Crónica de Steve Stevens + Gus G: Noche magistral
19 abril, 2017 9:13 am 1 ComentarioSala Changó, Madrid.
Aparte de ser el fiel escudero de Billy Idol desde 1982, el guitarrista neoyorquino ha alcanzado el estatus de guitar hero por méritos propios. Sus servicios instrumentales han sido reclamados por personalidades como Vince Neil y Sebastian Bach hasta llegar a Robert Palmer; ha participado en proyectos de rock progresivo con Terry Bozzio y Tony Levin, de glam rock con Michael Monroe (Jerusalem Slim); ha colaborado con otros músicos como Joni Mitchell, Peter Criss o Steve Lukather y también ha hecho sus pinitos con el flamenquito.
Tal como afirmó, tiene muy pocas oportunidades para salir de gira bajo su propio nombre, debido a su apretada agenda con Billy Idol y sus giras con la superbanda Kings of Chaos, así que en el domingo por la noche, hubo una gran afluencia para poder verle acompañado por unos músicos cuyos currículums no están nada mal: el guitarrista Ben Woods, aclamado dominador (de corazón flamenco pero de cerebro heavy, le describió Stevens) de la guitarra española y a lo largo de más de 20 discos (queda mostrada no solamente su destreza instrumentista, sino su amor tanto por el flamenco y por el rock); el vocalista Frankie Perez, aparte de cantante de Apocalyptica, colaborador de Flash y ex Scars on Broadway; el bajista de sesión Uriah Duffy (Whitesnake, Alicia Keys…) y el batería Mike Bennett, reputado músico de sesión y productor que ha trabajado con artistas como Lindsay Buckingham (Fleetwood Mac) o Marilyn Manson.
Con un elenco de músicos así, el telonero no podría ser de menor calibre, así que los allí asistentes pudimos ver al guitarrista de Firewind y de Ozzy Gus G, acompañado por el vocalista de los angelinos Holy Grail, James Paul Luna, en un set acústico. La verdad es que temas acelerados como “My Will Be Done” (cantado en su versión original por Mats Levén en su disco en solitario ‘I Am the Fire’ de 2014), “Burn” del disco ‘Brand New Revolution’ (2015) o “World On Fire” (tema de Firewind del disco ‘Days Of Defiance’) se tradujeron bien en este fromato. Si ya la destreza de Gus con la guitarra eléctrica es de todos conocida, la con la acústica no le va a la zaga y me recordó a otos maestros como Michael Schenker, George Lynch o, acaso su mayor influencia, Ritchie Blackmore, cuyo “Temple of the King” (Rainbow) sonó de las mil maravillas con un solo exquisito cuando fue mezclado con el tema de medio tiempo “Just Can’t Let Go” (‘I Am the Fire’). Obviamente, otras power ballads o temas de medio tiempo como “Lady of 1000 Sorrows” de Firewind (‘Immortals’, 2016) o el tema psicodélico de Black Sabbath, “Planet Caravan” (con el acompañamiento de Bennett en la percusión) sonaron igual de bien y aquí hay que destacar el poderío de voz de Luna, todo un descubrimiento para mucha gente en la sala, tal como comentamos entre nosotros posteriormente.
Steve Stevens, equipado con sus varios modelos de guitarra Knaggs, y compañía arrancaron con el tema vitaminado “Crackdown”, del disco de su proyecto del hard rock melódico Atomic Playboys del 1989, en la que ya empezó a hacer de las suyas, tocando con los dientes o por encima de los hombros. Después pasó a terrenos de blues/rock a lo Stevie Ray Vaughan o Jeff Healy con la versión del tema de Robin Trowers, “Day of the Eagle” del disco ‘Bridge of Sighs’ (1974) que Stevens incluyó en su disco en solitario ‘Memory Crash’ (2008). Llegó el momento para el primer clásico de la velada, nada más ni nada menos que el tema que hizo con Michael Jackson para su disco ‘Bad’ de 1987, “Dirty Diana”. Stevens dijo que sólo llegó a tocar este tema con Jackson en directo una vez, así que los que asistían a esta gira lo iban a escuchar por primera vez, mientras que pudimos ver en acción su mítica pistola de juguete con la que crea esos sonidos estridentes, tan característicos suyos durante el solo.
Y del pop/rock, Stevens nos llevó a los terrenos de guitar hero a lo Joe Satriani con su instrumental “Hellcats Take the Highway” (‘Memory Crash’). Fue entonces cuando llegó el momento para pasar en la parte flamenca del bolo. Nos contó cómo de pequeño no pudo conectar con ninguno de sus profesores de guitarra, hasta que en un campamento de verano conoció a un profesor de guitarra de flamenco, quien le introdujo en este mundo; ya no volvió a mirar atrás. También nos dijo que en un descanso de la gira con Vince Neil (trabajó en su disco ‘Exposed’ de 1993) pudo ver por primera vez en directo a su ídolo Paco de Lucía, a quien le calificó como “el Jimi Hendrix del flamenco”. Stevens incluso llegó a editar en 1999 un disco de flamenco, o mejor dicho, de flamenquillo y rumba pop, que se titula ‘Flamenco A Go-Go’. De ese álbum extrajo la preciosa balada “Cinecitta” (con su vocalista tocando el cajón) y el animadito tema homónimo. En ambos temas, la guitarra de Woods tuvo un papel igual, si no prominente, que la de Stevens; ahora eso sí, para el final de la parte flamenca se reservó un pequeño solo, donde además introdujo partes del “Over the Hills and Far Away” y “Stairway to Heaven” de Led Zeppelin. No podían faltar temas hechos con Billy Idol, obsequiándonos con el hit “Eyes Without a Face” con unos cambios en los arreglos (los coros oníricos femeninos y el sintetizador fueron sustituidos por guitarras).
La nostalgia ochentena prosiguió con la inclusión del tema central de la película ‘Top Gun’: Ìdolos del Aire’ (Tony Scott, 1986), un tema compuesto junto con el músico alemán Harold Faltermeyer (el mismo que hizo el celebre tema central de la BSO de la película de Eddie Murphy, ‘Superdetective en Holywood’) y con quien compartió un premio Grammy. Sus queridos Led Zeppelín volvieron a hacer acto de presencia con su clásico “Dazed and Confused”, para acto seguido volver a su proyecto Atomic Playboys para tocar el homónimo tema. Otro tema instrumental que sonó aquella noche fue “Prime Mover” (‘Memory Crash’) con su vocalista en la percusión, dando un aire así a lo Carlos Santana. Otro de los grandes hits junto a Billy Idol fue el tema “Rebell Yell” y según Stevens, el característico riff inicial se le ocurrió mientras vivía todavía en el sótano de la casa de sus padres. En tema que fue fuertemente coreado por el respetable, como era de esperar.
Para los bises, Stevens nos reservó a Gus G (“¿De verdad pensabais que sólo iba a tocar en acústico esta noche?”, nos dijo), quien armado con su guitarra Jackson Star hizo una especie de duelo eléctrico con Stevens en dos temas: “Voodoo Child” de Hendrix (con un pequeño problema de cable al inicio para Gus G, pero rápidamente solucionado) y “Whole Lotta Love” de… ya sabéis quién. Para este último, también subió al escenario Luna para alternar con Perez. Con esa traca final, Stevens y compañía dieron por completada no solamente la velada, sino también la gira europea.
Una noche entrañable, algo corta eso sí, pero que nos dejó satisfechos plenamente, ya que hubo un recorrido variado desde el blues y el heavy rock hasta el flamenquillo y la música hecha en Hollywood, todo esto ejecutado por músicos como la copa de un pino.
Texto: Yorgos Goumas
Fotos: Alfredo Villaescusa
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1 comentario
Muy buena la crónica y los dos conciertos. Cómo canta Jean-Paul Luna, es algo especial.