70 cumpleaños de Tom Scholz (Boston): De Toledo al mundo
Blog: Mariano Muniesa
10 marzo, 2017 10:43 am 2 ComentariosEs probable que para quienes no vivieron musicalmente hablando la segunda mitad de la década de los años 70, el nombre de Boston no les diga nada más allá del “More Than A Feeling” que suena día a día en las emisoras de clásicos del rock. Pero muy por encima de aquel hit-single que triunfó en todo el mundo allá por el mes de septiembre de 1976, la historia de Boston, y por ende, la de su fundador, líder, compositor y guitarrista, Tom Scholz, de quien hoy celebramos sus 70 primaveras en este mundo, merece la pena ser, aunque sea someramente, contada a quienes estén dispuestos a descubrir cómo nació lo que hoy está aceptado de manera más o menos convencional como AOR o Adult Oriented Rock, aun cuando Boston sea un grupo, como todos los grandes de verdad, muy por encima de cualquier categoría musical al uso.
Todos los caminos conducen a Epic; la historia oculta de la banda a la que toda la industria del disco rechazó.
Thomas Donald Scholz, Tom Scholz, nació el 10 de marzo de 1947 en la ciudad de Toledo (Ohio), en el seno de una familia de clase media relativamente acomodada cuyo padre era propietario de una empresa constructora de casas prefabricadas y su madre delineante proyectista. Recibió educación musical en su casa desde los cuatro años, edad en la que tomó sus primeras lecciones de piano y muy pronto desarrolló una gran afición a la música, aunque según él mismo cuenta, tocar la guitarra o el piano hasta bastantes años más tarde no era más que un hobby al que no dedicaba demasiado tiempo; brillante estudiante, con un cociente intelectual muy superior al normal, sus excelentes notas le permitieron gozar de becas para hacer estudios de enseñanza secundaria en prestigiosos institutos, como el Ottawa Hills High School in 1965, en el que además de obtener varios premios extraordinarios por su alto nivel académico, ganó varios títulos locales como capitán del equipo de baloncesto del Instituto, llegando a ser “ojeado” según se ha contado en alguna de sus biografías por fichadores de la NBA. Al mismo tiempo, era un consumado corredor de karts y aún sacaba tiempo para seguir tocando la guitarra y ensayar ocasionalmente con algunos grupos de aficionados.
Tras acabar sus estudios secundarios, entro en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) para estudiar ingeniería técnica, tras lo cual, empezó a trabajar como ingeniero de diseño de productos de la compañía fotográfica Polaroid en el otoño de 1971. Gracias a ello, pronto pudo ahorrar gracias a su buen sueldo lo suficiente como para instalarse un pequeño estudio de grabación en su casa y hacerse con una buena colección de guitarras.
En el MIT es donde conoció en 1969 al guitarrista Barry Goudreau y al batería Jim Masdea, quienes años más tarde serían miembros de los primeros Boston, y se dice que de esa época datan las primeras demos de “Foreplay”, una de las canciones que integraría el multimillonario álbum debut de la banda. A ese primer embrión de grupo se unió otro compañero de estudios en el MIT, Brad Delp, que además de tocar la guitarra también cantaba. Esta formación, sin nombre definido y sin más intención que pasar un buen rato bebiendo cerveza, escuchando discos y haciendo de vez en cuando algún ensayo, funcionó de manera más o menos intermitente hasta 1972, cuando una vez que Tom Scholz instaló su estudio casero, grabaron varias demos con Brad Delp como vocalista, Barry Goudreau en la guitarra, Jim Masdea en la batería y Tom Scholz como guitarrista, teclista y bajista. A lo largo del año 72 llegaron a grabar hasta cuatro demos que enviaron a todas las compañías discográficas del país, sin que ninguna mostrase el menor interés en unas canciones que pocos años más tarde proporcionarían ventas absolutamente multimillonarias a la compañía que se decidió a editarlas y cambiarían para siempre la historia del rock americano, puesto que la mayoría de los temas de aquellas demos contenían los temas del afamado ‘Boston’ de 1976.
Recordando sus comienzos en la música, Tom Scholz declararía en 1986 a Rolling Stone: “En realidad no cogí la guitarra hasta que tenía alrededor de 21 años. Era mi año junior en el MIT. Estaba tocando en plan hobby en bandas realmente malas, pero lo cierto es que me lo pasaba de puta madre, bebías gratis y conocías chicas ¡que más puedes pedir a esa edad! Pero llegó un momento en que la música me atrapó de verdad y quise ir más allá, tomármelo más en serio. Luego fui a trabajar para Polaroid en Cambridge, Massachusetts. Yo era ingeniero de diseño de producto y aprendí mucho sobre audio-electrónica y grabación de cinta, lo que me permitió empezar a construir equipos de grabación y comenzar a entender cómo hacer grabaciones. Fue un proceso muy largo de aprendizaje de muchas técnicas y muchas habilidades musicales. Mi estudio inicial estaba horriblemente mal equipado. Cuando empecé, tenía muy poco dinero, así que en realidad monté el primer grabador de cuatro pistas que usé de manera casi artesanal y construí un mezclador muy crudo, de manera que el sonido que sacábamos a las demos era muy rudimentario. Pero aún así, todos los discos de Boston han sido grabados en mi estudio del sótano, al menos a nivel de demos de trabajo y pre-producción”.
Decepcionados por la falta de interés de las compañías, este primer grupo, llamado originariamente Mother's Milk, se disgregó a mediados de 1973. No obstante Tom Scholz, que estaba decidido a seguir intentándolo, siguió componiendo más canciones –hay quien afirma que la primera grabación tipo “song in progress” de “Something About You” data de diciembre de 1973- y en la primavera de 1974, tras haber intentado formar un nuevo grupo con gente que no terminó de convencerle, persuadió de nuevo a Brad Delp, Barry Goudreau y Jim Masdea para intentarlo una vez más, y en ese verano de 1974 volvieron a hacer una demo en la que se sabe que ya se incluían “Peace Of Mind”, "Rock and Roll Band", "Something About You" (llamada por aquel entonce "Life Isn't Easy"), "Hitch a Ride" (llamada por aquel entonces "San Francisco Day") y "Don't Be Afraid". Pero de nuevo, ninguna compañía creyó en ellos, aunque la buena respuesta que tenían sus primeras actuaciones en directo, aún antes de llamarse Boston –parece ser que hasta 1975 no tenían un nombre definido- les convenció de que ese proyecto iba a funcionar y esta vez decidieron seguir intentándolo, grabando nuevas demos y por fin… en la primavera de 1975, dos managers de Massachusetts, Paul Ahern y Charlie McKenzie, a los que llegó casi por accidente una de las maquetas del grupo, sí vieron en ellos un potencial que podían explotar y decidieron apostar por ese grupo, aunque con dos condiciones; una, aunque ellos costeasen la grabación, meterse a fondo a preparar material sobre la base de esas demos en un estudio profesional y segunda, que Jim Masdea saliera del grupo, puesto que en su opinión, no tenía suficiente nivel como batería. Aceptadas estas condiciones –aunque por otra parte Tom Scholz siempre declaró que la marcha de Jim Masdea fue voluntaria y que no tuvo que ver con ninguna presión de sus managers-, y tras la entrada de Fran Sheenan como bajista y de Sib Hashian como nuevo batería, la banda preparó a conciencia más material y entre noviembre y diciembre de 1975 grabó un LP listo para entrar a fabricar y que sus managers movieron entre varias multinacionales, obteniendo el OK de Epic, la cual les ofreció un magnífico contrato discográfico, pero… con la condición del que el disco fue re-grabado otra vez. Tom Scholz declaró en alguna ocasión que estuvo a punto de decir que no, pero que el resto del grupo le convenció, ya que por fin tenían un contrato encima de la mesa.
Tom Scholz: “La compañía insistió en que el álbum fuera grabado de nuevo en un "estudio profesional" por un "productor profesional", a pesar de haber hecho exactamente eso durante siete semanas en el otoño de 1975. Eligieron a un tipo muy agradable llamado John Boylan. Él vino a mi estudio y me dijo: "Bueno, obviamente no podemos hacerlo aquí. Vamos a tener que ir a Nueva York o a Los Ángeles a un estudio de verdad y hacerlo realmente bien”. Y yo dije: “Bueno, eso no va a suceder, porque si me sacas de mi elemento natural y me llevas a un estudio donde no puedo hacer lo que he hecho aquí, entonces no voy a conseguir lo mismo”. Él amenazó con irse y entonces la discusión se tornó muy agria, tanto que por un momento pensé que una vez más, todo se iba a ir a la mierda. Pero afortunadamente, antes de coger la puerta y marcharse, dijo: “Bien, graba si quieres en este maldito refugio del Vietcong, pero las voces, las guitarras y la mezcla final, con tu supervisión, las hacemos a mi manera ¿OK?” y entonces respiré aliviado, y le contesté: “¡Ahora estás hablando mi idioma!” y se salvó así el asunto. Lo cierto es que después hubo que regrabar muchas cosas más, porque es verdad que no estaban realmente bien hechas, pero el no tener que enfrentarme a la idea de empezar otra vez de cero me ayudó a no hacer naufragar el proyecto”.
Y así, el grupo entró de nuevo en estudio en el mes de abril de 1976 para grabar lo que definitivamente sería el primer LP de Boston, que se dejó listo en tres semanas y que se puso a la venta el 26 de agosto de 1976. El primer single que se extrajo fue curiosamente, la última canción que se compuso para el primer proyecto de LP, “More Than A Feeling”, aunque la versión que se grabó a finales de 1975 difería bastante de la que se editó en el álbum original; era más larga, el solo de guitarra era muy distinto e incluso la letra no era exactamente igual.
Tom Scholz sobre “More Than A Feeling”: “Es una canción que realmente me lleva a otro lugar cuando la escucho. La letra, lo reconozco, no es muy original, pero habla de una vivencia que todos podemos haber sentido alguna vez, la sensación de que la música, de que una canción te puede llevar a reencontrarte, a volver a sentir la presencia, la cercanía de una persona a la que has perdido. ¿Cuál es mi criterio para saber si una grabación que hago es digna de ir a un álbum de Boston? Cierro los ojos y la toco al final de un largo día en el estudio. Si todavía me gusta, y me lleva a algún otro lugar, y me olvido de todo lo que ha pasado ese día, entonces ha ganado el partido y entra en el disco. "More Than A Feeling" hizo eso por mí”.
El salto a la fama y los años de gloria (1976-1979)
En cuestión de pocas semanas, tanto “More Than A Feeling” como ‘Boston’, el álbum debut de la banda se convirtieron en unos impactos de ventas como hacía tiempo que no se producían en la industria del disco norteamericana. Mientras Tom Scholz seguía trabajando ocho horas diarias en el departamento de diseño industrial de Polaroid, en octubre de 1976 el álbum había logrado superar las 200.000 copias vendidas y a finales de noviembre, había alcanzado las 300.000.
¿Qué tenía de particular el sonido de Boston, tanto en este legendario primer disco como, aunque de manera más matizada en su segundo trabajo ‘Don´t Look Back’? Fundamentalmente la combinación de dos elementos musicales muy hábilmente manejados en función de lo que podía pedir cada tema, que permitía que las canciones del grupo fueran duras, heavymetaleras, con mucha fuerza, pero al mismo tiempo muy melódicas, con estribillos muy pegadizos que las hacían idóneas para sonar en la radio, que fue la baza fundamental del éxito de Boston, en tanto que sus temas agradaban tanto a los seguidores del rock más soft y más, llamémosle así, comercial, como a los seguidores del rock duro.
Una peculiaridad que tenía el sonido de aquellos Boston era, por ejemplo, que en estudio grababan las guitarras a un volumen muy alto y con mucha distorsión, como en un concierto en directo, pero introduciendo ecualizadores en las partes medias. La fuerza de una base de bajo y batería muy densas, muy estilo hard rock tipo Led Zeppelin, Black Sabbath o Grand Funk Railroad equilibrada con la calidez de la voz de Brad Delp, los colchones de teclados y el eficiente papel de las guitarras acústicas, que ponían el contrapunto más melódico a esa demoledora base de rock duro creó una formula originalísima que proporcionó un éxito espectacular a Boston y que sentó las bases de todo un género musical en el cual se basó el éxito posterior de bandas como Reo Speedwagon, Journey o Survivor: el AOR. Un estilo musical que generó millones y millones de dólares en ganancias a la industria del disco americana y muy en especial, a las estaciones de radio. Emisoras como Rock FM hoy en España son herederas del fenómeno de la radio AOR que apareció a finales de los años 70 en Estados Unidos al calor del éxito de bandas como Boston y de ese nuevo estilo que impusieron en la radio musical.
A día de hoy, se calcula que ‘Boston’, el mítico álbum debut del grupo, ha vendido desde su primera edición un total de 16 millones de copias en todo el mundo.
Boston, tras pasar la práctica totalidad de 1977 girando una y otra vez por América, grabaron un segundo álbum entre febrero y marzo de 1978 que cuando apareció en agosto, repitió el éxito multitudinario de su debut, acaparando el nº1 de ventas en los USA durante seis semanas, siendo cuádruple disco de platino y llevando al grupo a lo más alto de su popularidad.
El sueño ya no es de color… se secó la flor.
Por desgracia, a partir del otoño de 1979 lo que parecía el sueño de toda banda de rock’n’roll se transformó en una pesadilla que truncó para siempre la historia de Boston. Cuando en diciembre de 1979 Tom Scholz, terminadas todas las giras de ‘Don´t Look Back’ empezó a escribir canciones cara a un nuevo álbum de estudio, el manager Paul Ahern reclamó, basándose en una muy discutible interpretación de las cláusulas del contrato de representación de la banda que los tribunales americanos tardaron cinco años en dilucidar, que Scholz le pagase “atrasos” por valor de casi millón y medio de dólares. Scholz asegura que se sintió víctima de un intento de extorsión, y ante las amenazas de Ahern de exigirle judicialmente esas cantidades decidió comunicar al resto de miembros de Boston que hasta que el juez no decidiera sobre esta controversia, el grupo suspendía toda su actividad. Cuando la controversia se resolvió – a favor de Scholz- éste trato de retomar el grupo y con otros músicos y grabó en 1986 un tercer álbum llamado ‘Third Stage’ que ya ni por asomo se aproximó a las multimillonarias ventas de sus antecesores, lo cual le llevó a dejar nuevamente en suspenso la actividad del grupo hasta que en 1994 lo volvió a intentar, esta vez con más éxito, con un excelente disco llamado ‘Walk On’.
Nuevos tiempos, nuevos proyectos
Pero ya la trayectoria de Boston ha sido desde entonces más episódica que otra cosa. En casi 20 años solo ha editado dos discos de estudio, que a pesar de atesorar una calidad extraordinaria, comercialmente han pasado prácticamente desapercibidos para el gran público. Ello ha llevado a Tom Scholz a volcar su actividad en otros campos, entre los cuales cabe señalar el ámbito de la solidaridad: vegetariano desde 1985, es un conocido activista de la organización animalista P.E.T.A. (People For Ethical Treatment of Animals) y de Greenpeace, además de su propia fundación, DTS, creada expresamente para el fomento de la agricultura ecológica, bancos de alimentos, rescate de animales abandonados y defensa de los derechos de la infancia. En el mundo de la música y de la ingeniería de sonido, a él se debe la invención de los previos de guitarra Rockman, que han sido alabados como un avance tecnológico en la guitarra eléctrica muy a tener en cuenta entre otros, por guitarristas como Eddie Van Halen y frecuentemente utilizados por grupos como ZZ Top o Def Leppard.
En los últimos años Tom Scholz ha tomado una postura abiertamente crítica con todo el estabilishment americano, considerándose públicamente una persona de izquierdas, que en recientes entrevistas se ha declarado en contra de la supremacía absoluta del libre mercado y partidario de que se ejerza un mayor control sobre las actividades de las grandes corporaciones. También es de los músicos que se ha posicionado claramente en contra de las políticas de Donald Trump. “El día de su toma de posesión en la Casa Blanca creo que ha sido el único día en que he sentido vergüenza de ser ciudadano estadounidense. Y me apena intuir que quizá no sea el último”.
Músico de un talento y de una inspiración fuera de lo común, un genio de la guitarra no valorado mediáticamente pero de una calidad extraordinaria, visionario, pionero de todo un género, compositor de un talento formidable, persona comprometida y solidaria… un artista en toda la extensión de la palabra al que desde aquí felicito de corazón en su 70 cumpleaños.
Mariano Muniesa
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2 comentarios
Excelente artículo, una vez más, Mariano Muniesa. Precisamente yo me empecé a acercar a la genial música de Boston y a querer saber más acerca del gran Tom Scholz a raíz de otra reseña que escribiste para la revista Rock Hard en el que profundizabas en el primer disco de Boston y todo el impacto que causó en la escena musical de 1976. Mis felicitaciones para él también desde aquí en su 70 cumpleaños y que no paren estas geniales crónicas Mariano. Y ya puestos, pues si algún día sacas tiempo, que vuelvas a escribir esos fantásticos dossiers de grupos legendarios como también hiciste en la época de Rock Hard, con Led Zeppelin, Deep Purple, Judas Priest o Iron Maiden. ¡Un saludo! 🙂