Gary Moore: 30 aniversario de ‘Wild Frontier'
9 marzo, 2017 5:05 pm Deja tus comentariosEl 9 de marzo de 1987 se editó el disco más aclamado de la etapa heavy rockera del hacha norirlandés Gary Moore. Yorgos Goumas indaga en los pormenores de la creación del disco de un guitarrista calificado por su paisano Vivian Campbell como mejor que Eddie Van Halen. Otra nota curiosa: Ozzy intentó durante todos los años 80 ficharle para su banda.
Prolegómenos
En plena vorágine heavymetalera de los 80, Gary Moore decidió subir al tren de la tendencia con una serie de discos que le ayudaron a hacerse un hueco en la escena metalera internacional. Sin embargo, en 1986 dos acontecimientos le conducirían a dar un ligero golpe de timón para teñir su heavy rock con elementos celtas.
El primero ocurrió el 4 de enero: su querido compañero de fatigas en Thin Lizzy y mejor amigo, Phil Lynott, sucumbió a sus múltiples vicios. Como suele ocurrir cuando cualquiera de nosotros pierde un ser querido que nos recuerda a tiempos añejos y a nuestras raíces, Gary empezó a rememorar sus tiempos en Ulster (Irlanda del Norte) cuando empezó a tocar junto a Phil Lynnot en su primera banda juntos, los Skid Row, ya que desde muy joven se había mudado a Londres a buscarse la vida como músico.
Por otra parte, su participación (cantó como frontman de Thin Lizzy) en el concierto benéfico Self-Aid (organizado por Bob Geldof) a favor de los desempleados irlandeses que tuvo lugar el 17 de mayo de 1986 en Dublin, donde actuó la crème de la crème del panorama musical local: Van Morisson, U2, Clannad, Chris de Burgh, Rory Gallagher, The Pogues, Clannad, Elvis Costello y The Pogues, entre otros. Según el propio Moore, aquel festival le hizo darse cuenta de la riqueza musical que existía en la isla esmeralda y quiso volver a descubrir la música con la que creció (su padre, Bobby Moore, era promotor de conciertos y dirigía un salón de baile en Belfast, aparte de ser un forofo de la batería y del jazz, así que lo de la música le venía a Gary desde la cuna).
También cabría añadir el cada vez mayor hastío que sentía Moore hacia la propia escena metalera de la época. Él mismo afirmó que nunca se sintió a gusto con su papel como músico heavy, lo cual acentúa más la opinión de que simplemente se subió al tren para obtener más aceptación comercial y que siempre había buscado una manera para volver a sus raíces, tanto celtas, como bluseras (algo que posteriormente haría con gran éxito): “Nunca me sentí integrado en ese mundo (del heavy rock) y ahora estoy totalmente convencido de ello. Por lo menos con ‘Wild Frontier’ inyecté un poco del elemento irlandés, pero a finales de los 80 ya estaba harto… No se trataba solamente de la música. Antes de cada gira pasaba más tiempo con el diseñador del escenario que con la propia banda, hasta que llegué a momentos de verdadera estupidez: si no era una réplica del Stonehenge, sería la casa de Andy Pandy (Ndr: el muñeco protagonista de una serie británica para niños en los años ’50)”.
Creación
Los temas del disco habían empezado a ser fraguados durante la gira del disco anterior (‘Run for Cover’, 1985) y para la producción, grabación y mezclas, Moore contó con la ayuda de Pete Smith (The Police, Van Morisson, Stevie Wonder, etc.), Peter Collins, responsable por el sonido más sintetizado de los Rush en los ’80 y por discos posteriores como Operation: Mindcrime’ (1988) de Queensrÿche y ‘Hey Stupid’ (1991) de Alice Cooper; y Jim Barton, con quien ya había trabajado en ‘Run for Cover’ y quien se ocupó de la caja de ritmos. El uso de esta última creó una división de opiniones entre los fans. Esto es lo que tuvo que decir Moore al respecto en una entrevista con la revista Guitar World: “En casa tengo un cartucho de 8 pistas y una caja de ritmos, y los ritmos que salieron fueron la base para todos los temas. Cuando estábamos en el estudio con el batería Gary Ferguson (Glenn Hughes, Eddie Money), (los temas) no sonaban de manera perfecta porque no paraba de oír pequeños errores. Ínfimos pero que no les podía soportar, así que le mandé a casa.” Puede que a muchos les pareciera poco afortunado el uso de una caja de ritmos pero, para otros, su sonido es un fiel reflejo de las tendencias musicales imperantes de entonces e incluso se nos hace difícil ahora imaginar el disco con baterías de verdad, ya que le da ese sonido especial y diferente.
Los temas
El LP abre con “Over the Hills and Far Away”, con una fuerte carga celta (al ritmo de jig, la melodía rítmica y pegadiza del típico baile irlandés popularizado por el espectáculo del Riverdance). A nivel musical, cuenta con la colaboración de los Chieftains, la banda más famosa de folclore irlandés a nivel mundial, pero también tiene una carga sociopolítica, ya que la historia de un prófugo de la justicia podría servir como una metáfora de la desoladora situación sociopolítica de entonces en la Irlanda de Norte con la división entre católicos y protestantes y el terrorismo del IRA.
El tema ha sido versionado por los suecos Thyrfing y los gaditanos Saurom, aunque su versión más famosa es la de los Nightwish en 2001. No se sabe que habría opinado acerca de las dos primeras versiones, pero sobre la última desde luego no mostró mucho entusiasmo: “A mí me suena como un karaoke, porque la base melódica es muy similar. No quiero sonar despectivo pero es que suena idéntico. Aún así está bien que lo hicieran ya que se trata de una banda grande”. Curiosamente, la cara B de este single fue la power balad “Crying In the Shadows”, un tema que las tenía todas consigo para repetir el éxito de su clásico “Empty Rooms”, pero que no estuvo incluida en la edición original en vinilo, aunque sí en las ediciones en CD.
El segundo tema, “Wild Frontier”, el cual Moore había querido que lo cantara Phil Lynott, seguía con ese trasfondo social, ya que hablaba de aquellos que volvían a Belfast después de muchos años en una ciudad que no reconocían dada la nueva y agitada situación política (Moore había dejado Belfast justo antes que empezara el conflicto a inicios de los ‘70; un conflicto que no acabó oficialmente hasta el 1998 con el acuerdo de Viernes Santo).
Al tercer tema, “Take A Little Time”, le caracterizan los coros épicos de corte celta. Personalmente creo que es una continuidad sonora de su éxito “Out In the Fields” (1985) y que también tendría eco en el tema “After the War” del homónimo disco de 1989, señal por otra parte que Moore se estaba repitiendo a sí mismo y que un cambio estilístico era más necesario que nunca.
El tema que cerraba la cara A es sin duda alguna el más emocional del disco. Se trata del instrumental “The Loner”, el cual es una composición del teclista inglés Max Middleton (Jeff Beck, Kate Bush, Chris Rea), que había aparecido por primera vez en el primer disco en solitario del legendario baterista Cozy Powell, ‘Over the Top’ del 1979 (Moore había participado también en aquel disco pero sólo en el tema “Killer”, compuesto por otro colaborador habitual suyo, el teclista Don Airey). Mientras que la versión original fue dedicada a Jeff Beck, Moore cambió los arreglos, quitando las partes de jazz fusión y añadiendo una sección de cuerdas, convirtiéndola así en una balada melancólica y muy atmosférica (por eso compartió los créditos de composición con Middleton en el álbum) y la dedicó inevitablemente a Phil Lynott. Cuando tocaba este tema en directo, había muchas veces que se dejaba llevar por la emoción y alargaba el tema hasta casi los 20 minutos.
La cara B arranca con otra versión: “Friday On My Mind”, el éxito más grande de la banda australiana Easy Beats en el año 1966, banda donde militó, por cierto, George Young, hermano mayor de unos tales Angus y Malcolm.
“Strangers In the Darkness” es un corte cuya melodía central de los teclados tiene reminiscencias del tema “New Year’s Day” de los U2 y que trata sobre los jóvenes que acuden a Londres en búsqueda de fortuna y acaban cayendo en la trampa de las drogas. Tal como dijo Moore, “es un tema anti-heroína con el barrio del Soho (Ndr: famoso por entonces por su vida nocturna desenfrenada) como fondo”.
“Thunder Rising” es acaso el tema más heavy del disco en el uso más clásico del término; sus acordes de base me recuerdan al posterior “Speak for Your Self”.
El disco cierra con la balada “Johnny Boy” (que no tiene que ver con en el tema tradicional irlandés “Danny Boy”), el tema más celta y reflexivo del disco, obviamente dedicado a Lynott y acompañado por la gaita irlandesa de Paddy Moloney, líder de los Chieftains.
Epílogo
El fiel escudero de Moore, Neil Carter (teclados, guitarra), quien estuvo en su banda desde el disco ‘Victims of the Future’ (1983) hasta ‘After the War’ (1989) y que compuso junto a Moore la clásica power balad “Empty Rooms”, también afirmó que fue su disco favorito aunque irónicamente es donde menos toca, debido a los avanzados sintetizadores que usaron y la cantidad de instrumentos folclóricos auténticos que se usaron: “Me encantan “Over the Hills” y “Thunder Rising” y en la gira posterior sonaron realmente grandiosos en directo. Tocábamos en salas más grandes y podíamos palpar por primera vez el verdadero éxito. Fueron tiempos mágicos y el público estuvo maravilloso allá donde tocábamos, desde Tokyo hasta Oslo”. De aquella gira se grabó un vídeo en Estocolmo, titulado ‘Wild Frontier Tour: Live at Isstadion’, que alcanzó niveles record de ventas en Escandinavia. Sin embargo, Moore también mostró su lado más oscuro en repetidas veces, sobre todo a compañeros del gremio; los Barón Rojo tienen más que una anécdota desagradable con él. Mientras muchos conocen el incidente ocurrido en Brujas en junio de 1983 en el Heavy Sound Festival (básicamente, Moore no quería tocar tarde y exigió que quitaran a los Barones del cartel y hubo enfrentamientos entre sus perspectivos roadies), sus caminos volvieron a cruzarse en el desaparecido Rockodromo de Madrid en las fiestas de San Isidro en 1987 durante la gira del ‘Wild Frontier’ (dicho sea de paso, el puesto de batería lo ocupó en aquella gira, Eric Singer, justo antes de formar Badlands). Según cuenta Mariano Muniesa, a Gary Moore le disgustó el hecho que los Barones tuvieran un camerino más grande que él y quiso un cambio. Aunque esta vez la sangre no llegó al río, sí que hubo mucha tensión entre los managers y finalmente llegaron en un acuerdo: no habría cambio de camerinos pero los Barones tocarían con menos luces y con el volumen menos “brutal”, tal como se hizo.
El disco llegó a vender a más de un millón de copias en Europa y, desde luego, fue su más exitoso tanto a nivel de críticas como de ventas de su época heavy rockera. Según el propio Moore, fue un redondo en el que se centró por igual en sus tres facetas: compositor, guitarrista y vocalista y, en combinación con el hecho que en el plástico, aparte de la colaboración de los Chieftains, sólo participaron dos músicos más: Neil Carter y el bajista Bob Daisley (Rainbow, Dio, Uriah Heep), factor que hizo que este fuera su disco más compacto hasta la fecha.
El propio Moore nunca ocultó su predilección hacia este lanzamiento de su etapa metalera, ya que le parecía el más cercano a su identidad como músico y como persona (solía llamar a sus otros discos de aquella época como “flojos”), aparte de tener el bagaje emocional de ser el primer disco después de la desaparición de su amigo de toda la vida y era de recibo que se lo dedicara a él, tal como se ve en la inscripción en la portada trasera: “For Philip”.
- The Dire Straits Experience cierra su gira europea en Madrid - 8 octubre 2024
- Rick Rubin, productor del "Reign in Blood" de Slayer: "Puse un disco de Metallica como ejemplo de lo que pensaba que estaba mal" - 8 octubre 2024
- David Ellefson (ex-Megadeth) elige "la banda de metal más grande de todos los tiempos" y no es Metallica ni Iron Maiden - 8 octubre 2024