LOS APERITIVOS MUSICALES

8 junio, 2012 12:05 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Fue un gran amigo mío (Raúl, de Vicalvarock Producciones) el que me insistía, mes a mes, en que fuera con él a “los aperitivos musicales” pero por un motivo u otro nunca había podido asistir hasta el pasado sábado.

Voy a tratar de resumiros lo que pude vivir. Realmente no sabía lo que me iba a encontrar pero ya os puedo adelantar que lo pasé francamente bien. Se trata de un humilde bar ubicado en el madrileño pueblo de Vicálvaro llamado “Bar Vitalaza” en el que, un día de cada mes (más concretamente el primer sábado) montan una especie de “jam session” compuesta por dos guitarras, una batería electrónica, cantantes, saxo, percusión y cualquier instrumento que ayude a que el ambiente musical sea el adecuado para pasar un buen rato.

Todas las canciones que aquellos experimentados músicos interpretaban y la magia que en aquel pequeño local se respiraba me trasportó, a mí y a todos los que allí nos encontrábamos, a una especie de fiesta improvisada por gentes humildes de los años 50. Fue espectacular comprobar cómo allí se juntaban familias enteras, mayores, no tan mayores, peques, amigos, compañeros de trabajo…y todos bailando al son de la música mientras apuraban sus bebidas. Yo, que tan solo conocía a Raúl, mi amigo, acabé teniendo agradables charlas con gran parte de los allí presentes y era eso, la magia del momento, la magia de la música una vez más.

En mitad del espectáculo fui invitado a improvisar un blues instrumental con duelo de guitarra/armónica incluido. También tuve la ocasión de hablar con los dueños del bar a quienes, indudablemente, felicité por lo que allí estaba viviendo. Recibí un trato calurosísimo durante toda la tarde, como si nos conociéramos de toda la vida.

Finalmente, los que allí quedábamos, comenzamos a comer, a eso de las 19.00 h. En la mesa se hablaba de música, de buen ambiente, de la gente… todo de manera muy sana. De nuevo, y en mitad de la comida, uno de los músicos comenzó a tocar un cajón, y una guitarra, esta vez acústica, acabó misteriosamente en mis manos. La música volvía a comenzar. Y así hasta que Raúl y yo hubimos de marcharnos a un compromiso.

Todo lo que os pueda contar de “los aperitivos musicales” es poco. Yo os animo a todos a que os acerquéis cualquier primer sábado de cada mes y comprobéis en vuestras carnes todo lo que os he tratado de relatar. Os aseguro que os olvidaréis, al menos por unas horas, de cualquier cosa que no signifique ser feliz…porque es inevitable no sonreír.

Una vez más, el caluroso ambiente que crean los asistentes, junto a la música, hace que te lleves a casa un recuerdo inolvidable.

Yo, desde estas líneas, quiero agradecer personalmente a los dueños del bar Vitalaza por su buen trato.

Un fuerte abrazo a tod@s. Nos vemos.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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