Los secretos de ‘Jesús de Chamberí’ – 20º aniversario del disco que pudo acabar con Mägo de Oz
Blog: Mariano Muniesa
5 diciembre, 2016 1:11 pm 9 Comentarios“Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y el verbo era Dios… y no bastando con una primera visita… ¡regresó!”
Así empezaba el segundo disco de Mägo de Oz, -para muchos fans realmente el primero, por cuanto fue el primer disco de la formación clásica de la banda, con Txus, Carlitos, Frank, Mohamed, Salva y José Andrea- del que hoy celebramos su veinte aniversario, el ‘Jesús de Chamberí’. Un álbum del que, al pedirme mis compañeros de mariskalrock.com que escriba esta semblanza en tanto que en aquellos años, además de tener con todo el grupo, y en especial con Txus una gran amistad que ha perdurado con los años, tengo un recuerdo muy entrañable y del que viví muy de cerca como se hizo. Disco del que además formé parte, ya que la voz que se escucha en la intro, anunciando la nueva llegada de Jesucristo a la tierra, es la mía.
Por aquel tiempo, hablo de septiembre de 1996, yo estaba haciendo mis últimos programas de Rock Star en Onda Cero Música – Onda 10, antes de entrar en octubre de aquel año en los 40 Principales. Txus, Moha y Frank, con los que viernes sí y viernes también, quedaba en el Kaos –por aquel entonces aún en Atocha, no en su ubicación actual en Vallekas, a escasos metros del Hebe- a vaciar un cubata tras otro a ritmo de Judas Priest, Iron Maiden y Barón Rojo, me liaron para que les hiciera “la voz de Dios” en el disco. Y en efecto, si no recuerdo mal un lunes por la noche, que llovía a mares en Madrid como si el cielo hubiera abierto todas sus compuertas (eso sí que lo recuerdo), al terminar mi programa de radio, llegué a los estudios Box para hacer mi locución, como a las dos o dos y media de la madrugada.
Y allí estaba el núcleo duro de aquellos Mägo, es decir, Txus, Frank y Moha, con el ingeniero de sonido, grabando ese disco, que debo decir que por las circunstancias en las que se hizo y por cómo se encontraba el grupo en aquel momento, resultó por encima de las cifras de ventas o de la repercusión que alcanzase a nivel de medios, el disco más decisivo en la historia de Mägo de Oz. Más que ‘Finisterra’, que los ‘Gaia’ o cualquier otro de su trayectoria. De hecho, de este disco dependía al cien por cien que Mägo de Oz siguieran existiendo y se convirtieran en lo que llegaron a ser, o que el grupo se deshiciera y José siguiera como profesor de canto, que Moha terminara trabajando en la SGAE, los demás en una fábrica y Txus en un garito de mala muerte como los que narra en las letras de Bürdel King.
Os explico: Los Mägo de aquellos años, que estaban empezando y que todavía se movían en el mundo del más absoluto underground – los números 1 en los 40, las giras multitudinarias y los montajes millonarios llegaron muchos años después, en aquellos años, aunque a muchos les cueste creerlo, Mägo de Oz no tenían un duro y lo pasaba igual de mal que cualquier grupo que trata de abrirse camino en la música- venían de haber pasado una experiencia muy dura y muy amarga. Se pagaron la grabación de su primer disco en 1994 para sacarlo con una compañía independiente que, además de hacer un trabajo desastroso en esa grabación, quebró parece ser que fraudulentamente y cuando el grupo recuperó los masters de esa grabación, para poder editarlos decentemente, tuvieron que regrabar todo en los M-20 de Avispa Music. Aquello les costó al grupo un dineral y, cuando ese primer disco se puso a la venta a través de AR Music, sus ventas no cubrieron ni una quinta parte de lo que se habían gastado en poder editarlo tras mil y una vicisitudes. Esto me lo contó personalmente el propio Txus cuando hicimos su libro autobiográfico “Si la vida te pisa, desenvaina una sonrisa – Memorias de Txus di Fellatio”, que edité a través de Quarentena Ediciones en diciembre de 2012.
Txus me dijo en aquella época que el grupo se sentía muy desanimado y que la idea de la separación rondó sus cabezas en más de un momento de bajón, pero que a medida que iban componiendo las canciones de ‘Jesús de Chamberí’, en tanto que les gustaba lo que estaba saliendo del local de ensayo, creían de verdad que podía tener un resultado mejor que el de la fallida experiencia de su debut. Pero el problema que es que ninguna compañía creía en ellos, estaban de deudas hasta las cejas y ya no sabían de donde sacar dinero para editar este segundo disco en el que estaban trabajando con tanto ahínco.
Apareció entonces un personaje capital en aquella época para el grupo, Pablo Arribas, el inefable y entrañable Pablito Pichurra, -¡aupa atleti, Pichurra! – que, además de trabajar en el departamento de promoción de Distrimusic, se había embarcado en la aventura de impulsar un sello independiente llamado Locomotive Music, con el líder de un grupo de rock setentero llamado Lizard, Goyo Esteban. Este sujeto, siniestro personaje al que centenares de músicos y gente del negocio de la música buscan con escopeta cargada por muchas de las tropelías que llevó a cabo en su desgraciado paso por el mundo de la industria musical, aceptó no obstante por la insistencia de Pablito Pichurra y del propio Txus considerar la posibilidad de editar bajo sello Locomotive el ‘Jesús de Chamberí’, pero, tal y como contaba Txus, solamente si cuando escuchase el disco, ya grabado, terminado y listo para entrar a fábrica, le convencía.
Es decir, Mägo de Oz volvían a gastarse un buen capital en autoproducirse un disco, pero sin la garantía de que fuera a ser editado, aunque esto Txus se lo ocultó al resto del grupo; de hecho, y según me reconoció, les mintió y para evitar momentos de desánimo, dudas o discusiones internas, les aseguró que Locomotive le había garantizado que iba a editar el disco. “Si al final Locomotive se hubiera echado atrás, o a Goyo no le hubiera convencido el disco, a ver que le explicaba yo a estos”, me dijo Txus.
Recuerdo incluso la siguiente anécdota. A finales de julio o primeros de agosto de 1996, cuando estaban grabando el disco, vinieron a mi programa de radio para que les entrevistase porque tocaban con varios grupos en un festival de verano en la zona sur de de Madrid, si no recuerdo mal en Villaverde. En un momento determinado al terminar la entrevista en la cabina del estudio, no estando Txus presente –creo que había ido al lavabo- Mohamed me dijo, hablándome de la grabación de ‘Jesús de Chamberí’: “Joder, pues como el disco este no funcione, y la compañía no lo sepa vender bien, estamos jodidos, porque estamos de pasta ya en bancarrota. Te lo digo en confianza, Mariano, como este disco no se venda bien, se acabó Mägo de Oz”. Y Moha no sabía que ni siquiera tenían compañía discográfica en ese momento…
Finalmente, en la primera semana de diciembre de 1996, en uno de los principales salones de la SGAE –el padre de Mohamed trabajaba como importante cargo en la sociedad de autores- se presentó a todos los medios, con un acústico incluido y un catering que también pagó el propio grupo, ‘Jesús de Chamberí’. Y por supuesto, y ya fuera de las formalidades de la presentación y de la promo, una noche de juerga en el Kaos absolutamente memorable.
‘Jesús de Chamberí’, ahora que lo vuelvo a escuchar para ponerme en situación a la hora de hacer este artículo, sin dejar de ser un disco de hard rock celta potente, divertido, muy fresco y que refleja a la perfección como eran aquellos Mägo de Oz, adolece de una serie de defectos propios de un grupo que estaba empezando y que además, no tenía acceso ni a trabajar con buenos productores y cuyas ideas musicales, muy rompedoras, muy innovadoras para aquel momento, seguramente nunca fueron bien entendidas por quienes llevaron a cabo aquella producción. Composiciones originales, con gancho, -también un tanto forzadas, en muchas canciones se nota que querían meter con calzador todas la ideas que se les ocurrían- que demostraban que su concepto de fusión del Heavy Metal con el rock celta tenía, como se demostró después, unas posibilidades inmensas de llegar al gran público, pero que a nivel sonido, se quedaron muy por debajo en cuanto a calidad de lo que Mägo de Oz eran capaces de hacer en directo en aquel momento.
Temas como “Jesús de Chamberí” cuyo final a lo Iron Maiden aún me pone el vello de punta cada vez que lo escucho, “Al-Mejandría”, aquel divertido charleston al que llamaron “Domingo de gramos”, “El cantar de la luna oscura”, una preciosa pieza favorita de muchísimos de sus fans, “Czardas”, o “Hasta que tu muerte nos separe”, cuyos solos de guitarras son sensacionales, son temas que se me ocurre que bien podrían haber sido re-grabados, con medios suficientes, sin prisas por premura de tiempo en el estudio, en una versión 2.0 a lo ‘Finisterra’.
‘Jesús de Chamberí’ no fue un gran éxito comercial, pero cubrió los objetivos que el grupo se había marcado. Sin duda y a pesar de que musicalmente no mostraba sino un potencial relativamente pequeño de lo que el grupo era capaz de hacer, supuso un impulso muy fuerte para relanzar la carrera de Mägo de Oz y, a partir de ahí, poco a poco, paso a paso, todo empezó a ir hacia arriba. Fue el disco que inauguró el ciclo de Óperas-Rock que ha marcado la trayectoria de Mägo de Oz desde entonces, y reconózcase o no, fue el disco que marcó el inicio de la historia de unos nuevos Mägo de Oz. Una banda que apostó por un estilo de rock duro con un toque celta y una amplitud de miras en lo musical que no fue bien aceptado ni por mucho del público del heavy ni menos aún por el mundo folkie pero que, a pesar de ello, consiguió hacerse un hueco en el mercado del rock duro español y no tardando mucho, llegar a ser la banda líder de nuestra música, tanto a nivel nacional como internacional.
Veinte años después, Mägo de Oz es una banda muy distinta de aquella… de hecho, muchos de sus componentes ya abandonaron la nave hace varios años, pero si se escuchan sus últimos discos con un mínimo de profundidad, la huella de este ‘Jesús de Chamberí’, si se quiere levemente, nunca deja de estar ahí.
Escúchate otra vez este ‘Jesús de Chamberí’ y, si vives en Madrid o cerca, date un voltio por el Vkaos. Y revive una época que quizá no vuelva, pero que siempre estará en esos microsurcos y en mucha de la gente que la vivió en aquel Madrid que por aquel entonces había vivido tres míticos conciertos de AC/DC en la Plaza de las Ventas, la última gran edición del Festival Vallekas Rock en la que unos chavalillos apenas conocidos más allá de la Avenida de la Albufera llamados Ska-P rompieron absolutamente con todo, Iron Maiden con Helloween habían girado por lugares como Villarobledo, Miajadas o Berga ese verano, el Atleti había hecho el mítico doblete de liga y copa con Simeone de jugador, Vizcaíno, López, Manolo, Kiko, Molina y Milinko Pantic, y aun se discutía si Marilyn Manson era o no el niño gafotas de la serie “Aquellos maravillosos años”.
Y aún comprábamos discos…
Mariano Muniesa
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9 comentarios
Es el mejor disco de todos lis tienpos y sin duda conocer esta historia detras del disco lo hace aun mas mágico
20 Años tengo, 20 tiene el Jesus de Chamberi, muy buen disco que si decidieran re-grabarlo por mi encantado de volverlo a oír....
oiga maestro Muniesa que tal soy ROYAL SNAKE un periorista amatetur mexicano mi pregunta para usted cree que se junten los 6 locos de que el Mago epico
José y Salva dijeron que nunca volverán a Mägo.
PD: Perdón por responderte casi 3 años después :c
Interesante artículo. Gusta saber de esos detalles.
Increíble producción!
Me costó un dineral conseguirlo
importado y que me lo enviaran a
México, pero valió la pena cada
peso invertido.
Aún ahora lo sigo escuchando
despuès de tantos años, me da
siempre una carga de energía
tremenda, me da poder
Es una de mis bandas favoritas,
los seguí desde la primera vez que
vinieron a mi país, en esos escenarios
tan subterráneos nada comparable
a donde tocan ahora.
Aunque tengo que confesar que
sin José ya nada fue igual, los ví
una vez con Z, pero no, jamás
volverá a ser lo mismo, sin embargo,,
tan valioso legado, siempre quedará
ahí, en la historia del metal, hasta el
fin de los tiempos.
Este albun es el mejor de Mago ni el tiempo hs hecho que pierda calidad
Un gran disco. De Mägo sólo queda el nombre, y Txus y Moha.
Gran disco de Mago, cuando después de pasar meses sin escuchar Mago este es el que siempre se me antoja. Una joya que no envejece.