Entrevistas |Raimundo Amador

«La fusión tiene que salir natural. Hay gente que quiere hacer cosas sin haberlas mamado»

Por: Jorge Bobadilla

El genio de las seis cuerdas, siempre en la frontera de los géneros más auténticos, el rock, el blues o el flamenco, tiene nuevo disco en el horno, ‘Directo en casa’, y nuevas oportunidades de disfrutar de su forma de entender la guitarra como la que nos espera en el Rio Fest el 28 de septiembre. Con la actitud cercana que solo tienen los más grandes y la espontaneidad que le caracteriza, Raimundo Amador, con los 60 años recién cumplidos, atendió a Jorge Bobadilla, que cuando se trata de guitarras siempre tiene ganas de saber un poco más.

¿Qué tal se lleva este 60 aniversario?

“Estoy más fuerte que el vinagre (risas). Estoy en forma, es la verdad. Sanote y eso, el rock and roll nos mantiene jóvenes. Tenemos disco nuevo, que hemos presentado tres temas, pero tenemos más: uno con Buika, “Sorderita” con José Soto, otro con SFDK, con Andreas Lutz hemos hecho una versión de Jimi Hendrix, también está el “Little Wings”, pero todo con la guitarra flamenca, también está el violinista de Mastreta… Tenemos por lo menos diecisiete temas, y temas de jazz rock de los 70, de Billy Cobhan, de Jeff Beck… está muy guapo el disco”.

Este ‘Directo en casa’ me ha recordado a las viejas grabaciones del blues, a Robert Johnson, Albert King, ¿era esa la intención?

“Claro. Es que lo hemos hecho así, en casa. Yo tengo mi estudio, entonces lo hemos hecho en casa y en directo. El tema que hemos hecho con El Langui que también participó Óscar de SFDK, ese es verdad que no está en directo, y el tema con Andreas Lutz (O’Funk’illo) tampoco, que lo que es la música la he hecho con mi hijo, pero los demás son todos en directo. Ha participado mucha gente como te decía. Mi nieta ha hecho también dos temas, uno de Sting que en español es “La forma de mi corazón”, “Shape of My Heart”, y el “Back to Black” de Amy Winehouse. Ahora tiene 15 años, pero cuando lo grabó tenía menos, y canta que te cagas, tío. Estamos muy contentos con el disco”.

Veo que has contagiado el gusto por la música a toda la familia, ¿se lleva en la sangre?

“Hago lo que puedo (risas), voy contagiando lo que puedo. Hay alguno que lo recibe más que otro. El otro día estuvimos en el festival de Federico García Lorca, en Granada, en Fuente Vaqueros, de donde él era, y la niña, mi nieta, puso en pie a la plaza entera con esos dos temas, tocamos el de Sting y el de Amy”.

Mencionabas antes el tema grabado con El Langui, tú siempre has tocado muchos palos, ¿qué tal te llevas con ese lado más rapero?

“Muy bien. Es diferente, pero ya había colaborado con La Mala o con SFDK. Con La Mala además varias veces, porque estuvo en mi disco ‘Un okupa en tu corazón’, en el 2000, en el tema “Me voy pa las 3000”, y después yo también estuve en discos de ella. También en una recopilación (‘Mundo Amador’) hay un tema que canta Marina Heredia que un DJ (Howie B.) hizo un tema tela de raro (“Making Love On Your Side”). A mí me gusta jugar con la música, pero me gusta que sea auténtico. La fusión no hay que apretarla, tiene que salir natural, no se puede apretar y decir “aquí hay que hacer esto”, no. Hay que ver lo que sale, y si no sale déjalo”.

“¿Seré yo el culpable de tanta mierda que está saliendo? No tengo culpa de que la gente tenga tanta cara”

Te hacen responsable de la revolución del flamenco, ¿aceptas este título?

“Yo lo acepto, lo que pasa es que estoy viendo muchas cosas que no me gustan, entonces digo “¿seré yo el culpable de tanta mierda que está saliendo?” (Risas) Entonces, claro, yo tampoco tengo culpa de que la gente tenga tanta cara. Hay gente que quiere hacer cosas sin haberlas mamado. Yo llevo escuchando desde pequeño a Jimi Hendrix, a Janis Joplin, y tengo sesenta tacos ya tío. Nosotros queríamos tocar como Jimi Hendrix y salió Veneno, pues no está mal el disco de Veneno ¿no? Después salió Pata Negra, pues tampoco está mal, ¿no? Ahí ya estábamos más en el camino, pero Veneno era una cosa que no sabíamos lo que estábamos haciendo, pero como era natural… No sabíamos lo que estábamos haciendo, pero por lo visto era bueno. Al principio mis propios amigos, que les gustaba Lou Reed, Jimi Hendrix, me decían “quillo, qué disco más malo habéis hecho” (risas), y hasta yo me lo creía. Pero después, a los 30 o 40 años, me dice la prensa que es el mejor disco del rock español. Por eso digo, cuando hicimos aquel disco yo ya venía escuchando muchas músicas. Yo toco temas de todo el mundo, pero no me sé ninguno (risas), yo no me lo aprendo, yo me aprendo la estructura y ya lo toco yo a mi forma. Por eso salió un disco como el de Veneno, porque yo había escuchado mucho, pero no me había aprendido nada ni de uno ni de otro. Lo que hicimos fue crear una nueva música. Creo yo que fue así”.

¿Con esas cosas nuevas derivadas del flamenco que no te gustan te puedes referir a Rosalía por ejemplo?

“Yo no puedo hablar de mis compañeros nunca. Somos compañeros en la carretera y en los escenarios, tenemos que respetarnos todos. Cada uno que saque su conclusión, que se compre el disco o que no se lo compre. Que le guste o no. Yo eso me lo reservo para mí”.

Ya has hecho algunas presentaciones, aunque solo hay tres temas disponibles de momento. ¿Qué tal se está recibiendo?

“Muy bien. Llevo una banda guapa, que ahora no llevamos bajista, en algún tema soy yo, en otros es el otro guitarra, el guitarra flamenco, a lo mejor en otro tema es el de la eléctrica, nos vamos cambiando, porque somos tres guitarristas. También hay temas que no llevan bajo, porque no lo requiera. Estoy tela de contento tío, porque estoy volviendo a tocar el bajo otra vez. Hemos hecho un tema de Marcus Miller, el que hizo con Miles Davis, “Tutu”, y ahí toco yo el bajo en los conciertos. ¡Ahora quiero tocar la guitarra y no me acuerdo! (Risas) Me lo paso muy bien. Yo tenía un grupo también aquí en Sevilla que nos llamábamos Los Intocables, en la época que estaba todavía con Pata Negra, que hacíamos versiones de Cream y Jimi Hendrix, y algunos blues de los antiguos, y yo era el bajista del grupo”.

¿Cambia mucho el repertorio de una actuación a otra, o teniendo en cuenta el tipo de concierto que sea?

“Sí. Como tenemos muchos temas y muchas versiones de la gente que me gusta, tocamos temas de Jimi Hendrix, de las cosas que me gustan, de mis favoritos, decimos “vamos a montar este tema”, y tenemos una pila de temas. Luego yo miro y, según el público que veo, digo si este tema pega o no”.

“Estoy tela de contento porque estoy volviendo a tocar el bajo. ¡Ahora quiero tocar la guitarra y no me acuerdo!”

Por ejemplo ahora viene el Rio Fest, un festival con un cartel en el que estás tú y caben desde Mägo de Oz a Café Quijano, ¿qué te parecen estos encuentros musicales tan eclécticos?

“Muy bien tío. Y está Luz Casal también, me parece que es el mismo día que yo. A mí me encanta, siempre me gustó esta chica y también he tocado con ella. Me gusta que estemos ahí toda la gente, Tequila también está por ahí, que también me gusta mucho de siempre. Era un grupo que sonaba auténtico en aquella época. Y Café Quijano, que una vez me invitaron al escenario y estuve con su padre, que también es músico. Yo estaba de gira con B.B. King, tocamos donde viven ellos y después estuvimos en el bar del padre, es muy buena gente”.

¿Disfrutas estos grandes eventos o te centras más en tu actuación?

“No, me gusta estar con los fans, ya me centro cuando va llegando el momento, digo “señores, dejadnos diez minutitos tranquilos, que vamos a estar centrados, la banda, vamos a hablar un poco…”, hacemos nuestro saludo especial, que me lo he inventado yo, son cosas mágicas para nosotros. Pero yo atiendo a todo el público cuando termino también, me gusta atender a mis seguidores, porque son los culpables de que esté donde estoy”.

Hay una canción en la que dices que “lo mismo canto rockabilly que lloro por seguidillas”, ¿en qué punto estás actualmente como oyente, como consumidor de música?

“Ayer estuve escuchando un documental de Nirvana, que me gustó tela. Se me ponían los pelos de punta, porque a mí Nirvana no me gustaba, pero la vida cambia, no porque se muriera Kurt Cobain ni nada, pero los Beatles tampoco me gustaban y ahora hasta hacemos el “Come Together”, instrumental, o la música clásica, que ahora me encanta. La vida cambia. Estoy en un punto que me gusta mucho la guitarra clásica y Jimi Hendrix que no falte. También me gusta el funky, la música negra, y el rock and roll antiguo también me gusta mucho”.

Escuchando una playlist tuya entre otras canciones me saltó una versión de “Tu frialdad”, un clásico de Triana que has hecho con Pastora Soler. ¿Qué te parece cómo se mantiene hoy el legado de Triana?

“Eso también me lo voy a reservar, que la gente lo piense y decida si le gusta o no le gusta. Yo era muy amigo de Jesús, de Tele, de Eduardo también, y alguna vez salí con Triana, porque yo soy muy amigo de Juan, estuvimos en Arrajatabla, pero aquello se vendía como un paquete “Raimundo Amador y Triana”, y eso era mentira. Entonces el Canijo me decía que le había decepcionado, que no esperaba eso de mí, y al final me mosqueé porque yo soy una persona auténtica, no soy falso. No me gustó aquello, yo al Canijo lo respeto, porque es el que ha dicho “se murió mi hermano y se acabó Triana” y ole tus huevos, pero a mí no me toques las narices”.

Cuando pienso en Raimundo Amador a mí me viene la imagen tuya asociada a una Stratocaster, ¿qué guitarras usas actualmente?

“No estoy en ese punto. Algunas veces llevo una Stratocaster, pero no es Fender, los tengo un poco castigados. Ahora me gustan mucho las Duesenberg, las alemanas, me gusta mucho cómo suenan y el tío me mola mucho, la gente de allí no sé cómo será, pero el que está aquí, mi amigo Dieter (Gölsdorf), que es el que hace los prototipos, es una bellísima persona, le quiero mucho, y saco las Duesenberg mogollón, porque me gusta cómo suenan, son unas guitarras buenísimas y, aunque no tenga la forma de la Stratocaster, puede tener sonido Telecaster, Strato… lo que quieras. Suenan guapas. Lo que llevo también es una Fernandes, japonesa, como de los años 60, que la compré en una tienda de segunda mano y la he tuneado, esa es la que llevo, y la toco muchísimo. Me gustan mucho las Strato, es verdad, pero no estoy muy contento del trato (de Fender). Hubo un momento que estaban muy bien conmigo, y yo he sido muy fiel, porque tenía Gibson, Gretsch, de todo, y no sacaba ni un amplificador ni una guitarra que no fuese Fender, yo cumplía mi palabra totalmente. Después me mandaron un documento para firmar que decían que no era nada, y cuando lo vio mi abogado me dijo que era como si vendiera mi alma al diablo, como Robert Johnson. Y a mí todavía me queda rebeldía de las 3000 viviendas, si me aprietan me sacan el genio”.

¿Qué planes tienes a partir de ahora?

“Pues hacer conciertos. Tenemos muchas cosas, como el Teatro Apolo con Javier Vargas (15 de octubre), que es mi hermano y le quiero mucho, nos ayudamos siempre, como con Juan Perro, que cada vez que viene me llama y me subo con él, que no se si eso es ayudarle (risas), el caso es estar juntos”.

Jorge Bobadilla
@jorgebobadilla

 

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Que mejor celebración por esos 60 takos para uno de nuestros mejores músicos a través de este nuevo álbum que como mejor que nadie sabe mezclar Rock, Blues y el mejor flamenco nuestro Raimundo Amador. Ojala les salga muchas fechas por nuestro país para demostrar su calidad.

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