"Departure", el disco que cambió para siempre la historia de Journey

El grupo comienza a tener su sello y es todo un éxito

Pese a estar formado por músicos de reconocido prestigio y procedencia (Schon y Rolie estuvieron con Santana y Valory en Steve Miller Band) y de tener unos cuantos discos a sus espaldas, el grupo no terminaba de tener un sello característico, un estilo propio definido que les hiciese automáticamente reconocibles. Eso es algo que empieza a cambiar en ‘Departure’, que no solamente supuso la primera aparición del grupo en el top 10 del Billboard 200, sino que también lo metió en el top 25 de las listas de sencillos con “Any Way You Want It”, que alcanzó el puesto 23 y de la que se puede decir que daba una idea de lo que acabaría siendo Journey tan solo un par de años después. “Any Way You Want It”, que es puro sonido A.O.R., no sólo lo petó en las emisoras de FM que empezaban a imponer nuevas reglas en aquellos tiempos, sino que con el tiempo ha sido inmortalizada con su aparición en un buen número de series de televisión entre las que no podía faltar ‘Los Simpsons’.

El disco supuso un cambio para la banda en muchos sentidos, entre los cuales se encuentra la forma de grabarlo. De hecho, la prensa especializada del momento señaló a la forma de grabar el disco “en directo” en el estudio, como una de las causas principales de que el sonido del redondo resultase más agresivo, alegre, en definitiva más rockero, que el de sus predecesores.

Steve Perry comienza a tener más peso compositivo

Otra de las causas fue, obviamente, el aumento del protagonismo de Steve Perry, quien coescribe todos los temas del disco menos precisamente el que le da título, y que había debutado con el grupo en ‘Infinity’ (1978). “Walks Like a Lady” es el único tema del disco compuesto por Steve Perry en solitario. En contra de lo que podría pensarse, no fue creado para su lucimiento personal, sino que se trata de un corte vacilón que fue elegido segundo sencillo del disco, alcanzando un nada desdeñable puesto 32 en el Billboard 100. “Someday Soon” es un tema semilento en el que, sin embargo, encontramos entre los trabajadísimos coros y estribillos un gran punteo de Neal Schon. A continuación viene “People And Places”, un tema lentorro en el que todo el aspecto vocal está cuidado a niveles extraordinarios, el trabajo de los coros es encomiable y Steve Perry no deja pasar la oportunidad de lucirse. “Precious Time” es otra gran composición del tándem Perry-Schon. Parece que no va a arrancar nunca, pero cuando termina haciéndolo lo hace con gran contundencia, con un Perry que llega casi al cielo con algunos tonos, y con unos arreglos memorables al final del tema. En mi modesta opinión debería haber sido el segundo sencillo del disco.

A.O.R., punteos y alegría

“Where Were You” abría la cara B de la versión original. Es otro claro ejemplo de sonido A.O.R. de libro. No es que los demás no lo tengan, pero el rasgueo de guitarra del principio, seguido del redoble de batera, la entrada de Perry y finalmente el estribillo, a mí me sugieren de entrada un tema pensado para la radio americana, aunque no fuera uno de los sencillos del disco. No olvidemos que la irrupción de la FM trajo consigo un montón de DJs que no comulgaban para nada con el viejo estilo de estar continuamente pinchando sencillos y que daban preferencia a los LPs como conjunto frente a aquellos.

“I’m Crying” es un tema que dentro de los estándares de Journey se podría catalogar de oscuro y pesado (obviamente en el sentido de heavy, no de aburrido), las excelentes guitarras de Schon con punteos incisivos van además en ese sentido, lo que pasa es que con la voz de Perry todo se suaviza aunque no se pretenda. Pese a todo, posiblemente sea el tema menos A.O.R. del disco. Todo lo contrario que “Line of Fire”. Rápida, melódica y alegre, transita de nuevo por la senda más ortodoxa de Journey. Es el típico tema que la primera vez que lo oyes ya sabes que en vivo tiene que dar mucho juego. “Departure” es una breve pieza instrumental compuesta por Schon que a mí me parece que se sale de la línea del sonido del álbum, nunca le he visto sentido salvo como introducción de “Good Morning Girl”, y tampoco demasiado en ese caso. Esta última es una especie de balada corta que fue lanzada en un “medley” junto a “Stay Awhile” como tercer y último sencillo del disco, que fue también el que peor resultado consiguió (55) en el Billboard 100.

No tengo claro si la apuesta por ese formato se debió a la corta duración de los temas por separado, no parece que ese sea un problema para la radio, lo que sí que tengo claro es que “Stay Awhile” está por encima y creo que hubiera funcionado mejor en solitario, pero esto es solo mi opinión. Cierra el disco en su edición original, “Homemade Love”, otro claro ejemplo del sonido A.O.R. que predomina en el disco y en el que de nuevo la dupla Perry-Schon aprovecha para lucimiento personal, el primero con los tonos altos y el segundo con un gran punteo.

Adiós a los devaneos con el jazz-fusión

En definitiva, un disco fundamental dentro de la carrera de Journey. No porque supusiese un cambio de rumbo, todo lo contrario, el grupo ya había dado sobradas muestras de que podía hacer grandes cosas dentro del sonido A.O.R. en “Wheel in the Sky” (‘Infinity’, 1978) o “Do You Recall?” (‘Evolution’, 1979), por citar solo dos, ya daban una idea lo que la banda era capaz de hacer en ese campo. Más bien porque la banda tomó la decisión de dejar atrás definitivamente los devaneos con el jazz-fusión y consolidarse en un estilo que los convertiría en una de las bandas de rock más importantes en los años venideros. Un gran disco en definitiva.

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