editado hace algunos años del que yo te he escuchado alguna vez comentar que no quedaste muy satisfecho de la experiencia, ¿se grabará para editarlo como doble disco o DVD?
“Bueno, lo primero... ¡a ver nos sale bien! (risas) Ahora en serio, sí, hemos contratado un equipo súper profesional para grabarlo en audio y en vídeo. Antes, grabar un disco en directo, te hablo de los años 80 o 90, era complicadísimo: costaba muchísimo dinero y había que traer unidades móviles de grabación de Inglaterra; ahora, afortunadamente, es mucho más sencillo. Bueno, vamos a ver qué tal sale todo. Pero la intención es grabarlo y seguramente editarlo, sí".
En estos 45 años de historia, ¿cuál ha sido el mejor momento, la mejor época de Asfalto? ¿Cuál fue el peor, el trance más difícil que tuvo que afrontar el grupo?
“Yo, como te decía antes, y sobre todo ahora que Asfalto está tan vivo, con una formación tan entregada y tan implicada, en la que tengo tantas ideas y quiero hacer tantas cosas, cada día estoy más seguro de que el mejor momento de Asfalto aún está por llegar. Siempre pienso que cada próximo concierto, cada próximo disco, cada próxima canción, va a ser lo mejor. En cuanto al peor momento… buff, ha habido unos cuantos, pero para mí, el más doloroso y el más difícil fue cuando en 1978 me enteré de que José Luis y Lele querían montar otro grupo y dejar Asfalto. Cuando lo supe lloré, te lo confieso: lloré amargamente y, de hecho, en ese momento para mí Asfalto terminó su historia. Yo pensé que con la marcha de José Luis y Lele ya no tenía sentido continuar con Asfalto, pero en ese momento Vicente “Mariskal” Romero habló conmigo, me hizo recapacitar y me convenció de que Asfalto tenía que continuar, que tenía que buscar otros músicos y que, recién empezado un sello discográfico que iba a apostar por el rock, que nada más editado el primer disco del primer grupo que se ficha, que ese mismo grupo se separase era un disparate, una locura, sobre todo con lo que le había costado a Mariskal Romero poder sacar ese sello adelante. Eso es algo que he agradecido y agradeceré siempre a Mariskal, el que me convenciera de que Asfalto siguiera conmigo al frente. Otro momento, o mejor dicho, otra época que recuerdo que fue muy dura para el grupo fue en 1987, cuando después de editar ‘Corredor de fondo’, el grupo lo cierto es que pegó un bajón muy considerable. Cada vez venía menos gente a los conciertos, bajó la contratación y, en cierto modo, en esos años, entre 1987 y 1988 empezó a fraguarse todo lo que fue después la década de los 90, que fue pésima para el rock. De hecho, llegó un momento en que el grupo paró, hasta que en 1990 editamos ‘Solo por dinero’. Más recientemente, también fue muy desagradable para mí la marcha de Banegas, que yo tenía mucho interés en que estuviera con nosotros, pero bueno… decía no encontrarse cómodo y decidió desvincularse del grupo”.
Con tantos discos, tantas canciones inolvidables, más ahora las de ‘Crónicas de un tiempo raro’... ¿cómo va a ser el setlist? ¿Cómo es ese brainstorming que hacéis en el local de ensayo para elegir entre tantas canciones las que finalmente vais a hacer en directo?
“De verdad, lo de hacer el setlist es una locura, porque cada uno tiene sus favoritas de la época en la que descubrió al grupo, las que más le gustaban cuando era fan y al final, aunque he intentado consensuar ese setlist, al final y por decisión del manager, yo hago el repertorio final. Pero todo el grupo participa y es más, con esta formación cada uno aporta arreglos, cambios, le lavan la cara completamente a los temas; por ejemplo, si te acuerdas del concierto que hicimos en Rocktiembre, la versión que hicimos de “La Batalla” fue increíble, es magnífica, y en eso tienen tanto que ver ellos como yo”.
Precisamente te quería preguntar por ese concierto, que a mí me pareció impresionante. Hicisteis una actuación realmente memorable y que, sobre todo, fue de una emotividad enorme. ¿Qué recuerdo guardas de ese concierto? Y una curiosidad, ¿por qué aparecisteis en el escenario vestidos de blanco?
“Coincido contigo. Fue un concierto estupendo que yo particularmente disfruté muchísimo, aunque te debe reconocer que me equivoqué en una cosa: el repertorio. Te explico: la organización nos dio 55 minutos de tiempo para hacer nuestra actuación, ni uno más ni uno menos. Y claro, al calcular qué canciones podíamos hacer, como es muy difícil que duren exactamente lo que duran en disco, siempre se alargan algo más. Una vez que decidimos que íbamos a tocar, hicimos ensayos cronometrados, y el día del concierto llevamos a un asistente de escenario con un reloj para que cada vez que terminásemos una canción, nos dijera exactamente cuánto tiempo quedaba. Y lo que pasó es que estuvimos más pendientes del reloj que de cualquier otra cosa, y estuvimos más tensos que de costumbre. Al acabar una canción, íbamos casi inmediatamente a por la siguiente para que no se nos quedase ninguna fuera, en lugar de disfrutar al acabar una canción del aplauso de la gente, de mirarles con calma; eso también hizo que estuviéramos poco comunicativos con el público. En fin, fue algo que no planificamos bien. ¡Ah! Y sobre lo de los trajes, pues fíjate cómo surgió: unos días antes, durmiendo, soñé acerca de cómo iba a ser el concierto de Rocktiembre y en el sueño, vi que todos salíamos a tocar vestidos de blanco. Se lo comente a nuestro manager, Johan, y me dijo: “Tío, eso es una señal ¡salid todos vestidos de blanco!” y lo dijo con un entusiasmo y una convicción que bueno, decidimos hacerle caso”.
¿Vamos a por los 50?
(Risas) “¿Quién sabe? Ojalá, ojalá la salud, la creatividad y la ilusión nos permita llegar a los 50 y a muchos más. Yo, desde luego, me encuentro en un momento de mi vida en la que me siento con ilusión por seguir haciendo música, por seguir haciendo canciones, por crear… Y es que además... ¿qué otra cosa voy a hacer? Tú que me conoces bien, Mariano. ¿Me imaginas haciendo otra cosa que no sea música?”.
Toda la razón, querido amigo…
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