The Night Flight Orchestra

Aeromantic

Nuclear Blast (2020)

Por: Josep Fleitas

7.5

Cuando en 2007 David Andersson le propuso a Björn Strid formar un proyecto en el que se fusionaran el rock más melódico con los ritmos que en los setenta llenaban las pistas de baile de los clubs y discotecas más prestigiosos de los EE UU, ambos se rieron y hablaron de ello como una idea disparatada y divertida, y ahí quedó la anécdota, pero la chispa de la curiosidad había prendido en yesca seca. Y fue ahí, en los states, por donde Andersson y Strid andaban de gira con su banda mater, Soilwork, donde el guitarra y el cantante suecos iniciaron las obras de unas pistas que ya han visto despegar  a cuatro naves que han surcado mercados y escenarios  con buen éxito. Ahora The Night Flight Orchestra ha alzado el vuelo de su quinta nave. He aquí los detalles que nos guiarán durante ese trayecto que recorre fielmente el significado del nombre, ‘Aeromantic’.

El álbum abre con “Servants of the Air”, un tema rápido con doble bombo cabalgador y unas potentes  líneas de bajo marcadas por un siempre espectacular Sharlee D’Angelo (Arch Enemy, Spiritual Beggars…). A ello se suman corosy teclados bien ensamblados en la expresión progresiva de lo que significa un enérgico y efectivo inicio de un estilo cada vez más propio.

“Divinyls” es un pegadizo medio tiempo que se ensambla en las partes disco soul y sinfónicas de los setenta, años y ámbitos que además de ser una de las exitosas firmas de la banda sabe llegar como buen y efectivo single que es.

Con “If Tonight is Our Only Chance” seguimos en la brecha con el hard rock apasionado, aromatizado por  el protagonismo de unos coros penetrantes, tan pegadizos como los ritmos que vuelven a marcar unos teclados excelentemente trabajados.

En “This Boy’s Last Summer”, el sentido disco-rock está más que bien asumido en un tema que propone un viaje a las pistas disco de unos años en los que la gomina y los trajes de chaqueta eran imprescindibles para el acceso a los locales más afamados y exclusivos de las grandes urbes.

“Curves” es una muestra de funky-disco en un medio tempo que, si bien musicalmente tiene buenos matices, su repetitivo estribillo llega a provocar uno de los momentos más turbulentos del viaje.

“Transmissions”, un corte disco rock con amplitud y hegemonía que, ejecutado a un ritmo más ágil, podría ser el hermano de aquel  “I Was Made for Loving You” de los enmascarados e impertérritos Kiss. Pero cuidado, no infravaloremos el momento, ya que en su parte final el sonido de un violín aporta un halo especial de atractivo y melancólico sentimentalismo.

Volvemos al funk más pegadizo y setentero, ese que exitosamente firmaron James Brown en ‘The Payback’, Curtis Mayfield en ‘Curtis’ o Al Green en ‘Let’s Stay Together’. En su época, “Aeromantic“ podría haber sido uno de esos éxitos por los que las mejores discográficas de Chicago pugnaban.

“Golden Spawdawn” ha sido una gran sorpresa: AOR de gran calibre y con un ímpetu y fórmula que me han recordado de manera punzante a los Magnum de aquel excelso ‘Midnight to L.A.’, y es que incluso en la voz de Björn Strid hay matices de los registros que Bob Catley imprime en sus inflexiones más  sutiles.

“Taurus”, un estelar nombre que puede llevar al engaño de sugerir  un paralelismo con el instrumental momento que The Alan Parsons Project inyecta antes de que “Eye in the Sky” reine en su especial vergel musical. Pero, no, “Taurus” es una pieza que se muestra marchosa y exitosamente pegadiza, una fórmula perfecta para que, junto a sus singles, en los directos sea uno de los temas más celebrados del álbum.

Cartel gira de The Night Flight Orchestra en España

“Carmencita Seven”. Habrá que preguntarles a Björn y a David Andersson qué detalles se esconden tras la historia de la dulce Carmencita de ojos claros… Mientras, disfrutaremos de este medio tiempo de apasionado y progresivo rythm & blues que cuenta con uno de los momentos vocales más apasionados de un viaje que acaba con la esencia acústica de un ritmo oriental (imagino que quisieron proponerlo algo más hispano, pero…).

Con “Sister Mercurial” seguimos en la ruta de los medios tempos progresivos y bien ambientados, diseñados para que en directo puedan alternarse con los momentos de más dinamismo. Lo cierto es que personalmente dudo que este sea un tema que propongan en sus sets, sinceramente, TNFO tienen mejores almohadas sobre las que descansar.

Con “Dead of Winter” llegamos a la parte final, a ese interludio que debería marcar un éxtasis que nos deje con ganas de seguir disfrutando del álbum en cuestión y la pieza cumple con éxito ese parámetro.

“City Lights and Moonbeams” cuenta con la fórmula de repetitivo y pegadizo estribillo al que le falta algo de brillo para ser un cierre explosivamente expeditivo, pero que da razón a la variedad y ambigüedad de un álbum pensado para atraer a un público abierto de miras y con ganas de pasárselo bien en las pistas de baile en los que The Night Flight Orquestra convierten sus conciertos.

‘Aeromantic’ sigue la estela que marcaron ‘Internal Affairs’, ‘Skyline Whispers’, ‘Amber Galactic’ y ‘Sometimes the World Ain’t Enough’, pero lo hace a una altura diferente.

Redacción
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