PAUL COLLINS BEAT: PARA CHICAS DIFERENTES

8 mayo, 2015 6:52 pm Publicado por  1 Comentario

Kafe Antzokia, Bilbao

intpaulA algunas desearía no volver a verlas nunca más en la vida. Pero a otras me las comería a besos. Así de claro. Y eso que nunca hemos destacado por nuestra afectuosidad con las féminas. Hay veces en que resulta complicado apartar la vista de una persona y quedas como suspendido en un trance hipnótico en el que se oye una voz de fondo, una voz de esas que te hace perder la cabeza, caer en un sueño profundo. “Esa noche me enamoré de una voz. Solo una voz. No quería escuchar nada más”, decía en ‘El paciente inglés’ un personaje poco antes de sucumbir ante una de esas pasiones que acaban siendo más dañinas que beneficiosas.

De eso fijo que sabe bastante el veterano Paul Collins, el cantante de las chicas por antonomasia, dudo que existan artistas con mayor número de canciones con la palabra “girl” por ahí. La lista es inabarcable: “Only Girl”, “A Girl Like You”, y por supuesto sus éxitos absolutos, “Rock N’ Roll Girl”, “Different Kind of Girl”…Un homenaje sin igual al eterno femenino. Y es que pocas cosas existen tan motivadoras y que aporten tanta alegría, en los bares, por ejemplo. Aquella noche unas cuantas hembras de buen ver se dejaron caer por el piso con glamour del Antzoki, que contó con condumio cortesía de la casa previamente al concierto. En especial, destacaríamos a aquella morena con flequillo y rasgos orientales con vestido azul como de fiesta que miraba al escenario sonriendo igual que si estuvieran contando un continuo chiste sin fin.

Suponemos que quizás vería el lado divertido a tener a escasos metros a toda  una leyenda en el mundo de la música, pues la carrera del protagonista de la velada se remonta a 1974, cuando empezó como batería de los influyentes The Nerves, luego siguió haciendo historia en The Breakaways para finalmente montárselo por su cuenta con The Beat, a los que añadió su propio nombre delante a principios de los 80 para evitar confusiones con otro grupo de ska.

El idilio de Paul Collins Beat con la península viene de largo, tanto como dos esposas españolas, discos en directo grabados en la piel del toro y una labor como productor de bandas nacionales tipo La Granja, Los Limones o Los Protones. Un viejo conocido, vamos, que se planta en los sitios como aquel amigo con el que únicamente coincides de vez en cuando. Y pese a lo temprano que comenzó el bolo, demostró que todavía le quedan unos cuantos colegas dispuestos a acudir a sus citas.

Ya no guarda aquella espigada silueta de bohemio malnutrido de antaño, sino que se presenta fondón, calvo, pero con la voz en el estado adecuado para emocionar. Y si a ello le sumamos su espectacular cancionero power pop con toques punkarras o new wave ya tenemos una sólida garantía de éxito. Pocos pueden resistirse a esos estribillos tan tarareables que se te meten en la cabeza y no se despegan aunque nunca los hayas escuchado.Acompañado de una banda de jovencitos, algunos casi imberbes, como el bajista que parecía su hijo, pidió disculpas en un digno castellano por tener un poco de catarro y dijo que estaba para “ir a la cama”. Pero en absoluto se le notó cansado, y menos cuando pidió un “chupito” de whisky y le sacó un vaso de tubo una de las camareras del Antzoki, a la que también aclamó la parroquia como si fuera una estrella más de la noche.

No necesita demasiado para quedarse con la peña, basta arrancarse con uno de sus himnos de rebeldía juvenil como “I Don’t Fit In” o sus inevitables referencias a las muchachas, entre las que sobresale “Rock N’ Roll Girl”, infalible para levantar el pabellón al máximo y lograr que las gargantas se desaten hasta el paroxismo. Algunos se ponían tan emocionados que en el estribillo empezaban a gritar “yihaaa”, igual que si estuvieran totalmente desbocados en un rodeo. Un fiestón. Menuda la que había montada. Y aquello iba en progresión ascendente, con el riff playero de “U.S.A” y esos coros que podrían haber firmado los Ramones. Las chicas bailaban en modo vintage y el guateque no cesó con “I Need My Rock N’ Roll”. Y así sin avisar, únicamente levantando el índice, se cascó el mítico “Hanging On The Telephone” de The Nerves que popularizaran tanto Blondie hasta el punto de que muchos se piensan que es suya.

Siguieron repasando el legendario debut de The Beat de 1979 con “Don’t Wait Up For Me”, que se lo ventilan casi entero, por cierto, y con el que cumplen de sobra el cupo de clásicos. Al de una hora se despidieron, pero no tardaron en regresar con el líder pidiendo aplausos “con cojones” para sus chicos y otra buena ristra de tonadillas para cantar en la ducha, caso de “Look But Don’t Touch” o el power pop empalagoso de “Baby I’m In Love With You”, donde Collins miró a los ojos de la concurrencia, e incluso fingió peinarse coquetamente, pese a no tener un pelo de tonto. “Hoy hace un día esplendido en Bilbao”, dijo para demostrar su decente castellano perfeccionado durante años y anunció un tema que representa ““todo lo que las chicas significan para él”. No cabía duda de que se declararía con “Different Kind Of Girl”, su oda a esas muchachas peculiares que escasean más que una aguja en un pajar. El personal terminó tan satisfecho que hasta se escucharon aullidos por ahí.

Muy entretenido resultó su recital para chicas diferentes, esas que a menudo te vuelven tarumba con sus eternas dudas y sus interminables cambios de opinión casi a cada segundo. Es el precio que hay que pagar para montar en una montaña rusa sentimental de imprevisibles consecuencias.

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

 

 

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    A su manera PAUL COLLINS BEAT se dejaron algo que más que el alma para dar un estupendo concierto en tierras vascas con mucha peña femenina en escena.Asi cualquiera da un buen show!!!

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