Me llamó mi amigo el Yeyo Gónzalez (junto con El Pirata, Tato Puerto y Andrés Vogel entre otros, estuvo hace treinta años en la fundación de La Heavy) con la promesa de que también estaría arropando al genio Montero Glez -otro pionero del rollo rokero canalla madrileño de comienzos de los setenta- el ahora bloguero Adrián Vogel. Así que aceleré un regreso para cumplir con una vieja cita con este loco maravilloso a lo Hendrix o Camarón (su gran pasión) que confiesa 
allá donde va que con mis programas setenteros en la desaparecida Radio Centro y el espíritu de Chapa labró y cinceló sus gustos musicales; marcaron la forma de decir y sobre todo escribir de este Bukowski local que me tiene enganchado a cada una de sus novelas paridas en el Sur, donde se exilió como madrileño, apalancado en la costa gaditana donde crea y vive fuera del Foro que le impregnó la chulería y el señorío de un tipo genial.
Le dieron otro premio con pasta gansa en este caso los asturianos de Llanes, por una novela entre viajes, flamenco y claro, Camarón, con el título de "Huella Jonda del Héroe". Más Montero Glez por un tubo... su obra no cesa de agrandar la figura de este nacido Roberto Montero González, digno hijo de aquella generación de “hijos del agobio" que lo catapultó a la gloria por el camino de textos tan salvajes y sinceros como el mismo personaje que mientras se servía generosamente champán en su fiesta deambulaba con su petate como si repartiera tabletas de chocolate... del de comer, claro.
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